Con el apoyo de un diputado colorado, el Frente Amplio respaldó al ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro tras la interpelación por el faltante de 18.000 balas en la Base Aérea de Santa Bernardina. En diálogo con En Perspectiva, el diputado frenteamplista Víctor Semproni (MPP), presidente de la Comisión de Defensa, dijo que tiene la convicción de que hay más de un responsable del hurto. Agregó que habrá “responsabilidades políticas”, incluso a nivel militar por no informar a la cadena de mando sobre la desaparición de las municiones.
EN PERSPECTIVA
Martes 28.07.2015, hora 8.16
EMILIANO COTELO (EC) —El ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, fue interpelado ayer en la Cámara de Representantes a raíz de la desaparición de 18.000 municiones de la Base Aérea de Santa Bernardina, en Durazno.
Al final de la sesión, la Cámara declaró satisfactorias las explicaciones del secretario de Estado. La moción de apoyo al ministro obtuvo 51 votos en 93 presentes, con el apoyo de todo el Frente Amplio (FA) y del diputado colorado de Vamos Uruguay por el departamento de Salto, Homero de Brum, suplente de Cecilia Eguiluz.
Si bien no se ahondó en detalles de la investigación, el diputado interpelante, Jaime Trobo, del Partido Nacional (PN), cuestionó la conducción y la responsabilidad de las autoridades ministeriales por no haber detectado a tiempo el faltante.
Fernández Huidobro describió las investigaciones que se vienen desarrollando, pero aclaró que, mientras no se determinen responsabilidades, gozan de su lealtad y confianza todos sus subordinados militares.
Las autoridades también informaron sobre los sistemas de control que operan sobre los polvorines de la base de Santa Bernardina. Para Trobo, todos estos mecanismos fallaron y dejaron al descubierto que hay funcionarios que son desleales al ministro.
Desde el oficialismo, la diputada del Movimiento de Participación Popular Susana Pereyra cuestionó a Trobo y sugirió incluso que tiene más lealtades que el propio Fernández Huidobro. Otros lo acusaron de falta de responsabilidad al hacer las denuncias a través de la prensa.
¿Qué dejó este debate?
Vamos a examinarlo con dos puntos de vista. En primer lugar, con el diputado Víctor Semproni, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes, y luego con el miembro interpelante, Jaime Trobo.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —¿Qué le dejó la interpelación? ¿Pudo sacar alguna conclusión sobre la situación de esa falta de municiones en la base de Santa Bernardina?
VÍCTOR SEMPRONI (VS) —Conclusiones se pueden sacar varias, pero el resultado de la interpelación era algo absolutamente previsible. Cuando yo tomé conocimiento de este problema, cuando salió en la prensa, automáticamente me puse en comunicación con el señor ministro a los efectos de ver, en primer lugar, la posibilidad de invitarlo a que viniera a la Comisión de Defensa a darnos los elementos que rodeaban el caso. Y en ese momento me informó que estaba desatando toda una serie de investigaciones –y ya en marcha alguna de ellas–, como una investigación administrativa en el ministerio, una investigación hecha por la Fuerza Aérea, además había planteado la denuncia a la policía y por consiguiente había una investigación judicial, como también estaba investigando la justicia militar, y que hasta tanto todo esto, que estaba en etapa presumarial, no se empezara a dilucidar, ni siquiera él como ministro tenía información de lo que realmente había ocurrido.
RA —Usted entendía que por eso no tenía mucho sentido la interpelación como tal, porque no se dieron más detalle de esas investigaciones en sí.
VS —No lo tenía. Y justamente, cuando hablé con el ministro y me dio esa información, informé en la Comisión de Defensa cuál era el estado de situación del tema y la necesidad de esperar un poco porque el ministro me dijo: “Yo con mucho gusto voy a la comisión o voy al Parlamento, pero tengo que tener elementos. Ahora ni siquiera yo puedo hablar, porque no voy a interferir en ninguna de las investigaciones y no me estoy metiendo, no sé por dónde anda ninguna de ellas”. Entonces lo que pasó ayer es absolutamente lógico.
Pero en definitiva el diputado Trobo, al cierre prácticamente de la interpelación, se sinceró y dijo algo que era el objetivo fundamental de su interpelación. Lo dijo él, se escuchó y está en actas, dijo que como sabía que había dos diputados del FA que habían hecho durísimas críticas al ministro Fernández Huidobro por el tema de los derechos humanos, pensaba que esos dos no le iban a dar el respaldo.
RA —Se refería a los diputados Luis Puig y Macarena Gelman, que estuvieron ausentes en la sesión de ayer y enviaron a sus suplentes. Dos legisladores que además habían sido muy críticos por las expresiones de Fernández Huidobro con los familiares de detenidos desaparecidos.
VS —Correcto, esa es la información adecuada. Lo dijo en sala, se sinceró en eso, y evidentemente le salió mal, se equivocó la paloma, porque no solo nosotros tuvimos los votos necesarios para mantener [al ministro] en su cargo, sino que además se adhirió con total buen sentido, buen criterio, no por lo del voto, sino por la posición que explicó, el diputado colorado de Salto, que dijo: “Si hay cuatro investigaciones y no están establecidas las responsabilidades, yo voy a esperar que esto ocurra para tomar una posición en el tema”. Es decir, en vez de perder los dos votos que Trobo calculaba, ganamos uno.
RA —¿Usted tiene alguna hipótesis de qué puede haber ocurrido en la base y cuál puede haber sido el destino de esas municiones?
VS —En la respuesta a Trobo cuando presentó el informe y en la exposición del subsecretario en sala se expusieron todos los mecanismos que existen respecto a la seguridad en los polvorines para evitar cualquier interferencia o robo de proyectiles. Pero en este caso el que fue y se llevó –no tengamos ninguna duda, lo vamos a saber con precisión– era el que tenía la llave del polvorín. La bóveda del banco tiene todas las alarmas, las seguridades, las claves, pero si el que va a sacar tiene conocimiento de todo esto, porque es el que normalmente la maneja o porque tiene acceso a ella, evidentemente los mecanismos no sirven de nada.
RA —Ahí está marcando directamente un responsable del hecho, “el que tiene las llaves”, dice.
VS —No tengan ninguna duda de que debe de haber no uno, sino más de un responsable del hecho. Esos que seguramente le han faltado lealtad no al ministro, sino a la sociedad y al pueblo a partir de una actitud de sacar algo que pertenece a la fuerza, que es en definitiva la sociedad uruguaya. Y en beneficio propio, no tengo ninguna duda.
Pero hay que esperar, porque además, como la revista de la existencia de la munición se efectúa en forma retroactiva por coroneles de otras dependencias del arma, no de los que están a cargo del polvorín –eso es parte de los mecanismos de contralor existentes–, en una de esas revistas, en diciembre apareció una señora con grado de coronel a hacer el control del armamento y le informó al comandante de la base que faltaban municiones. Posteriormente incluso –esto no salió en la interpelación pero yo lo conozco–, preocupada por conocer el trámite que eso había tenido, consultó al comandante de la base sobre si él había elevado la denuncia, y el comandante le dijo que sí. A partir de ahí esa cadena de mando dejó de lado la imprescindible lealtad que el funcionario y mucho más el militar tiene que tener y se produjo el desconocimiento de todo lo otro hasta que alguien le hizo llegar el informe al diputado Trobo.
EC —Ahí está el segundo factor grave en todo esto que estamos discutiendo. Por un lado, el faltante, el robo de una cantidad importante de municiones, y por otro, el hecho de que el ministro no hubiera sido informado. Por lo que usted acaba de contar, el jefe de la base sí sabía desde diciembre del año pasado, sin embargo el ministro recién se entera cuando el diputado Trobo hace la denuncia a través de la prensa el mes pasado, seis meses después.
VS —Exacto.
EC —¿Cómo se explica eso de que el ministro no haya sido informado?
VS —Se explica porque el comandante se reservó la información recibida, que debía haber elevado a su cadena de mando, que debía haber llegado al comandante del arma, el general del aire, Martínez, y de ahí debía haber llegado al ministro. Pero si el que tenía la información no lo hizo… De todos modos es bueno recordar que la justicia militar ya separó a ese funcionario del cargo y está procesado y preso.
EC —Sí, pero la pregunta es cómo hay que leer políticamente, institucionalmente esa actitud del jefe de la base, que no solamente no hace la denuncia ante la justicia, sino que tampoco informa hacia arriba, al comandante en jefe y al ministro. ¿Cómo es eso?
VS —Es clarísimo, ahí hay una responsabilidad que está fundada en la deslealtad de él y de los que al lado de él podían operar. Porque yo tengo la convicción de que la cosa no estaba en conocimiento solo de él. Además –una de las informaciones que tenemos– todo Durazno sabía que faltaban estos proyectiles en la base, y la noticia no había ido por los carriles normales por los que debía haber llegado a toda la cadena de mando hasta llegar el ministro correspondiente. Entonces, seguro, cuando se le pregunta al ministro: “Y mientras robaban los materiales, ¿usted qué estaba haciendo?”. ¡Paradoja! Como cualquier ciudadano que va a la comisaría a denunciar que le robaron todo en la casa y la policía le pregunta: “Dígame, cuando lo robaron, ¿usted qué estaba haciendo?”. […] Está clavado. Cuando el ministro toma conocimiento, inmediatamente pone en marcha todas las investigaciones. Una de las cuales ya empezó: separar del cargo, procesar y privar de libertad al jefe de la base. Ahora habrá que esperar a ver cómo sigue todo esto.
RA —¿Para usted no hubo responsabilidades políticas en este caso? Porque la oposición insistió en este punto. Por ejemplo, estoy leyendo declaraciones del diputado Ope Pasquet, del Partido Colorado (pc), que decía que “este no saber no excusa al ministro de su responsabilidad; es lo que la compromete”.
VS —Hay responsabilidad política en cualquier unidad militar, el jefe es responsable de lo que pasa en todos lados. Un soldado de una batería o de una compañía le roba a otro determinadas cosas o comete determinada irregularidad y el jefe de la base sin ninguna duda es responsable de eso. El verticalismo existente en la fuerza obliga a eso, marca eso. Y hay responsabilidades políticas, cómo no, yo no tengo ninguna duda de que las va a haber. Por las dudas, el ministro ya aclaró que si al término de todas estas investigaciones él entiende que tiene que irse para la casa, se va a ir.
RA —Eso quedó claro, el ministro fue preciso en que si terminadas las investigaciones se determinan responsabilidades y si él tiene que dar un paso al costado, se va.
VS —Exacto, eso fue dicho por el ministro en la interpelación.
EC —Pero ¿en qué caso se iría?
VS —Esa es una consideración que va a quedar a criterio de él. Habrá que ver cómo es eso, acá ya empezamos a manejar supuestos. Justamente, dije en la Comisión de Defensa: “No nos podemos apresurar, el ministro está a la orden para venir, pero necesitamos salir de la etapa presumarial de las investigaciones. Antes venir a una interpelación o venir al Parlamento es perder el tiempo, porque no vamos a poder tener elementos que son imprescindibles para abrir un juicio de opinión y decir dónde están las responsabilidades”. Que en definitiva fue lo que generó el voto del diputado colorado, fue esa su argumentación, su explicación de por qué no había votado la caída del ministro o había respaldado al ministro: hasta que no terminen las investigaciones y no se sepa dónde están las responsabilidades, no podemos actuar. Es absolutamente correcto.
RA —Hay un antecedente del año 2001 que fue citado por el propio Trobo. En aquel momento el mismo ministro Fernández Huidobro, en su rol de legislador, llevó a cabo una interpelación al entonces ministro del PC, Luis Brezzo, por un tema similar, por un faltante de municiones en una dependencia en ese caso de la Armada, y terminó con la renuncia del comandante.
VS —Es bueno recordar dos datos de la realidad. El comandante en esa oportunidad ya había renunciado antes de la interpelación, y el ministro Brezzo no renunció como consecuencia de la interpelación. El faltante que se había producido era de otro tipo de armamento, eran balas de calibre menor, y acá estamos hablando de proyectiles de las ametralladoras que llevan los aviones para el ataque, que también se pueden utilizar en ametralladoras de tierra, y un armamento de una diferencia sustancial. Nada que ver una cosa con la otra, aunque también era un faltante de municiones. Recuerdo que en las unidades militares, cuando se les pasa revista a los soldados de su vestimenta y armamento, si en el fusible falta un tiro, lo pasan al calabozo al soldado, si falta una bala en su fusil ya hay una irregularidad. En esa oportunidad fueron el entonces senador Fernández Huidobro y creo que Korzeniak los que participaron en la investigación de ese faltante que se había producido. Y cuando surgió el problema, el comandante del arma, que era Pazos, ya presentó su renuncia.
RA —Una discusión que se dio ayer y que plantearon algunos legisladores del oficialismo es cómo procedió en la denuncia el diputado Jaime Trobo. ¿Para usted hubo algún error en el proceder del diputado interpelante?
VS —En esto me importa mucho hacer una aclaración, porque uno de los que plantearon eso fui yo, y algunos legisladores interpretaron, en el debate posterior, que yo estaba condenando –no fui yo solo, fue también algún otro, pero asumo la responsabilidad– que Trobo hubiera denunciado. De ninguna manera. El diputado tenía la obligación de hacer lo que hizo, tal vez no debió haberlo hecho como lo hizo. Es decir, acá cabía la responsabilidad de pedirle la entrevista al ministro. Y digo pedido, porque lo que se le plantea al ministro en un diálogo personal no queda escrito, y lamentablemente en el Parlamento lo que se escribe llega muchísimas veces mucho antes a la prensa que al destinatario del escrito. Me ha pasado en más de una oportunidad. Entonces él debía haber hablar con el ministro, darle la información, la investigación se habría desarrollado sin haber sido hecha pública y en consecuencia los resultados podían haber sido más efectivos y más rápidos, y hasta se podría haber interceptado la vía de salida de los proyectiles, hacia dónde iban.
RA —¿Usted dice que al hacer pública la denuncia perjudicó la investigación? ¿La alteró?
VS —Yo no puedo decir hoy que perjudicó o no perjudicó la investigación. Pero no tengo ninguna duda de que todo este tipo de temas… Pensemos en un secuestro –lo vivimos hace poco–, si va y da cuenta a la policía, le ponen que no dé cuenta porque se está trabajando y la información que surja puede dificultar la investigación que se está haciendo. Y se mantiene en reserva. Es decir, lo que yo opino es que la investigación debería haberse hecho con un carácter de reserva que tal vez habría permitido saber ya hoy cómo estaba transitando la cosa y tener ubicado –lo que puede salir en las investigaciones que están en marcha– el destino que llevaron esos proyectiles. No es nada menor, porque estamos hablando de 18.000 proyectiles. Creo que este es el mecanismo que debió haber jugado el legislador, porque tal vez –y más allá de que todos tenemos la obligación de denunciarlo y estuvo muy bien el diputado Trobo cuando lo hizo– la vía que utilizó alertó al enemigo. Esa es la verdad.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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