Entrevistas

Activistas reclaman una ley para reafirmar la decisión del Gobierno que descarta la extracción de petróleo por fracking y proteger al país de posibles demandas

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Durante el Consejo de Ministros que se desarrolló ayer en Piedras Coloradas, Paysandú, la ministra de Industria Carolina Cosse afirmó que la extracción de hidrocarburos por fracking –una técnica altamente contaminante– no está en los planes del Gobierno.

En diálogo con En Perspectiva, Raúl Viñas, integrante del Movimiento Uruguay Libre valoró las declaraciones de Cosse pero recordó que los contratos firmados entre Ancap y las empresas que se encargan de realizar la exploración le dan a las multinacionales la posibilidad de decidir la tecnología de extracción que se va aplicar.

EN PERSPECTIVA
Martes 23.02.2016, hora 10.14

EMILIANO COTELO (EC) —El Consejo  de Ministros que tuvo lugar ayer en Piedras Coloradas, departamento de Paysandú, deparó una novedad importante en cuanto a los planes del Poder Ejecutivo para la extracción de petróleo en Uruguay en el caso de que las exploraciones en curso lleguen a buen puerto. ¿Qué tecnología sí, qué no?

[Audio Consejo de Ministros]

Tabaré Vázquez: “Acá veo un cartel que dice: ‘Tabaré, nos liberaste del…’, imagino que del tabaco, ‘liberanos del fracking’. Señora ministra de Industria, hable de este punto [Risas]. Lo acabo de ver, ¿eh? Lo acabo de ver.”

Carolina Cosse: “Señor presidente, usted no tiene que liberarnos de nada porque no está el fracking en ninguno de los planes futuros de nuestro Gobierno [Aplausos].”

[Fin audio]

EC —De esa forma el Poder Ejecutivo descartó una posibilidad que preocupaba a muchas organizaciones ambientalistas desde que comenzó el proceso de búsqueda de este hidrocarburo en el subsuelo uruguayo.

¿Cómo recibieron este pronunciamiento las organizaciones que han militado para bloquear la eventual extracción de petróleo a través del fracking? Vamos a conversar con una de estas organizaciones, estamos con Raúl Viñas, meteorólogo integrante del Movimiento Uruguay Libre.

NICOLÁS BATALLA (NB) —¿Cómo recibieron esta noticia?

RAÚL VIÑAS (RV) —Por supuesto que las declaraciones de la señora ministra y las que vinieron también del señor presidente, asegurando que no se va a hacer fracking, son en primera instancia una noticia muy positiva. Sin embargo, nosotros lo que vemos es el inconveniente que podríamos tener para llegar a implementar esa política. Una cosa es la decisión expresada ayer por la señora ministra y el señor presidente, otra, lamentablemente, son los contratos ya firmados por Ancap con empresas que están realizando la exploración y que tienen contratos para hacer la explotación de hidrocarburos en el caso de que aparezcan. ¿Por qué?, porque en esos contratos, firmados por Ancap, en algún caso con una S.R.L. nacional que se llama Schuepbach Energy Uruguay, le dan la posibilidad a la empresa de decidir la tecnología y forma en que se va a extraer petróleo, gas o cualquier otro hidrocarburo. Cuando hablan de hidrocarburos hablan tanto de los convencionales como de los no convencionales.

De esta manera, la empresa en caso de encontrar hidrocarburo no convencionales, que fueron incluso publicitados por gerentes de Ancap como el doctor [gerente de Exploración y Producción, Héctor] de Santana, en presentaciones internacionales, seguramente va a proponer el fracking. Tiene un contrato que le dice a la empresa que puede decidir cómo se hace [la extracción] y, cuando el Gobierno, atendiendo estas declaraciones de la señora ministra y el señor presidente, diga: “No, fracking no se puede hacer en Uruguay”, vamos a quedar expuestos a una demanda en cortes internacionales que ya está prevista en el propio contrato.

Nuestra posición es: aplaudimos la decisión del señor presidente y los comentarios de ayer, aplaudimos las decisiones de la ministra Cosse, las palabras de ellos son muy buenas, nos aseguran que esa es la voluntad del Gobierno, pero queremos aprovechar para advertirle al Gobierno que quizá no esté adecuadamente informado, de que estamos metidos en un brete por los contratos que ya firmó Ancap.

NB —Los contratos no son públicos, ustedes sí tuvieron la posibilidad, vía judicial, de acceder al de Schuepbach, que es una de las empresas que está realizando la exploración.

RV —Sí, exactamente, los contratos de Ancap con estas empresas no son públicos, el de Schuepbach se obtuvo a través de una demanda judicial que llevó adelante en nombre del movimiento el señor [Víctor] Baqueta, miembro del movimiento. Tenemos pedido también el de Total para entender un poco cuáles son las cláusulas que están relacionadas con la exploración y explotación de hidrocarburos en nuestro mar territorial. Entendemos, de cualquier manera, que el fracking no se puede hacer en esa área, pero sí es muy fácil y normal que en zonas como el norte de nuestro país, cuando se encuentra petróleo no convencional, se pretenda utilizar la técnica del fracking. Esta técnica ya ha demostrado no ser segura en ninguna parte del mundo.

Para que todo el mundo lo pueda entender: lo que se hace con el fracking es generar explosiones por la introducción de líquido a gran presión en las profundidades de la tierra, lo cual genera fracturas o roturas que liberan el gas o el hidrocarburo que podría estar contenido en la roca. Para tener una clara idea de cómo se hace esto, póngase frente a una ventana con un martillo y golpee el vidrio, seguramente éste se va a romper de la misma manera que la roca se fractura, ahora, ¿quién puede prevenir o predecir hasta dónde llega la rajadura? Ese es el problema del fracking: las fisuras en las cuales van los líquidos que se introducen, que son químicos altamente tóxicos en su gran mayoría -en base a agua pero con muchísimas sustancias tóxicas importantes- se mezclan, muchas veces en forma no intencional, con las aguas subterráneas.

En el caso de Uruguay, como estamos nosotros hoy con las aguas superficiales altamente contaminadas o con problemas -vamos a no decir altamente contaminadas, vamos a decir que tenemos problemas en la calidad de nuestras aguas superficiales-, nuestras reservas son las subterráneas. No las arriesguemos por un poco de petróleo a fin de que, todavía, la que obtenga los beneficios sea la empresa, porque los contratos privados firmados por Ancap, vuelvo a repetirlo, le dan a la empresa muchísimas facilidades para no pagar impuestos y obtener ella sola las ganancias.

NB —Volviendo a ese punto y al anuncio de ayer, ¿usted dice que a partir de los contratos firmados el Ejecutivo ya cedió esa posibilidad de decidir por sí mismo las técnicas que se utilizarían para la extracción? Porque según ha trascendido el contrato con Schuepbach implica un comité conformado por miembros de la empresa e integrantes de Ancap para ponerse de acuerdo sobre este punto.

RV —Sí, exactamente, es la cláusula 17 del contrato que tengo adelante en este momento. Allí se habla de un comité de administración formado por cuatro miembros, dos de Ancap y dos de la empresa. El tema es que ese comité debe tomar decisiones por unanimidad. En caso de que no se llegue a la unanimidad, supongamos que los dos de la empresa dicen: “Queremos hacer fracking”, y los dos de Ancap dicen: “No, no podemos hacerlo porque nuestro Gobierno dice que está prohibido, que no se puede hacer en Uruguay” -aunque en realidad hoy no está prohibido, eso podríamos lograrlo también-, si no se ponen de acuerdo según el contrato se va a un arbitraje internacional sobre el tema. ¿Cuál es el resultado? Supongamos que Uruguay se pone fuerte y dice: “No, mire, no lo vamos a dejar”, nos hacen una demanda y nos sacan quizá más dinero del que sacarían explotando el petróleo. Estas empresas no vienen a Uruguay a perder dinero sino a ganarlo.

¿Qué nos queda por hacer, cuál sería el caso más racional? Con el fracking lo único racional es prohibirlo, para eso hoy tenemos incluso dos proyectos de ley en Diputados, otro en el Senado, que tratan el tema. La prohibición  por ley del fracking y la modificación, previo a que aparezca cualquier tipo de hidrocarburo, de los contratos ya firmados, quizá sería la mejor parte. Es más fácil tratar de cambiar un contrato hoy, cuando todavía no han encontrado nada -esa es la realidad, todavía no se ha encontrado una gota de petróleo en nuestro territorio y personalmente considero que sería bueno encontrarlo si después lo usamos bien-, que después: es muy difícil sacarle un hueso a un perro cuando ya lo tiene en la boca, más fácil es ver cómo se lo vamos a dar. En este caso todavía no encontramos nada, podemos hacer las modificaciones legales, de la mejor forma y sin llegar a demandas a las que nos expondríamos muy fuertemente si ellos quisieran hacer el fracking. En ese caso todos estaríamos más tranquilos y nuestra alegría por las declaraciones de ayer quedaría asentada en forma tal que en nuestro país no se permita ninguna de las técnicas relacionadas con el fracking.

NB —¿Ustedes entienden que a través de la vía legal, aprobando alguno de los proyectos de ley que se han manejado, con contratos que ya están firmados y que no prohíben esa posibilidad del fracking, que dejan la puerta abierta a que se realice, Uruguay no estaría exponiéndose a demandas?

RV —Bueno, seguramente los abogados lo van a buscar, pero lamentablemente tenemos que elegir el mal menor. Ancap ya firmó estos contratos, nuestra gran empresa nacional de petróleos -a la cual todos queremos mucho pero que se ha enfrentado a grandes problemas- se colocó a sí misma en un brete al hacerlo. Seguramente ahí faltó algo de planificación estratégica o algún otro tema, evidentemente algo falló, porque este contrato realmente yo no lo firmaría, al menos en la forma en la que está.

De cualquier manera, el contrato no dice fracking en ninguna parte, habla de técnicas y del marco legal de Uruguay, y seguramente un buen abogado puede redactar una modificación que atenga al marco legal uruguayo, que tendría esa nueva ley, y prohibiría el fracking.

NB —¿Cómo sigue esto por el lado del Movimiento Uruguay Libre?

RV —Nosotros seguimos atentos. Por suerte además tenemos las decisiones departamentales prohibiendo el fracking en Salto y Paysandú con carácter firme y tenemos en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo la decisión similar tomada por el departamento de Tacuarembó.

Evidentemente, tal cual lo pudo comprobar el señor presidente ayer, la población de la zona es contraria a que se haga fracking en el lugar, ha sido bastante bien informada sobre los riesgos a los que se expone, se conocen los problemas que genera el fracking y es fácilmente entendible que un país como Uruguay -que consume petróleo y que, lamentablemente, de acuerdo con las previsiones vamos a seguir haciéndolo- pueda jugar sus recursos de una manera más inteligente.

Si aparece petróleo y se extrae sin utilizar fracking ojalá lo usemos bien, ojalá no lo quememos directamente en los motores sino que lo pongamos al servicio de una industria nacional petroquímica, de fertilizantes u otros productos de mayor valor agregado. Si lo vamos a utilizar, porque lamentablemente en los contratos también se habla de que la empresa es la que decide mayormente cómo se comercializa, entonces estamos un poco entregados.

El tema ahora es este: el Gobierno, y nosotros estamos muy contentos con eso, declara que no se hará fracking en Uruguay, tenemos unos contratos firmados, seguramente tenemos buenas asesorías legales para entenderlo y a estas empresas les interesa igualmente, porque ellos lo han dicho también, la posibilidad de explotar yacimientos convencionales en el territorio. Les podemos ofrecer, generosamente, la posibilidad de que continúen en nuestro territorio apuntando específica y únicamente a los yacimientos convencionales y que se abstengan de cualquier acción en relación a yacimientos que necesiten la utilización de fracking. De esa manera quizá lleguemos a una cosa amigable. El tema es que esta es una de esas cosas que no podemos dejar pasar, si dejamos pasar el tiempo existe la posibilidad de que en algún momento encuentren un yacimiento no convencional y presenten, en ese comité del que hablabas recién, la necesidad de hacer fracking para extraerlo. Ahí sí nos metemos en un lío.

NB —Quizá convenga aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de yacimientos convencionales y no convencionales.

RV —Sí, el yacimiento convencional es principalmente aquella roca que tiene grandes cantidades de petróleo libre dentro de sí, que tú lo pinchas, le haces el pozo y sale el chorro hacia arriba, como se ve en las películas del lejano oeste en las que todo el mundo baila y salta porque salió el petróleo de debajo de la tierra y no tienen problema de ensuciarse con él. Ese es un yacimiento convencional.

El no convencional es aquel yacimiento en el que tú perforas, la roca sale con hidrocarburos, está negra, pero ese hidrocarburo no brota naturalmente. Tú tienes entonces que realizar un procedimiento para romper esa roca a gran profundidad para que el petróleo o gas que tiene contenido se libere y pueda salir por el pozo, mezclado con los líquidos que se utilizaron. Es una técnica que implica la utilización de grandes cantidades de químicos y la contaminación de grandes cantidades de agua, que después no puede ser utilizada para otras cosas porque es muy caro limpiarla, normalmente la terminan enterrando en algún pozo profundo, con lo cual se corre el riesgo de que siga contaminando hacia abajo.

De esa manera se obtiene un petróleo más caro, en algunos países ha servido hacerlo desde el punto de vista de obtener petróleo, pero no desde el punto de vista de los problemas ambientales que se han generado a su alrededor. O sea, más allá del costo de la extracción que paga la empresa, porque le interesa venderlo y seguramente es negocio para ellos, después tienes también los otros costos que quedan para la sociedad.

Esperemos que tomemos las decisiones más adecuadas para mantener la calidad ambiental de nuestro país para que sea productivo, sostenible y pueda seguir apuntando hacia el futuro para las futuras generaciones.

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Transcripción: Andrea Martínez

Foto en Home: Séptima Marcha Nacional en Defensa de los Tierra y los Recursos Naturales, 10 de octubre de 2014. Foto: Santiago Mazzarovich/adhoc Fotos.

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