Entrevista con el ingeniero químico Santiago Kröger, director técnico de Bitafal SA.
EN PERSPECTIVA
Lunes 15.02.2016, hora 8.20
EMILIANO COTELO (EC) —¿Se han puesto a pensar en la cantidad de neumáticos en desuso que tenemos acumulados en Uruguay? Seguramente han visto esas cubiertas viejas, amontonadas en vertederos a cielo abierto, muchos de ellos clandestinos, o tiradas en las calles o simplemente arrumbadas en el fondo de muchas casas.
Eso es todo un problema. Primero ambiental, porque ese material demora 600 años, por lo menos, en degradarse. Pero además, es un problema sanitario, porque todos esos focos funcionan como criaderos ideales de mosquitos transmisores de enfermedades, entre ellas el dengue.
La semana pasada un oyente de En Perspectiva, José Cerizola, nos escribió preocupado por este tema a partir de una nota del diario El País. En el artículo se informaba que solo en la ciudad de Río Branco hay 800.000 cubiertas viejas abandonadas en depósitos en las afueras de la ciudad. La gran diferencia de precio entre los dos lados de la frontera alimenta la demanda de vecinos brasileños que vienen acá a renovar sus ruedas.
El oyente, que es oriundo de esa zona, confirmaba las cifras, pero sobre todo se preguntaba por qué en Uruguay no estamos reciclando esas cubiertas, que en otras partes del mundo, sin ir más lejos en Brasil mismo, se están empleando desde hace tiempo para mejorar las carreteras, un rubro de la infraestructura que tenemos tan atrasado nosotros.
No solo en Brasil, en varios países desarrollados se pican los neumáticos y se extrae su caucho para preparar la mezcla asfáltica con la que se pavimentan calles y rutas, y se obtienen ventajas importantes en cuanto a mantenimiento y en cuanto a la seguridad para los vehículos.
A partir de ese correo del oyente, nos pusimos a averiguar y encontramos que en Uruguay la empresa pionera en esta tecnología se llama Bitafal SA, que desde 2009 viene realizando los ensayos correspondientes. Hasta ahora avanzó poco en su aplicación, sobre todo porque no existía normativa relativa al reciclaje de estos desechos. Pero un decreto del Poder Ejecutivo aprobado a fines del año pasado podría cambiar el escenario, abriendo perspectivas muy interesantes.
Para profundizar en este tema y conocer más sobre esta solución y sus posibilidades, estamos con el ingeniero químico Santiago Kröger, director técnico de Bitafal SA.
En primer lugar, dos palabras a propósito de qué es Bitafal.
SANTIAGO KRÖGER (SK) —Bitafal es una empresa familiar, de capitales nacionales, que está compuesta por cuatro unidades de negocio que brindan soluciones integrales a la construcción vial. Principalmente y en el caso de que estamos hablando hoy, Bitafal Asfaltos Especiales, que es una de las unidades de negocio, es una planta elaboradora de asfaltos y [emulsiones] que se ha destacado por la innovación a lo largo de toda su historia y por el respaldo técnico que damos sobre todo a los asfaltos que comercializamos.
EC —Ustedes son proveedores de empresas constructoras.
SK —Somos proveedores de empresas constructoras, exactamente.
EC —Vayamos a lo que motiva esta conversación. Comencemos explicando desde cuándo existe esta alternativa de reciclaje de neumáticos, desde cuándo se los usa para mejorar el asfalto.
SK —Te hago una pequeña introducción sobre los asfaltos modificados en general con polímeros vírgenes y después una aproximación al polvo de neumático y por qué no se ha desarrollado.
EC —Antes que eso, digamos qué es el asfalto.
SK —El asfalto es el residuo de la refinería, es el producto que queda después de que se han sacado todos los combustibles y lubricantes.
EC —Es un derivado del petróleo.
SK —Es un derivado del petróleo que se utiliza en la construcción de carreteras mezclado con un 95 % de áridos, de piedra en su forma más convencional, que son las carpetas asfálticas; por ejemplo, todas las carreteras primarias del país. El asfalto convencional se sigue utilizando en el mundo entero, porque sigue cumpliendo con sus funciones, pero desde hace unos cuantos años se está viendo en la industria que hacen falta asfaltos mejorados para soportar las altas cargas de tránsito y también para soportar las inclemencias climáticas, que cada vez son más frecuentes sobre nuestro planeta. Es así que en la década del 60 se empezó a probar con distintos aditivos y polímeros, se probó con polvo de neumáticos y con asfaltos convencionales con polímeros de refinería, petroquímica, lo que llamamos polímeros vírgenes.
EC —Ya desde los años 60 se modifica el asfalto.
SK —Ya se conocía la tecnología, en EEUU se empezaban a hacer trechos, tramos experimentales y patentan la tecnología en los 70. Y no sé si fue por eso o por algún interés de las petroquímicas que el desarrollo del uso de asfaltos con polvo de neumático quedó estancado, mientras que sí se desarrollaron los asfaltos con polímeros vírgenes, siendo que se pueden lograr prestaciones similares con cualquiera de los dos materiales.
En los 80 y en los 90 hubo gran evolución y desarrollo de la tecnología en Europa y en EEUU y obviamente eso llegó a la región, sobre todo a Argentina –nosotros miramos mucho qué hacen los argentinos– y finalmente llegó acá. La utilización de asfaltos con polímeros vírgenes en Uruguay comenzó hace un quinquenio más o menos y ahora se ha masificado.