La película se llama Roslik, y el pueblo de las caras sospechosamente rusas. Es un documental que se basa en el caso del médico Vladimir Roslik, que murió torturado en abril de 1984 mientras estaba detenido en el Batallón de Infantería Nº 9 de Fray Bentos.
Además de reconstruir aquel hecho, el último asesinato cometido por la dictadura militar, el film pone el foco en las huellas que aquel crimen dejó en su familia y en la colonia rusa de San Javier. Hoy en la entrevista central estuvieron su director Julián Goyoaga, su jefa de producción, Camila de los Santos, y la viuda de Vladimir Roslik, María Cristina Zavalkin.
Transcripción de la entrevista con Julián Goyoaga, Camila de los Santos, y María Cristina Zavalkin.
16 abril de 1984.
La dictadura mostraba signos de apertura y aparecía cada vez más cercano el retorno de la democracia, que se concretaría siete meses después con las primeras elecciones.
Sin embargo, aquel día el Gobierno militar cometió su último crimen.
El médico Vladimir Roslik, que había sido detenido en la localidad de San Javier acusado de integrar una célula guerrillera comunista, moría durante una sesión de tortura en el Batallón de Infantería Nº 9 de Fray Bentos.
Su asesinato, que pudo probarse por la valentía de su viuda y por la audacia de varias investigaciones periodísticas, tuvo enorme repercusión aquí y en el exterior.
33 años después, una película pone el foco en la huella que aquella muerte de Roslik dejó en su familia y en el pueblo de San Javier, una colonia rusa fundada en 1913 en el departamento de Río Negro.
Roslik y el pueblo de las caras sospechosamente rusas. Ese es el título del documental que se estrenó el jueves 31 de agosto.
Vale la pena conocer cómo se realizó este trabajo, junto a su director Julián Goyoaga, su jefa de producción, Camila de los Santos y María Cristina Zavalkin, Mary, viuda de Vladimir Roslik, que nos atendió desde Paysandú.
Transcripción de la entrevista con Julián Goyoaga, Camila de los Santos, y María Cristina Zavalkin.