Entrevista con el diputado Pablo Abdala (AN, PN).
EN PERSPECTIVA
Lunes 02.10.2017, hora 8.31
EMILIANO COTELO (EC) —La situación del intendente de Soriano, Agustín Bascou, se transformó este fin de semana en un parteaguas dentro del Partido Nacional (PN).
El sábado, al regreso de un viaje familiar, el líder del sector Todos, Luis Lacalle Pou, habló por primera vez de los dos casos de dirigentes blancos que enfrentan problemas con la justicia. En particular, le quitó el respaldo a Bascou, que es cuestionado desde el Frente Amplio (FA) y dentro del propio PN por las compras que el gobierno departamental, bajo su dirección, realizó, entre julio de 2015 y diciembre de 2016, en dos estaciones de servicio en las que él tenía participación como socio.
(Audio Luis Lacalle Pou.)
LLP —Claramente con respecto a la venta de combustible de su estación a la Intendencia no lo comparto. No me parece bien y se lo manifesté a él también. Es una tarea de la Comisión de Ética del PN decidir realmente, ya no solo sobre la constitucionalidad de este hecho (porque no es un tema de Constitución, es un tema ético, por eso la Comisión), si es que corresponden sanciones, cuáles corresponden. Queda claro que yo no lo hubiera hecho y no respaldo esa actitud.
Periodista —¿Debería apartarse del cargo mientras dura la investigación de la Comisión de Ética?
LLP —Eso lo va a decidir la Comisión. Uno puede decir lo que haría personalmente. Yo me apartaría del cargo, seguramente.
Periodista —¿En esta instancia ya hubiera renunciado?
LLP —Seguramente.
(Fin audio.)
EC —Estos comentarios no cayeron bien en Alianza Nacional (AN), cuyos líderes habían apoyado expresamente a Bascou. Ayer en declaraciones a El País y también en El Observador, el senador Jorge Larrañaga dijo que con sus comentarios Lacalle Pou “deslegitimó el ámbito del Directorio y de la Comisión de Ética” y que a él lo “desilusionó”. “No somos un partido que cobra al grito. Somos los defensores de las leyes. Hay que contribuir a la unidad partidaria, como lo hemos hecho con sacrificios personales”, dijo Larrañaga.
El caso de Bascou no es el único que complica a los nacionalistas, la Comisión de Ética del partido también está investigando la conducta del diputado Wilson Ezquerra, que manejando alcoholizado atropelló a una mujer y le ocasionó lesiones.
¿Qué derivaciones puede tener este enfrentamiento que ha quedado planteado en la interna blanca?
Estamos con el doctor Pablo Abdala, diputado, perteneciente a AN.
¿Las declaraciones de Larrañaga de ayer son compartidas por todos los dirigentes de AN?
PABLO ABDALA (PA) —Sí, creo que reflejan el estado de ánimo del sector. Evidentemente se ha generado una diferencia, que es la que usted mencionaba, no lo podemos soslayar, como consecuencia de que el partido venía transitando un determinado camino en el que todos habíamos coincidido. AN y el senador Jorge Larrañaga en primer lugar habíamos apoyado esa tesitura, ese procedimiento que se construyó en el Directorio para procesar estas situaciones de la manera más adecuada y con todas las garantías. Y es un dato objetivo que las manifestaciones del senador Lacalle Pou del sábado pasado en algún sentido implican adelantarse al pronunciamiento de la institucionalidad, y, por lo tanto, pueden poner en riesgo o modifican el escenario que estaba planteado. Creo que eso es lo que genera esta diferencia y esa molestia.
EC —¿Ustedes entienden que Lacalle Pou no debía pronunciarse? Se lo pregunto porque todos los otros dirigentes de sectores del PN lo habían hecho, incluso Larrañaga, y también puede leerse que esas otras opiniones eran presiones sobre la Comisión de Ética del partido.
PA —En primer lugar, creo que las opiniones de Larrañaga nunca fueron del todo concluyentes, salvo para reivindicar precisamente este camino, el camino de la Comisión de Ética, el camino de la institucionalidad partidaria. Y creo que siempre pusimos el énfasis –no solo lo puso Larrañaga, lo puso el presidente del Directorio del partido, lo pusimos nosotros el pasado miércoles, cuando la mesa del Directorio recibió a los involucrados y a la Comisión de Ética para iniciar este camino– en que era necesario esperar el pronunciamiento de la Comisión de Ética y que ella actuara con la mayor serenidad, sin el más mínimo tipo de presión, pero con una condición: cualquiera fuese su pronunciamiento, todos nos íbamos a someter a su veredicto.
Creo que este camino además tiene un enorme valor, porque se sabe cuándo y cómo empieza, pero no se sabe cómo termina, porque la Comisión de Ética debe pronunciarse con total objetividad. Y más allá de que jurídicamente su fallo, su pronunciamiento no sea vinculante para el Directorio del partido, es evidente que desde el punto de vista político tiene un peso y una relevancia que después el Directorio no va a poder soslayar.