Foto: Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS
En octubre de 1989 Tabaré Vázquez llevó al Frente Amplio a su primer gran triunfo en Uruguay.
"Con una profunda emoción, con respeto ante lo trascendental de este acto, y con una vocación que nos nace de lo más profundo de nuestra alma comparecemos ante este pueblo de Montevideo para decirle que ponemos en vuestra manos el gobierno de este departamento y de esta ciudad", dijo Vázquez.
Así hablaba, el 15 de febrero de 1990, en la noche de su asunción como Intendente de Montevideo, en un acto con la militancia frenteamplista en la Plaza Lafone, en La Teja.
Aquella jornada marcó un hito en la historia del país porque por primera vez la izquierda accedía a un cargo ejecutivo de gobierno.
En aquella época las elecciones departamentales todavía se realizaban simultáneamente con las nacionales. Fue así que el triunfo de Vázquez en la capital se conoció la misma noche en que Luis Alberto Lacalle Herrera se convirtió en Presidente de la República, en otro hecho histórico porque marcó el regreso del Partido Nacional al gobierno después de un cuarto de siglo.
Vázquez y Lacalle Herrera se encontraron la misma noche de los comicios en el estudio de un canal de televisión. Aparentemente fue allí que iniciaron una relación que terminó siendo muy cordial y que se mantuvo con el paso de los años.
Sobre esta relación conversamos esta mañana En Perspectiva con el doctor Lacalle Herrera.
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Destaques de la entrevista:
- "Vázquez tenía un tono de moderación que no quiere decir tibieza, quiere decir que un no es dueño de la verdad y que los otros también tienen parte de razón"
- "Hay 3 líneas importantes de Vázquez: Primero, no hay que ser vulgar ni ordinario para ser popular. Segundo, no hay que llevar las cosas al extremo. Tercero, hay que ser pragmático y este hombre fue muy pragmático en el gobierno"
- "Era un hombre políticamente astuto, pícaro, no era ningún tonto, era un hombre que sabía manejar las situaciones"
- "Notoriamente era un hombre pasional y enérgico pero transmitía esa sensación de paz, de estar a cargo, una sonrisa amable"
- "La impresión que daba Vázquez y que se fue acentuando era de un gran dominio de sí mismo"
