El Gobierno anunció ayer que el uso de efectivo en taxis y estaciones de servicio se eliminará en un mes. En diálogo con En Perspectiva, el secretario general de la Unión de Vendedores de Nafta, Jorge Bonino, dijo que la gremial duda sobre el plazo de aplicación y está a favor de una implementación paulatina de la medida. Además pidió que la comisión que cobran los emisores de medios de pago electrónico por el uso de las tarjetas sea contemplada en el margen de ganancia, porque de lo contrario sería "imposible" poner en práctica la iniciativa.
EN PERSPECTIVA
Martes 29.03.2016, hora 7.54
EMILIANO COTELO (EC) —Es, sin duda, el tema a nivel político en estas horas lo que resolvió el gobierno en el día de ayer, lo que se conoció al término de la primera reunión del Consejo de Ministros posterior a Semana de Turismo. Por ejemplo, El Observador dice: “Gobierno recoge el guante y adopta medidas por reclamos de seguridad”. El País lo plantea en estos términos: “Vázquez convoca cumbre política por la inseguridad. El presidente llama a la oposición para discutir medidas tras ola de violencia”.
Pero además aparecen algunas resoluciones concretas, por ejemplo la de que se eliminará el uso de dinero en efectivo para el pago de servicios en taxis y para las compras en estaciones de servicio.
Vamos a profundizar en esta última parte de lo comunicado ayer.
“El gobierno resolvió que dentro de un mes estará operativa la eliminación del pago en efectivo para los viajes en taxímetros y las compras en estaciones de servicio”, una medida anunciada tras la muerte de dos taxistas víctimas de rapiñas en apenas unos días. El ministro de Economía, Danilo Astori, presentó ayer esta disposición, a la cual mostró como una forma de prevenir nuevos delitos.
Por otro lado, negó que su implementación, en el marco de la Ley de Inclusión Financiera, vaya a tener problemas. "Estimamos que aproximadamente en un mes ya va a estar en aplicación esta decisión, aunque debo reconocer que buena parte de quienes van a ser destinatarios de esta medida ya la tienen en práctica", dijo Astori.
El ministro afirmó que el uso de la tecnología POS ya está extendido en las estaciones de servicio y que también se utiliza en unos 2.000 de los 3.000 automóviles con taxímetro que hay en Montevideo.
Vamos a ver cómo se reacciona desde los sectores directamente involucrados. En un rato estaremos con el sindicato del taxi.
NICOLÁS BATALLA (NB) —Ahora vamos a ver cómo se mira este asunto desde las estaciones de servicio. Estamos en contacto con Jorge Bonino, secretario general de la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay.
Primero un par de precisiones: Ustedes no estaban al tanto de esta medida que fue anunciada ayer por el gobierno, por lo menos no lo habían conversado recientemente.
JORGE BONINO (JB) —En realidad sí, el viernes antes de Semana de Turismo tuvimos una reunión con técnicos del Ministerio de Economía [y Finanzas, MEF] en la que de alguna manera nos contaron cómo se venía tratando el tema. Se venía pensando en comenzar a aplicar estas medidas más cerca de fin de año, por setiembre u octubre, con la idea de, junto con las respectivas gremiales, ir viendo cómo se podían instrumentar, porque se entendía que tenía que ir haciéndose en forma paulatina. O sea, teníamos un antecedente y una fecha por delante, que era bastante dilatada respecto a los anuncios que hizo ahora el ministro.
NB —Por lo que se manejaba en la tarde de ayer no habría un problema de infraestructura con respecto a la implementación de esta medida. La red de POS está bastante extendida en las estaciones de servicio.
JB —En líneas generales sí, en el caso de Montevideo prácticamente todas las estaciones tienen, en el interior hay más diferencias, hay lugares donde prácticamente no se usa. Desde el punto de vista tecnológico no habría mayores dificultades, salvo que en algún lado haya algún problema de conectividad que en definitiva sería de solución relativamente fácil. Desde el punto de vista tecnológico no hay dificultades, o por lo menos ninguna que no sea fácil solucionar.
NB —Hoy El País señala que algunas estaciones de hecho ya estaban tomando por iniciativa propia una medida como esta, la de no recibir efectivo después de determinada hora, usualmente las 21.00. ¿Esto es así?
JB —Es así en algunas, son pocos los casos en los que ya se estaban implementando este tipo de medidas, sea la de directamente solo despachar con tarjetas de crédito o débito o la de cobrar con importe justo usando sistemas de buzonera para depósito inmediato.
NB —Usted decía que desde el punto de vista tecnológico no habría inconvenientes. ¿Qué pasa con el público?, porque quizás no todos disponen en este momento del plástico, o no salen a la calle con el plástico, eso podría afectar un poco la operativa en las estaciones. ¿Cómo lo ven ustedes eso?
JB —Ese es el aspecto más complicado, por eso tampoco se puede hacer [este cambio] de un momento para otro y en forma absolutamente generalizada. Es evidente que si el gobierno toma la decisión tendrá que implementar los mecanismos para poder llegar a todo el mundo. Para eso tendrían que habilitarse otros sistemas, más allá de los de crédito y débito, como las tarjetas prepagas, el pago con celulares… no sé, diferentes medios [de pago] de forma que pueda generalizarse. Porque, más allá de que ya hay un mercado bastante creciente, de que desde la aplicación de la Ley de Inclusión Financiera ha habido un crecimiento importante del uso de tarjetas, no todo el mundo tiene ni va a tener esa facilidad. Habrá que ver otros mecanismos.
Incluso lo que hablamos en esta reunión que tuvimos previo a Semana de Turismo con la gente del MEF es que fuéramos en conjunto definiendo cómo se podía ir aplicando [el pago exclusivamente con tarjeta]. Por ejemplo, comenzar a aplicarlo de repente en la noche y paulatinamente ir aumentando el horario y no hacer una cosa absolutamente automática, como habría dado la impresión que surge de las declaraciones del ministro. De todas maneras, nosotros vamos a tener una reunión con la gente del MEF, probablemente en el día de mañana o esta semana.
NB —Precisamente, ¿cómo recibieron entonces ese adelanto de la medida que ustedes esperaban para más adelante a la luz de estas cosas que restan por definir?
JB —Es complicado desde el punto de vista de la aplicación práctica. Depende mucho de las zonas: en algunas hoy ya se trabaja con un 80 % de la venta en plástico, como la costa de Montevideo, pero hay otras donde los porcentajes son inferiores.
NB —¿En promedio cómo está, más o menos?
JB —Hoy no tenemos un estudio actualizado. Sin duda está arriba del 40 % como promedio, pero hay zonas donde llega al 80 % y otras donde el porcentaje es muy bajo. En algunas zonas del interior no se vende absolutamente nada con tarjetas.
El punto de vista es ese: el del cliente. Hay que ver variables múltiples, tenemos que pensar en los turistas o en lo que puede pasar con menores que salen de repente un viernes o sábado de noche y lo más seguro es que no cuenten con una tarjeta. Por eso tiene que haber mecanismos alternativos que permitan dar soluciones para la implementación de una medida de este tipo.
NB —Cuando dice menores, ¿se refiere a lo que ocurra, por ejemplo, con los minimercados que hay en las estaciones de servicio o a la conducción? Porque en realidad para manejar tienen que ser mayores de edad…
JB —Claro, sí, lo que pasa es que hay consumos variables. Por ejemplo, en el caso de los minimercados es muy difícil que desaparezca el efectivo porque hay público de todas las edades.
NB —¿Cuánto afecta esta medida los márgenes de ganancia de las estaciones de servicio? se lo pregunto porque a las estaciones les conviene más cobrar en efectivo que con tarjeta de crédito porque hay un porcentaje que va hacia las tarjetas, ¿no?
JB —Exacto, ese es el segundo problema, el primero era el del público, e implica dos grandes problemas.
Uno es el costo, la comisión que cobran los emisores por el uso de la tarjeta, que obviamente es gravoso dentro de los márgenes [de ganancia] pequeños con los que trabajamos nosotros, y cuanto mayor es la cantidad de uso aumenta. Esto debería estar contemplado en el margen, si no es imposible. Ya hoy los márgenes se han ido achicando cada vez más por el aumento de costos, en este caso la situación empeoraría mucho más.
Pero hay otro problema, que es cuándo se cuenta con ese dinero. El combustible nosotros lo pagamos al contado, cuando se descarga un camión hay que entregar el cheque, y el dinero que se cobra a través de tarjetas se dispone en plazos que son muy variables. Los plazos pueden ser de cuatro o siete días, ni siquiera están estandarizados para todas las estaciones, cosa que ya de por si es un problema, es algo que no debería ocurrir.
En las conversaciones que tenemos con el MEF es que ese es uno de los problemas principales: el tema de las comisiones y de los plazos. Cuando se usa una tarjeta de débito el que paga automáticamente ve retirado ese dinero de su cuenta, pero el vuelco a la cuenta del vendedor no es inmediato. En algunas partes del mundo [ese vuelco] es a las dos horas, en general es dentro de las 24 horas, acá no, acá está dilatado el plazo.
Esas son cosas que sí deberían corregirse para que esto pueda funcionar sin afectar la vida de los comercios.
NB —Todas estas variables que restan por definir, ¿se puede resolver en un mes?
JB —No, yo creo que no. Creo que lo que el gobierno está transmitiendo es una decisión firme de ir hacia ahí y el ir en forma paulatina. En un mes pueden estar empezando a aplicarse medidas, pero en el caso de nuestro sector no creo que en un mes pueda hacerse una medida masificada. Se podrán instrumentar mecanismos tales como el despacho en horas nocturnas [exclusivamente con tarjetas], pero no en forma absolutamente general. Creo que eso tiene que llevar un plazo relativamente largo. Eso es lo que veníamos hablando con el MEF.
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Transcripción: Andrea Martínez
Foto en Home Estación de servicio de Ancap en San José. Crédito: Ricardo Antúnez/adhoc Fotos.