Por Carol Milkewitz ///
Laura Cesarco Eglin es la autora de los poemarios Llamar al agua por su nombre (Mouthfeel Press, 2010), Sastrería (Yaugurú, 2011) y Los brazos del saguaro (Yaugurú, 2015). Este último se abre con Sin palabras, poema cuyo título describe justamente el efecto que genera su lectura. Permite a cada uno conectarse con su interior y, por supuesto, con el de la autora –que tiene la capacidad de crear un puente con el lector a través de temas como la desesperanza, la pérdida y el dolor–.
Para quienes no lo sepan, “saguaro” es sinónimo de “cactus” y aquí una referencia al desierto. Ya en ese punto se diferencia de su primer libro, que tiene como tema central el agua. Llama la atención ese cambio radical, que se relaciona con su experiencia vital: nació en Uruguay, vivió en Israel y luego en Estados Unidos, en El Paso, Texas. Del agua al desierto, en la poesía y en la vida.
Aquí, un poema seco y agrio como el desierto, para reflejar lo que podrán encontrar en este interesante libro:
Hasta sufrir
Estoy buscando formas
de ser mala. Escribirte
cartas en la cabeza y así
perder contacto contigo. Voy a
encontrar la manera
de que el respirar no intervenga
en la conversación. Producir algo
seco y agrio
que al caer desplome. Ser mala
aunque el cielo cambie de color todos
los días y las hojas de otoño le lleven
el apunte eso sería el verdadero esfuerzo.
No parar hasta descuartizar el ritmo de
la sangre porque de gotas no se puede
rearmar un latido. Mirarme al espejo
y dejarme asustar entre la noche y la mirada.
Los brazos del saguaro, de Laura Cesarco Eglin
Yaugurú, 2015
78 págs.