Entrevista con Juan Mailhos, asesor jurídico de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios.
EN PERSPECTIVA
Jueves 11.08.2016, hora 8.16
EMILIANO COTELO (EC) —“Las diatribas y las amenazas quedaron atrás, para dar lugar a una reunión fraterna, con libros de obsequio. En ese clima, el presidente Tabaré Vázquez y el PIT-CNT reconstruyeron su relación y el cambio surtió efecto.”
Así empieza su crónica el semanario Búsqueda hoy en página 4. “Después de meses en los que los sindicalistas tuvieron como respuesta un no cerrado del gobierno, esta semana Vázquez, con el aval del ministro de Economía, Danilo Astori, accedió a una modificación de las pautas del Poder Ejecutivo para los consejos de salarios. Aunque no obtuvo los correctivos anuales que reclamaba, el PIT-CNT calificó de todos modos como un avance importante la decisión del presidente, e incluso piensa en un cambio de su estrategia: mover el eje de lucha del Poder Ejecutivo a las patronales”.
En una carta enviada ayer a la Central, Vázquez informó que en la ronda de negociaciones de este año, en la que se trata a propósito de los convenios colectivos hasta 2018, volverán a regir los parámetros que fueron aplicados en 2015, en lugar de los que estaban previstos originalmente para 2016. De esa forma, los trabajadores de los sectores que se autocatalogaron en problemas van a tener un aumento nominal de 8 % en lugar del 6,5 % previsto hasta ahora en las pautas, los de los sectores intermedios tendrán un incremento de 8,5 % en vez de 7,5 %, y los de sectores llamados dinámicos de la economía, un ajuste de 10 % en lugar del 9 % previsto. Además se estableció que los salarios más sumergidos van a tener un correctivo por inflación.
Examinemos esta noticia de los dos lados del mostrador.
Conversamos primero con la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS).
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Estamos en diálogo con el asesor económico de la CNCS, Juan Mailhos.
EC —Llamó la atención lo rápido que reaccionó ayer la CNCS, que emitió un comunicado y llamó a una conferencia de prensa. Pudo haberse esperado que se tomaran algo más de tiempo para evaluar el cambio. Salieron enseguida.
JM —Es que la noticia sorprendió y nos generó una preocupación grande, porque cambiar las reglas de juego cuando la ronda ya debiera haber estado instalada, y además con unas condiciones que contemplan solamente las posturas del sector trabajador era una situación como para reaccionar inmediatamente y no dejar para enterarnos de esta y alguna otra novedad hoy a las 10.30 de la mañana en el Consejo Superior Tripartito. Entendimos que había que dar una señal clara para la opinión pública y fundamentalmente para los múltiples comerciantes y sectores que nos vienen llamando desde hace muchos días, preocupados porque esta ronda no se inicia y para el sector empresarial empiezan a correr las retroactividades, los mayores costos y también las incertidumbres con el personal y demás, generando situaciones no deseadas.
RA —¿No era razonable ajustar estos porcentajes de incremento que se habían fijado en las pautas salariales el año pasado, teniendo en cuenta que la inflación está en niveles notoriamente mayores de lo que se había previsto?
JM —Nos parecía razonable –lo dijimos oportunamente– cuando el Poder Ejecutivo fijó los parámetros para la negociación 2015, 2016, 2017. Todo lo que refería a los lineamientos del Poder Ejecutivo estaba previsto, estaba muy claro para todas las partes y nos parecía que eso era un intento de interpretar la realidad mucho más adecuado que estas modificaciones que de hecho implican aumentos de un 1 % o un 1,5 % adicional cada uno de los años en que se negocien los convenios. Esto refiere al piso de la negociación, porque la negociación trae como dinámica el adoptar o no los lineamientos del Poder Ejecutivo y a partir de allí se plantean reclamos en más. Entonces nosotros habíamos valorado en su momento como una buena interpretación de la realidad los lineamientos anteriores.