EC —En varias ocasiones se ha cuestionado si la participación en estos organismos no termina siendo una especie de “turismo parlamentario” en el que se gastan miles de dólares en pasajes, estadías, viáticos. Por mencionar un ejemplo, el senador colorado Pedro Bordaberry ha opinado en distintas ocasiones que no cree en la diplomacia parlamentaria, sostiene que es suficiente con la gestión que lleva a cabo el Ministerio de Relaciones Exteriores. Es más, sostuvo que en los viajes a la UIP no se consiguen beneficios para el país. Usted, que hace años que viene interviniendo en este organismo, ¿cómo responde a esos argumentos?
IP —Antes me interesa dejar claro que esta misión fue aprobada en el Parlamento, solicitud de las licencias fue informada en el Senado, y que el senador Bordaberry, y así lo manifestó el Partido Colorado, aprobó y promovió que estuviéramos aquí presentes en San Petersburgo con la promoción de esta candidatura.
Aquel que toma un viaje como turismo parlamentario tendrá que tener la sanción y la observación de su Parlamento. En nuestro caso particular no se puede salir del país si no hay un informe parlamentario de las actividades y de la actuación realizada en cada una de las jornadas. En nuestro Parlamento la UIP es el único organismo que tiene un equipo de legisladores fijo durante los cinco años de la legislatura.
EC —¿Cómo es eso?
IP —Los legisladores que integramos la UIP son elegidos proporcionalmente por sus resultados e integran una nómina de entre cinco y siete, según las asambleas. Esta es una asamblea grande, hay una asamblea más pequeña en marzo, y los mismos parlamentarios debemos cumplir los cinco años de la legislatura. No hay rotación de legisladores, es un grupo fijo y lo preside el presidente de la Asamblea General. En este caso lo va a tener que presidir la senadora Lucía Topolansky. Esto nos permite tener un seguimiento de los trabajos, porque muchos de nuestros colegas han estado participando en lugares muy importantes de la UIP. Por ejemplo, la senadora Mónica Xavier fue la presidenta de todas las mujeres parlamentarias del mundo. El senador Luis Alberto Heber integró la OMC, que es una comisión de Comercio que hemos trabajado directamente con la UIP y también con Naciones Unidas.
Todos tenemos una responsabilidad para llevar adelante. El fallecido secretario de Presidencia Alberto Brescia fue uno de los que más trabajaron en las reformas del estatuto de la UIP. Por eso le agradezco profundamente esta oportunidad de explicar públicamente el trabajo que realizamos. Porque a veces lamentablemente queda la tapa de que se hacen viajes y se hace turismo. Quizás algunos de otros países lo realicen, yo puedo decirles que con los miembros de mi partido y de los partidos de oposición trabajamos en forma permanente desde la hora a que inician las asambleas, que son muy tempranas, 9 de la mañana, hasta que culminan, a las 6, 7 de la tarde.
EC —Hace pocos meses el politólogo Óscar Bottinelli, en su columna semanal en el diario El Observador, hizo una defensa muy fervorosa de lo que podría llamarse diplomacia parlamentaria, y a propósito de la UIP en particular dijo que “la presencia y actuación en ese organismo le permite a Uruguay traspasar muchas barreras de las fronteras gubernamentales, al poder conectarse directamente senadores y diputados de casi todos los partidos del mundo, creando una red de relaciones personales que en muchas oportunidades ha servido de puente en momentos de chisporroteos entre los gobiernos”. Pone el acento en un tipo de utilidad para el país que son las vinculaciones que se van generando, lo que podría llamarse “contactos informales” en la UIP. ¿Coincide con él en este aspecto?
IP —No solamente coincidimos, sino que lo promovemos. Estamos trabajando permanentemente con nuestra embajada, con todo su equipo, con el embajador Delgado, con su cónsul, que nos ha acompañado desde el inicio. ¿Qué es lo que podemos lograr a través de la diplomacia parlamentaria –a mí me gusta más diálogo parlamentario–? Muchas veces nuestros gobiernos tienen situaciones de conflicto o generan conflictos que cuesta resolver desde la discusión del Ejecutivo, por eso no acordamos con eso de “para eso está la Cancillería, no se precisan los parlamentos”. La Cancillería se encarga de la parte del Poder Ejecutivo y del gobierno, los parlamentarios somos elegidos por los ciudadanos por los ciudadanos, o sea por el pueblo, tenemos otro nivel de representación. Nos ha servido y sirve para mantener ese diálogo con nuestros pares en situaciones complejas o de promoción o de conflicto, porque la UIP también realiza misiones en territorios.