Entrevista con el diputado Fernando Amado (Partido Colorado).
EN PERSPECTIVA
Lunes 31.07.2017, hora 8.21
(Audio Fernando Amado)
Para los contras, para aquellos que no quieren al batllismo, para aquellos que quieren al batllismo pero fuera del Partido Colorado, para aquellos que nos han tildado de traidores más de una vez por el solo hecho de pensar diferente, para aquellos que nos botijean por ser jóvenes, tengo una tremenda mala noticia. Y es que quiero, quiero y quiero…
(Fin audio)
EMILIANO COTELO (EC) —Así hablaba el diputado Fernando Amado, el sábado 22, confirmando que va a ser precandidato a la presidencia de la República por el Partido Colorado (PC), con su sector Batllistas Orejanos.
En el discurso que pronunció ante la asamblea nacional de su grupo, que acababa de impulsar su proclamación, Amado jugó fuerte y dijo que quiere “quedarse” con ese partido histórico, “cambiarle la cara a su manera y jugar en las ligas mayores”.
¿Qué implica este paso para el “ala batllista” del PC? ¿Cómo se para el sector en otros asuntos de la agenda de estos días, como la Rendición de Cuentas?
Vamos a conversar con el diputado Amado.
El PC está en 7 %, según las encuestas de Opción y Equipos. Su sector, Batllistas Orejanos (BO), es uno de varios en el PC y no tiene todavía un año de vida. Sin embargo, usted ya está lanzado como precandidato. ¿Por qué tan temprano?
FERNANDO AMADO (FA) —Bueno, yo creo que notoriamente las circunstancias políticas del PC no son las mismas que las de otros partidos en Uruguay. El Partido Nacional (PN) tiene una estabilidad de sectores, de candidatos y de electorado que le permite manejarse de otra manera. El Frente Amplio (FA), si bien no tiene candidatos definidos, es un partido que tiene un piso electoral alto, está en el Gobierno y por lo tanto también tiene otros tiempos políticos. En el caso del PC pasan dos cosas al mismo tiempo: la primera es esa situación de crisis permanente que ha tenido a lo largo de estos últimos 12 años y la segunda es que se enfrenta, en el medio del quinquenio, a una situación en la que el líder mayoritario, Pedro Bordaberry, anuncia que no va a ser candidato y que se aleja de la política…
EC —¿Esa decisión de Bordaberry está detrás de esta aceleración de usted?
FA —Esto es algo que muchas veces conversamos en los círculos de confianza, y quienes lo siguen de cerca señalan que yo ya dije que voy a ser candidato y que quiero correr la carrera, pero en realidad la gente muchas veces no lo sabe porque hay que repetirlo 50.000 veces, más cuando se es candidato por primera vez. Es mucho más fácil la asociación con una eventual candidatura para quienes ya corrieron la carrera alguna vez, es más difícil instalar una primera candidatura. Yo creo que lo de Bordaberry cambia la realidad y el escenario del PC, sería necio si negara la relevancia de que Bordaberry no vaya a ser candidato y si no fuera claro en cuanto a que la no presencia de Bordaberry en la contienda nos genera muchas más posibilidades. Lo digo porque dentro del electorado cautivo colorado, de ese 7 %, Bordaberry mantenía una mayoría importante con comodidad, sobre todo por las características de ese electorado y el perfil ideológico de Bordaberry, pero al mismo tiempo [su salida] es una enorme oportunidad para nuestro planteo ideológico y político, no solo de renovación generacional sino también ideológica, de correr al PC hacia el centro o la centro izquierda histórica que ocupó el batllismo. Con una dosis de pragmatismo y realismo muchas veces había gente que nos decía: me gusta lo que están haciendo, me gusta su propuesta, pero hay un obstáculo que es que sentimos la dificultad de que su sector le gane al de Bordaberry. Y yo no quiero ir al sector de Bordaberry…