Entrevista con el doctor Guillermo Dighiero, primer director del Instituto Pasteur Montevideo.
EN PERSPECTIVA
Jueves 15.12.2016, hora 8.12
EMILIANO COTELO (EC) —El apellido Pasteur es conocido mundialmente porque pertenece al científico francés que en el siglo XIX desarrolló, entre otras innovaciones, el suero antirrábico. Luis Pasteur, así se llamaba, creó también el Instituto Pasteur, que en su siglo largo de historia ha propiciado avances notables en el tratamiento de enfermedades como la difteria, el tétanos, la tuberculosis, la poliomielitis, la gripe o la fiebre amarilla.
En Uruguay, el apellido Pasteur refiere también a un instituto, pero no al de París, sino al de Montevideo, al Instituto Pasteur Montevideo, un centro de investigación en medicina molecular que es toda una referencia para la comunidad científica de la región y que hoy festeja su primera década de existencia.
Esta misma mañana, a partir de las 9, tendrá lugar el acto oficial de conmemoración, allí en su sede, en la zona de Malvín Alto, en Mataojo y la rambla Euskalerría.
Parece un buen momento para preguntarse qué aportes ha cosechado en estos años, hacia dónde va en el mediano y largo plazo.
Vamos a conversarlo con los dos directores que ha tenido hasta ahora el Instituto Pasteur, los doctores Guillermo Dighiero y Luis Barbeito, que ya están a esta hora en el Instituto y que han tenido la amabilidad de atendernos mientras allí se desarrollan los últimos preparativos de los actos de cumpleaños.
GUILLERMO DIGHIERO (GD) —[…] tuvo la amabilidad con nosotros de instalarse durante tres días en el Instituto y de apoyar fuertemente esta realización.
EC —Sí, fue una trasmisión especial que recordamos con mucho cariño en el equipo de En Perspectiva. Fue particularmente interesante para nosotros mismos, por todo lo que vimos, por todo lo que descubrimos, y sé que para los oyentes también fue muy útil enterarse, a través de la radio, de lo que se estaba haciendo allí, de qué era lo que había en ese edificio, en ese instituto.
GD —En realidad este instituto es una apuesta. Yo durante muchísimos años, más de 20, dirigí una unidad de investigación y dirigí un departamento en el Instituto Pasteur de París. Y recibía estudiantes que venían de Uruguay y de otros países de América Latina, y lo que me impresionaba era que veía que los estudiantes llegaban al laboratorio y en poquísimo tiempo eran extraordinariamente productivos, mucho más que los estudiantes franceses. Como es muy difícil pensar que nosotros somos más inteligentes que los franceses –tampoco lo somos menos–, traté de buscar las razones de eso. Y la razón era, para mí, que aquellos estudiantes, aquellos investigadores que llegaban allá habían sufrido una selección negativa tan fuerte e iban con una motivación tan importante y con una pasión por el desarrollo de la ciencia que los hacía muy productivos.
De ahí vino la idea: si pudiéramos ofrecerles a los investigadores en Uruguay condiciones de trabajo similares a las que tienen en Francia, donde todas las tecnologías están disponibles en el Instituto Pasteur, eso tendría que marchar bien. Y creo que es lo que se produjo. Hoy, 10 años después, este instituto que empezó en 2005 a construirse –recuerdo que lo construimos en 15 meses– hoy tiene 180 personas trabajando, más de 100 investigadores y una producción absolutamente de nivel internacional. En ese sentido ha sido un éxito. Yo ya hace unos cuantos años que dejé la dirección, pero me parece que ha sido sumamente exitoso, y para mí muestra un camino y que en Uruguay se pueden hacer estas cosas.
