Entrevista con el intendente de Maldonado, Enrique Antía.
EN PERSPECTIVA
Martes 12.01.2016, hora 8.13
ROMINA ANDRIOLI (RA) —La temporada turística está en pleno auge en estos días. Algunos incluso ya se animan a considerar que esta será la mejor temporada de los últimos años.
La costa atlántica uruguaya se ha llenado de turistas. Las playas de Rocha, Maldonado e incluso las de Canelones están siendo visitadas por miles de uruguayos, brasileños y sobre todo argentinos que han vuelto masivamente a elegir nuestros balnearios para pasar sus vacaciones.
Vamos a trasladarnos a Maldonado, donde se encuentran los principales destinos turísticos uruguayos, para conocer cómo se ha iniciado la temporada, pero también para hablar de otros aspectos que hacen a la actualidad del departamento.
El contacto es con el intendente fernandino, Enrique Antía.
NICOLÁS BATALLA (NB) —Sería bueno tener una primera evaluación general de cómo ha transcurrido esta temporada hasta ahora.
ENRIQUE ANTÍA (EA) —Sin problemas y con bastante gente.
RA —¿Hay cifras de la cantidad de turistas que están pasando sus vacaciones en Maldonado en estos primeros días?
EA —No, cifras generales no tenemos, tenemos algunas percepciones y algún dato referente, como por ejemplo las toneladas de basura que se están levantando, que superan por entre 15 % y 20 % a las de años pasados. Mucha gente, lo cual fue una sorpresa para nosotros, porque esperábamos menos. Había mucha incertidumbre, qué iba a pasar con Brasil, qué iba a pasar con Argentina, las situaciones económicas y políticas de los dos países. Por suerte vinieron muchos argentinos a sustituir a aquellos brasileños que faltaron y tal vez alguno más. Brasileños seguramente hubo bastante menos, eso se notó, porque somos muy caros. Y argentinos vinieron bastante más.
RA —Esa parece ser la tónica, la presencia de argentinos, más de los que se esperaban, influenciados quizás por el levantamiento de las restricciones cambiarias. Eso sin duda ha impactado.
EA —Hay un tema de levantamiento del tipo de cambio y también una especie de liberación, un “volvemos a Punta del Este”, que era algo que ellos querían, pero se sentían un poco oprimidos por el tipo de cambio y por una serie de dificultades que tenían cuando tenían que tomar la decisión de venir.
NB —Uno de los aspectos que parecen estar influyendo es el tema de los precios, que siempre son un tema en Punta del Este, pero parece que este año ha sido diferente.
EA —Dos cosas. Hubo por un lado una conducta muy seria del empresariado del departamento, que sabiendo que teníamos que sembrar para captar turistas, que había que hacer un esfuerzo, se mantuvo en línea con los precios, no aumentó los precios, manejó con bastante razonabilidad el tema económico. Y por otro lado hubo una Argentina que se encareció, con una economía que entró a nivelarse. Creo que la cosa va por los dos lados. Eso dio una ecuación en la cual la diferencia de precios de Punta del Este con Buenos Aires ha sido pequeña, dicho por ellos mismos, incluso con titulares importantes en la prensa argentina. El primer titular del diario La Nación a dos o tres días de iniciada la temporada fue fantástico para los intereses de nuestro país.
RA —[El diario] Clarín, de Buenos Aires, tituló: “Punta del Este está de “saldo” para seducir a los argentinos”.
EA —Estaba ese titular y en la misma página se hablaba de que en Pinar había menos gente y estaba más caro. Parecía una página hecha a propósito, sin embargo fue casual, fue lo que recogió la prensa. Eso nos ayudó, y seguramente también va a ayudar para la próxima quincena, que se viene la semana que viene.
RA —Salimos de los números en materia de turismo. La temporada se inició con la inauguración del puente sobre la laguna Garzón, que une los departamentos de Maldonado y Rocha. ¿Qué evaluación hace de la puesta en funcionamiento de esa obra?
EA —Es una obra interesante, linda de ver y que a la larga va a tener un impacto en la región. Esa región se va a desarrollar un poco más, [el puente] va a ser bueno para Maldonado, más allá de que también va a ser muy bueno para Rocha. Va a ser bueno para Maldonado porque esa zona de Rocha tiene dificultades de servicios, y seguramente muchos de esos servicios se brinden en el departamento de Maldonado. De todas maneras es un atractivo, la gente va a ver el puente, baja, camina alrededor, le saca fotos, hace unas selfies. Todo eso genera toda una onda. Y aparte se contagia, eso se trasmite, la comunicación directa de la gente por internet es fantástica.
NB —En declaraciones al diario El País hace unos días, el arquitecto Rafael Viñoly dijo que el diseño que él donó terminó siendo desvirtuado y lamentó que no se hubiera construido el paseo peatonal que estaba previsto. Viñoly decía que nada de lo que constituye esa parte de la obra fue contratado y que no había una fecha para la contratación ni el compromiso de terminarla. ¿Está previsto que la obra termine teniendo esas partes que Viñoly dice que no fueron realizadas?
EA —No, no sé exactamente. Es una obra que hizo un privado con el apoyo inicial de una pequeña parte del Ministerio (de Transporte y Obras Públicas). Nada tuvimos que ver nosotros en Maldonado, así que no puedo meterme en opiniones de esas características. La obra de todas maneras, aunque le falte algo, es vistosa, está linda y la gente la aprovecha.
NB —¿Cómo piensa actuar la Intendencia con respecto al desarrollo que va a tener la zona a partir de la existencia de este puente?
EA —Tenemos que ser muy celosos de custodiar la calidad ambiental de la zona de José Ignacio. Tenemos que cuidar urbanísticamente una joyita que tenemos en la zona este del departamento, que es José Ignacio y el entorno. Tenemos que ser muy cuidadosos con las reglas urbanísticas, con el tema comercial, con la publicidad, no agredir, cuidar que la costa se mantenga en perfectas condiciones. Siempre que hay un desarrollo de esas características viene una avalancha de gente que de pronto no entiende de temas urbanísticos o de lo que es preservar la costa y agrede. Ahí la Intendencia tiene que ser muy firme en la toma de decisiones y en el controlar
De hecho estamos controlando los accesos a las playas para que los vehículos no se pongan arriba de los médanos. No en cualquier lugar se puede instalar un bolichito, un restaurante o un área gastronómica, hay normativa que hay que respetar. No en cualquier lugar se puede instalar un hotel, hay normativa que hay que respetar. Es el control que tenemos que hacer. Y por supuesto hay toda una tarea de higiene, de limpieza y de seguridad para mantener la zona preservada lo mejor posible, ante mucha gente que viene por curiosidad, pero algunos terminan afincándose, otros consumiendo, en fin.
Sin duda va a ser un desarrollo para esa zona y va a favorecer que aparezcan muchas chacras turísticas en la vuelta, también algún impulso de la construcción en la zona. Pero ese es un proceso lento que se va a ir viendo con el tiempo. De todas maneras la costa de Rocha ahí es peligrosa, la bajada a la playa en la costa de Rocha es peligrosa, entonces seguramente va a haber mayor densidad del lado de Maldonado.
RA —En Maldonado la temporada se inició con inconvenientes con el agua potable. OSE pidió disculpas por esos inconvenientes y ahora los problemas de falta de agua ya se solucionaron. ¿Cuánto cree que afectó esa situación el arranque de la temporada?
EA —No afectó el arranque de la temporada, más que por algún comentario. No hubo turistas que se fueran por eso; podrá haber habido algún caso en especial.
RA —¿No hubo? En FM Gente de Maldonado se llegó a publicar que en estos días algunas de las reservas cayeron como consecuencia de esta situación.
EA —No, puede haber habido algún caso en Piriápolis, en un lugar puntual donde se rompió un caño y demoraron dos días [en repararlo]. Pero el tema de falta de agua fue antes de la temporada, justo antes de la temporada, entonces tuvo un impacto en comunicación.
Hubo una falta de previsión técnica. Sobre Navidad, en ese fin de semana largo de cuatro días, con un mundo de gente, se gastó más agua que la que subía al tanque. Eso generó desabastecimiento. Después pasó algo que todos temíamos. Los técnicos de OSE nos dicen que cuando se vacía el tanque el riesgo es cuando aparece el golpe de ariete que es la presión del agua con el aire en las cañerías, que generalmente termina ocasionando alguna rotura de caño. Fue lo que pasó. Una vez resuelto el tema del agua, en algunas zonas se rompió algún caño, pero eso se arregló rápidamente. No quiero quitarle importancia al tema, pero sirvió c llamado de atención a la gente de OSE, que se había dormido en los laureles. Nuestro representante en la UGD (Unidad de Gestión Desconcentrada) de OSE nos trasmitió que faltó mantenimiento.
RA —La UGD es la autoridad en materia de agua en el departamento.
EA —La Intendencia tiene un representante en el directorio de la UGD, que es la responsable del agua del departamento. OSE tiene la mayoría y puso el gerente general para hacer la parte de gestión. Nosotros estamos enterados, al tanto, controlando la tarea; de hecho hasta yo estuve hasta la madrugada la noche en que la laguna del Sauce se empezó a quedar sin agua, hasta que le encontraron la vuelta y me vine tranquilo de que se iba a resolver el tema del agua. Habría sido un desastre si no hubiera habido agua por un día o dos. Fue un tema que nos preocupó mucho.
RA —No es la primera vez que ocurren problemas con el agua o el saneamiento en plena temporada turística; sin ir más lejos, hubo problemas el año pasado. ¿Qué se está haciendo para evitar que estas situaciones se repitan?
EA —Fueron temas bien distintos. Uno fue el tema de la calidad del agua, fue un tema técnico, de dificultad de control del alga. Y este es un tema de operación.
RA —El año pasado habían sido problemas en la toma de agua de laguna del Sauce, en la calidad del agua que se tomaba allí, por las algas y las cianobacterias que estaban presentes. Esta vez fue un tema de suministro.
EA —Es un tema operativo. Es más, el tema de la calidad del agua se está controlando y se está actuando bien. Incluso a nivel nacional y a nivel departamental se están tomando las previsiones necesarias para ir mitigando el problema a largo plazo, porque no es un tema que se pueda resolver de un día para el otro, puede llevar años recomponer la calidad de la laguna. Para eso la Intendencia y el Gobierno nacional hemos actuado fuertemente en forma conjunta para empezar a ordenar la cuenca de la laguna. Un equipo muy calificado nos está brindando una cantidad de recomendaciones técnicas.
En este episodio puntual había falta de mantenimiento de los filtros. Incluso el representante de la Intendencia observó y comunicó por escrito previamente, unos 15 días antes, y reiteró, que había alguna dificultad, que tenían que hacer algún mantenimiento adicional a los filtros. Como que alguno se durmió. Sobre eso se está haciendo alguna investigación. Es bastate grave, porque podía haber dejado a toda una población sin agua, y la imagen país podía verse afectada. Gracias a Dios pasó una cosa bastate rápida, no fueron más que algunos inconvenientes, e incluso, a diferencia con la otra instancia, se actuó rápidamente y se enviaron hasta 10 camiones tanque a los barrios para que la gente tuviera agua en caso de que faltara. Eso la gente lo valoró.
RA —Mencionó que en el caso de la toma de agua de la laguna del Sauce están trabajando en conjunto con el Gobierno nacional. ¿Qué medidas se están tomando allí?
EA —Por lo pronto, la Intendencia licitó el saneamiento de La Capuera, una obra de mucha plata, y se está haciendo la conexión de saneamiento desde La Capuera hasta la planta de Punta del Chileno en Maldonado. Es un tema importante porque toda esa materia orgánica fluía hacia la parte baja, que era la laguna. Ese es un tema de fondo que se está encarando rápidamente. De todas maneras la obra va a llevar un año y pico, entre que se hace y se conecta a la gente, va a llevar un par de años.
Por otro lado se contrató un equipo técnico para hacer un control padrón por padrón de toda la cuenca de la laguna y ver las [conclusiones] necesarias en materia de manejo del suelo, de la agricultura, de la construcción o de las aguas servidas de toda la cuenca superior de la laguna del Sauce. Hay un equipo técnico contratado por la Intendencia que está coordinando con [posiciones] de la Dirección Nacional de Aguas (Dinagua) del Gobierno nacional. Hay una mesa de trabajo de control sobre distintas tareas de monitoreo. Además, en OSE se está haciendo la inversión en la succión del agua para proveer de mayores defensas con plantas de prefiltrado con carbón activado.
En fin, se están tomando una serie de medidas técnicas y vendrán otras en los próximos meses, porque todo no se puede hacer de golpe. Son inversiones costosas que están siendo evaluadas y se están haciendo. Creo que con eso se va a tomar el control.
Pero además se está haciendo un control diario, un control muy puntual…
RA —¿Quién lo está haciendo?
EA —Un laboratorio, sobre distintas áreas de la laguna. Creo que eso también ayuda a prevenir, porque la vez pasada cuando quisieron acordar tenían las algas en el tanque mayor. Ahora si aparece hay que intentar tratarla antes. Hay toda una tarea importante, y no es un tema […], no se trata de echarse responsabilidades unos a otros, sino que todos vamos a ayudar a que eso funcione bien, porque es básico.
***
NB —En los últimos años se ha venido haciendo cada vez más frecuente la aparición de las llamadas “casitas”. Se trata de fiestas llevadas a cabo por jóvenes y por adolescentes en la mayoría de los casos en casas que son alquiladas exclusivamente para eso. Esta situación se da sobre todo desde la Barra de Maldonado hasta Manantiales. ¿Cómo está observando este fenómeno, que tiene quizás ya una década, y qué particularidades presenta este año?
EA —Observando y actuando. Ese sistema de que los muchachos se juntan, alquilan una casa y meten relajo toda la noche ha generado incomodidades a gente que alquila casas para descansar sus 15 días de verano. Es un problema que generalmente se da en los primeros días de la temporada, no se da todo el verano.
Estamos actuando. De hecho no tenemos demasiada normativa que nos ampare pero estamos actuando como podemos. Una que armó mucho barullo se cerró, por suerte.
RA —¿Una casita de esas?
EA —Sí, una casa de esas, donde había un gran barullo, se cerró, se alcanzó un acuerdo con el abuelo de uno de los muchachos, que se hizo responsable, dijo “esto no puede seguir más”. Y se está actuando con otras. De hecho este fin de semana enviamos un equipo de la gente de Ruidos Molestos junto con la División de Higiene a recorrer e inspeccionar toda la zona de la costa en la noche para detectar [esos casos]. No fueron demasiados los llamados, habrán sido dos o tres llamados. Es más el comentario sobre las casitas que el lío en sí mismo, porque el lío se concentró en dos o tres lugares, y cuando llegaba la gente de la Intendencia bajaban la música.
RA —¿Qué hace falta en materia normativa?
EA —Anteayer hicimos una reunión con el jefe de Policía y el comando, con Jurídica de la Intendencia y las áreas de Higiene y Servicios Auxiliares, y con el alcalde de San Carlos, porque es la zona donde generalmente hay mayores problemas, para analizar qué es lo que tenemos que hacer. Y todos acordamos un procedimiento que vamos a poner en marcha en los próximos días. Vamos a mandar un mensaje a la Junta Departamental con nuevas normativas, con incremento de la multa y con un esquema de progresión geométrica de las multas en la medida en que se insista. El argumento es que la multa es ridícula.
RA —¿De cuánto es?
EA —De mil y pocos pesos.
RA —¿Quién la tiene que pagar, el inquilino o el propietario de la vivienda?
EA —La tiene que pagar el inquilino, pero la paga y se mata de risa. Lo que planteamos es gravar al padrón, hacer responsable al padrón, al que alquila, al que se presta para eso, y en caso de reincidencia que la multa tenga una progresión geométrica, incluso con la posibilidad de notificar de primera y de segunda en el mismo día, a la hora, porque hasta ahora había que esperar un tiempo para la segunda notificación.
Vamos a ajustar la normativa, Jurídica está trabajando en eso con la gente que tiene experiencia, para tratar de controlar. No es para reprimir, es para defender el sueño de aquellos otros que alquilan de buena fe y que no pueden descansar en las vacaciones. No es una buena cosa. En definitiva son […], vienen a divertirse, pero se pasan de rosca. Además lo están planificando de antes, la mayor parte son muchachos que vienen de Montevideo que juntan platita para hacer esto, gente de una posición bastante acomodada.
RA —Tengo un mensaje de un oyente que dice: “Al igual que los desmanes en la terminal, las casitas son alquiladas por los llamados ‘nenes bien’. ¿A estos padres no los sancionan?”.
EA —No podemos sancionar a los padres por eso, no tiene sentido porque no están cometiendo ninguna ilegalidad. A no ser que aparezca un desacato, que es otra de las figuras que vamos a incluir en la nueva normativa para que haya una responsabilidad. Lamentablemente en alguna ocasión en que se advirtió apareció algún padre sobreprotegiendo a nenes de 25 años, cosa que me parece bastante mal, ya son grandes. Por otro lado, hay que buscar un equilibro en todo esto.
NB —La penalización vendría por el lado de la sanción a los ruidos molestos. Pregunto porque uno puede imaginar que hay otra serie de irregularidades, por ejemplo menores consumiendo alcohol, por poner un caso.
EA —Sí, en ese caso va a haber que actuar con el INAU. Pero es muy difícil coordinar tareas con el INAU, primero porque casi no tiene inspectores en el departamento, cuando viene la policía le da el apoyo necesario, pero no es tan sencilla la tarea de coordinación con un organismo nacional que tiene bastantes dificultades operativas a nivel nacional.
Creo que también hay que buscar otro camino. Hace 10 años que dicen que están pasando estas cosas. Estamos actuando, estamos protegiendo al vecino que trata de dormir bien. No son muchos los casos, son poquitos, es más el comentario público.
RA —En algunos casos han sido figuras públicas de gran notoriedad, por eso al trascender generan preocupación por la imagen que se genera del balneario. Estoy pensando en Susana Giménez, que con un grupo de vecinos le escribió una carta.
EA —Sí, mandó una carta. Pero se equivocó, porque justamente ese día no hubo barullo en ese lugar, y provenía de una fiesta que quedaba del otro lado del arroyo, lejos. Era una fiesta que puntualmente estaba autorizada, no era una casita. Tal vez se aprovechara el momento para hacer algo de notoriedad. Hay distintas opiniones al respecto.
También estamos previendo este problema, buscando una solución definitiva, porque los jóvenes tienen que tener un lugar donde divertirse. No es cuestión de correrlos de acá y de allá, después se van para La Pedrera y los corren de La Pedrera y los corren de La Paloma. Los jóvenes tienen que divertirse y tener un lugar donde puedan hacerlo de forma sana.
En Maldonado estamos con un proyecto que pensamos llevar adelante en nuestro Gobierno, si Dios quiere, porque ya venimos avanzando. En la zona de El Placer, donde hoy hay un asentamiento importante, con 214 familias, las familias ya están con el desalojo y más del 90 % [ya se realojaron]. Allí vamos a hacer una zona joven, una zona de divertimento para los jóvenes, una zona de boliches, donde puedan sentirse cómodos y donde no molesten a nadie. Vamos a adjudicar tres o cuatro locales musicales de alta calidad, con concesiones a 30 años, no pensando en los ingresos de recursos, sino en brindar un servicio de calidad. No les vamos a pedir canon sino que les vamos a […].
RA —¿En qué plazos están previendo esto?
EA —En nuestro Gobierno. Ahora vamos a sacar el asentamiento, ya empezamos con la tarea, ya se armó la comisión de vecinos, se hicieron las [votaciones], ya se hicieron las notificaciones del lanzamiento de desocupación de ese lugar. Se están construyendo las viviendas que van a recibir a más de 100 de los actuales vecinos y para el resto se inicia un proceso de autoconstrucción.
Estamos trabajando para eso y esperamos que en el período de nuestro Gobierno, que son cuatro años por delante, podamos encontrar una solución definitiva para los jóvenes. Vamos a tener a todos los jóvenes de Maldonado en un lugar adecuado, controlado, porque tendrá una entrada y una salida, podremos hacer espirometría y control de tránsito en las dos puntas, podremos hacer un circuito de ómnibus gratis para que no tengan que ir manejando, que vayan y que vengan cómodos, que suban y que bajen y que vayan con su barra de amigos. Si toman [alguna] cerveza hay un monte para dormir, […] que se refresquen, y que haya una buena onda. Incluso vamos a concesionar un área de carritos y de comida al paso accesible para que todos puedan comprar su pancho, su hamburguesa y pasarla bien. Porque hay que darles oportunidades. Va a ser lugar para eventos musicales, etcétera.
NB —Mencionó recién el tema del ómnibus. El 3 de enero se generó una situación bastante curiosa en la terminal de ómnibus de Punta del Este cuando un grupo de jóvenes provocó incidentes en el lugar, incluso rompiendo un coche que estaba saliendo. El problema ocurrió por el supuesto malestar de esas personas que en la madrugada no conseguían lugar en los coches para trasladarse hasta la Barra, donde tendría lugar una fiesta importante. ¿Esto fue una situación puntual o efectivamente hay carencia de servicios para este tipo de movida nocturna en esa zona del departamento?
EA —Fue una situación puntual de una montonera. Hay un servicio, pero creo que además hay que aumentar el servicio de otra manera. Es difícil brindar un servicio cuando hay distintos destinos, cuando hay un destino ordenado es más fácil. Eso es lo que pretendemos en una zona joven a la que todo el mundo va a querer ir a cantar, a tomar una cerveza, a conversar o a juntarse con amigos. Ahí va a ser masivo, entonces generar un servicio sin costo o con costo mínimo para que los jóvenes accedan fácilmente es más fácil.
Es histórico en Maldonado, en Punta del Este, forma parte de la movida de los gurises hacer dedo, pararse en la rambla a hacer dedo y tomar una camioneta o un ómnibus. Forma parte de la movida de la noche prácticamente. De hecho el episodio de la terminal fue hasta fortuito, porque en realidad la rotura de los vidrios de un ómnibus no fue por eso, los ómnibus chocaron y se molestaron entre ellos mismos. A veces las noticias toman otro cariz.
RA —El comienzo de año ha sido bastante trágico para Maldonado en materia de siniestralidad. A esta altura ya han fallecido 13 personas y algunas de ellas eran turistas argentinos. ¿Cómo observa esa situación? ¿No están haciendo falta mayor atención y control del tránsito de la Intendencia y de la Policía Caminera allí?
EA —La mayor parte de los accidentes fueron en ruta, todos fueron en ruta. No comparto la idea de que es solo falta de previsión de la gente, como se dijo por ahí. Creo que hay que tomar medidas. No solo prevención de velocidad, sino medidas prácticas, el Estado también tiene que asumir responsabilidades para tomar medidas. La densidad del tránsito en la zona de la costa es brutal, alcanza con ver lo que está pasando en todos lados. Ayer fui a Montevideo a un reportaje en un canal de televisión y perdí media hora parado por un accidente a la altura de Las Toscas. Hay una densidad de tránsito que lleva al accidente, es un tema de contralor importante ya a nivel central.
NB —¿Cuáles son las medidas que entiende que están haciendo falta y que serían efectivas por ejemplo en su departamento?
EA —Uno se acostumbra a las cosas locales, pero cualquier extranjero que viene lo primero que nota es una muy mala señalización vial. No puede comprender, por ejemplo, que un lugar de cruce peligroso como es el de la ruta 37 e Interbalnearia, en una doble vía rápida para acá y para allá tenga un cruce de esas características. Ahí hay que invertir en hacer un puente. Ese cruce viene de hace 30 años, el tráfico cambió, los miles de autos que circulan por ahí obligan hoy a tomar una previsión. El Estado ahí tiene que prever un puente. Eso se lleva tres, cuatro muertos todos los años. Lo planteamos al ministerio antes de asumir como intendente, cuando llegamos a la diputación, y los vecinos lo están planteando. Es preciso invertir en algo que es absolutamente necesario para prevenir problemas.
Otro lugar que se lleva siempre algún muerto es la rotonda en San Carlos. Hay que crear una rotonda cerrada como hay en otros lugares del país, como hay en ruta 5 y ruta 11, y en ruta 8 y ruta 9, donde uno está obligado a parar. Ese lugar se lleva siempre algún vecino, alguna gente. Generalmente los accidentes son de extranjeros, porque no conocen la peligrosidad y está mal señalizado. En el cruce de ruta 104 y la ruta 9 murieron dos extranjeros, un australiano y otro. En la 37, tres extranjeros. Tenemos que proteger a aquel que viene a hacer turismo acá. El local capaz que sabe del cruce, del peligro del cruce y que hay que parar, pero el que viene de otro lado hay cosas que no puede comprender. Tenemos que tomar previsión en ese sentido y mejorar los puntos […]. Ahí van a tener que trabajar rápidamente los ingenieros y el país para dar una respuesta, sea en la parte municipal o en la parte del ministerio. Es un tema que nos preocupa en serio.
Y después, por supuesto, controles internos. Nosotros hacemos lo que podemos. La Intendencia de Maldonado tiene una organización racional del tema del tránsito, pero viene el verano y aparecen 500.000, 400.000 personas. Entonces no se da abasto y contratamos servicios adicionales de Policía Caminera que pagamos nosotros –eso es previsión–, pagamos horas de policía en tránsito y en general –paga la Intendencia, no paga el Gobierno nacional–, y tenemos equipos multidisciplinarios de Caminera e inspectores municipales haciendo control de radar, control de tránsito. Esto es previsión, porque hay mucha gente circulando en la misma zona.
Además va a haber que endurecer un poco la entrega de libretas [de conducción] con algún curso más firme de educación vial. Hay que hacer una educación vial desde la escuela, que no se está haciendo, porque cualquier motito hoy se compra por nada, por menos de lo que vale el boleto. Hay gente que hoy mensualmente paga por una moto menos de lo que gasta en boletos para ir a trabajar. Y está bien, porque gana tiempo, llega antes al trabajo, pierde menos horas esperando el ómnibus. No lo critico, creo que es bueno para muchas familias. Pero esas motos agarran 80 km/h en 100 metros, entonces hay que también prevenir. Hay que hacer un trabajo muy grade de educación y de formación desde la escuela y el liceo. Hay que gastar en esto, hay que poner gente a trabajar en conjunto con Enseñanza Primaria y Secundaria para prevenir. Algo que Maldonado hace desde hace años, hace años que hacemos cursos.
RA —Ahora de todas formas lo están trabajando en conjunto, con todo el Congreso de Intendentes, para ir hacia algo de carácter nacional.
EA —Sí, se está hablando, pero cada departamento tiene que encarar. Porque en definitiva una cosa es lo que se habla y después otra cosa es lo que se lleva adelante. Acá estamos encarando con la Dirección de Tránsito esa línea de trabajo, desde hace años, con Enseñanza Secundaria. En Maldonado el problema del tránsito ha llegado a la concientización de la base, de nuestra sociedad. Por ejemplo a los chiquilines de tercero de ciclo básico del Liceo 4 los trajeron a la Intendencia a un plan de mejora vial en el entorno del liceo, ellos mismos estudiaron las posibilidades. Estuvo muy bueno, con ideas, discutieron en clase. Es un tema de educación, se puede perfectamente motivar a los chiquilines desde esa base.
Y de ahí tomar conciencia de que es un problema grande, que se lleva mucha gente. No es un tema de niveles de alcohol, me parece que con el cero alcohol no se va a lograr nada. La mayor parte de los accidentes y de los muertos son sin alcohol y siguen pasando. Ahora pusieron alcohol cero, después van a tener que poner –10 alcohol y [los accidentes] van a seguir pasando.
RA —¿Cree que eso va a afectar al departamento de Maldonado? Estoy pensando en la movida turística y de los jóvenes.
EA —Va a afectar a todo el país. Yo tengo que cuidar a la gente acá en Maldonado.
RA —Me refiero al cero alcohol, a la tolerancia cero con los vehículos.
EA —La tolerancia cero va a ayudar, pero no es la solución. Además es bastante criticable también desde otro punto de vista, porque si acá tenemos 200.000 turistas hoy y en Argentina [el nivel de alcohol permitido] es 0,5, en Brasil es 0,5 y acá es 0,0, estamos dando una señal de que no los queremos, porque un matrimonio no puede tomar ni un vaso de vino con la comida porque a la salida lo esperan. Hay que analizar un poco más estas medidas que de voluntarismo tienen bastante, pero en la parte práctica y de racionalidad les falta un poco. En el mundo no es 0,0. Es 0,0 para el profesional, para el que maneja un taxi o un ómnibus de pasajeros o de escuela. Hay que apostar a la cabeza de la gente, ahí es donde hay que trabajar.
Me preguntaste por las casitas que hacían ruido, por el problema de los accidentes, por todas esas dificultades; mirá que hay muchas buenas de las que hablar de Punta del Este y de Maldonado y del turismo. Me gustaría otro día tener una conversación sobre cómo se cuidan las playas, las salidas a la paya, la jardinería, las fiestas, la movida. La otra cara, la cara a favor de, que también puede ser noticia si se explica bien.
Además es bueno que la gente sepa todo lo que se hace o qué hay atrás de la preparación de una temporada, porque hay mucho esfuerzo de mucha gente para que el que venga la pase bien.
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Transcripción: María Lila Ltaif