Entrevista con el senador Javier García (PN).
EN PERSPECTIVA
Jueves 12.05.2016, hora 8.19
Tres semanas después de que comenzara, el diálogo convocado por el gobierno en busca de una política de Estado sobre convivencia y seguridad ciudadana, este martes el Poder Ejecutivo y los partidos políticos acordaron los tres primeros proyectos de ley.
A pesar del avance, desde el Partido Nacional (PN) se reclama que se consideren proyectos de la oposición, en particular blancos, en torno a los cuales seguramente habrá polémica. El planteo fue realizado por el senador Javier García, del sector Todos Hacia Adelante, que es justamente nuestro invitado esta mañana, con él vamos a conversar sobre cómo vienen estas instancias y qué posibilidades hay de lograr entendimientos de fondo.
EMILIANO COTELO (EC) —El Partido Nacional ha sido muy crítico de la gestión del gobierno en materia de seguridad pública. Incluso el senador Luis Lacalle Pou ha insistido en pedir el pedido renuncia del ministro Eduardo Bonomi. Este diálogo entre el Poder Ejecutivo y los partidos con representación parlamentaria, que tiene algunos acuerdos firmados, ¿les hace cambiar en algo la postura?
JAVIER GARCÍA (JG) —No, en absoluto, esta fue una decisión que tomó todo el partido, que tiene una actitud muy positiva. Está el equipo que lleva adelante las políticas -el ministro del Interior y su subsecretario, [Jorge] Vázquez- del cual tenemos una opinión que es incambiada. Nosotros creemos que la gestión de Bonomi y de Vázquez, el hermano del presidente, es un fracaso rotundo, absoluto. No es que lo digamos por una apreciación subjetiva, los números de su gestión marcan que son un fracaso: en seis años de Bonomi y Vázquez, en Uruguay tenemos 60 % más de rapiñas y récord histórico de homicidios en 2015, que son los últimos datos que tenemos, por usar los dos delitos más graves que existen. Si, como tuvo el ministro del Interior, usted tiene todos los recursos económicos -históricos también, en abundancia- y respaldo político absoluto, con mayorías parlamentarias que lo blindan durante toda su gestión, tiene todo lo que necesita: respaldo político y recursos. Haga. Si durante seis años, con todo eso, su gestión termina con 60 % más de rapiñas y una multiplicación de la violencia, usted no pudo o no supo, es un fracaso. Eso no cambia, es así, es objetivo y material.
EC —¿Qué cambia con este diálogo?
JG —Que a nosotros nos convoca el presidente. ¿Por qué?, porque le llegó el agua al cuello en materia de seguridad, porque también [lo] percibe, es un hombre inteligente, no estoy diciendo ninguna novedad. Dice: con todo lo que tuve, la opinión pública, la gente, me dice que no da más con la inseguridad y reclama cambios. El presidente decide invitar, algo que no hicieron ni él ni su partido durante los 11 años que decidieron ignorar a la oposición, con el agua al cuello. El PN dice: Vamos. Allí vamos con los senadores Luis Alberto Heber y [Guillermo] Besozzi, está todo el PN representado. ¿Bajo qué supuesto?, el de que no vamos a ser parte de un abrazo del oso, no vamos a que el presidente de la República quiera diluir su responsabilidad y decir: “Bueno, ahora la seguridad es responsabilidad de todos”. No, de ninguna manera, la responsabilidad es suya.
Nosotros no nos negamos a aportar nuestras ideas, porque por algo decimos públicamente que no estamos de acuerdo. Buena cosa sería que dijéramos: “No estamos de acuerdo y nos guardamos las ideas para cuando, eventualmente, seamos gobierno”. Aquella tesis de cuanto peor mejor, que todo se vaya… así nosotros decimos: “No, estamos absolutamente discrepantes con la actitud del Ministerio del Interior”. Creemos que ya se deberían haber ido [sus autoridades], solo hace que se queden una interna política que los atornilla, y yo creo que está muy vinculado también a quien es el subsecretario, el hermano del presidente. Pero no nos vamos a quedar en eso, igual vamos a aportar nuestras ideas porque también, vamos a ser claros, eso nos da la autoridad de decir que nosotros colaboramos, no solo dijimos lo que está mal sino que también propusimos cambios. El presidente nos convoca. Dos supuestos que, aparte, en nombre del PN fui yo quien se los planteó al presidente, con el absoluto respeto con el que concurrimos -no correspondía de otra manera- a esa reunión. Primero dije: presidente, usted mantiene a su equipo, está bien, tiene su potestad, pero es obvio que tiene que estar dispuesto a que haya un cambio de rumbo. O sea, le formulamos esa pregunta, y él dijo: sí, la sola convocatoria a esta reunión implica un cambio de rumbo.