La tensión en Europa por la crisis de refugiados viene en aumento desde el lunes de la semana pasada, cuando entró en vigor el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía que prevé la expulsión hacia ese país de todos los migrantes llegados ilegalmente a Grecia después del 20 de marzo.
Turquía, vecina de Siria, ha recibido a unos 2,7 millones de personas que huían de la guerra, de las cuales 250.000 viven en campos de refugiados.
Mediante este acuerdo Ankara recibe € 6.000 millones de la Unión Europea, se dispone el levantamiento en junio de los visados impuestos por la UE a los ciudadanos turcos y se acelera de las discusiones sobre la adhesión de Turquía al bloque.
El primer ministro turcro Recep Erdoğan, sin embargo, ha señalado que su país no cumplirá el acuerdo porque ninguna de estas promesas se ha llevado a cabo todavía.
Este fue uno de los temas tratados en La Mesa Internacional con Rafael Mandressi, Mauricio Rabuffetti, Álvaro Diez de Medina y Camilo López.
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