Entrevista con Gustavo Amacoria y Lourdes Carbajal, presidente y gerenta, respectivamente, del Centro de Comerciantes de Neumáticos del Uruguay.
EN PERSPECTIVA
Martes 23.02.2016, hora 8.13
EMILIANO COTELO (EC) —¿Qué hacer con los miles de neumáticos viejos que se acumulan en terrenos baldíos, techos, patios, ríos, arroyos? Hoy la recolección de esta basura se vuelve más urgente que nunca, ya que es el lugar ideal para que se reproduzca el mosquito trasmisor del dengue.
Sin embargo, la necesidad de gestionar las cubiertas en desuso va más allá de las razones sanitarias. Además de afear el paisaje urbano, el proceso de degradación de los neumáticos requiere unos 600 años, por lo que representan una verdadera amenaza ambiental.
Hasta ahora no había control sobre el destino final de estos residuos. Pero a fines del año pasado el Poder Ejecutivo aprobó un decreto que obliga a importadores, vendedores y fabricantes de neumáticos a implementar planes de gestión para recolectar las cubiertas en desuso y derivarlas hacia plantas de reciclaje o valoración energética.
Si bien hay plazo hasta junio para presentar estos protocolos, algunos actores privados ya están trabajando en el tema. Por ejemplo, el Centro de Comerciantes de Neumáticos del Uruguay (Ceconeu), que presentó su propio plan y además participa en varios proyectos que implican la reutilización de cubiertas viejas, generando puestos de trabajo, etcétera.
Vamos a conocer más de acerca estas iniciativas con la gerenta de la gremial, Lourdes Carbajal, y el presidente del Ceconeu, Gustavo Amacoria.
Comencemos por explicar qué es el Ceconeu. ¿Desde cuándo existe?
GUSTAVO AMACORIA (GA) —Desde 1929.
EC —¿Y efectivamente agrupa a todas las empresas que comercializan neumáticos?
GA —Somos los que representamos; no todas las gomerías y comerciantes de neumáticos están adheridos al Centro, pero los representamos a todos.
EC —¿Qué penetración tienen en el sector?
GA —Últimamente, con esta realidad [la llegada del dengue], todos los días mucha gente se está haciendo socia y no tengo los números. Hoy la necesidad es mayor de lo que la gente cree, porque las gomerías como receptoras de neumáticos estamos saturadas en nuestras posibilidades. La realidad hace que todas aquellas personas que por la dinámica misma del trabajo no se habían acercado al gremio –porque ser gomero requiere mucho trabajo, mucha atención en la empresa– hoy se acuerde de que necesita juntarse con un gremio para sacar soluciones rápidas.
EC —Cuando hablamos de comerciantes de neumáticos hablamos de gomerías.
GA —Sí, gomerías; también pueden ser talleres mecánicos, estaciones de servicio.
EC —No los importadores.
GA —Los importadores también están adheridos, cómo no, porque hay muchos que también tienen sus puntos de venta.
LOURDES CARBAJAL (LC) —Algo importante es que, como decía el presidente, el gremio es uno de los gremios más viejos de la historia del país, por lo tanto durante muchísimos años pertenecer a él no implicaba la afiliación. Pero en este último tiempo, desde hace tres años, cuando comenzamos a trabajar en el plan de recuperación de neumáticos fuera de uso y comenzamos con un plan piloto, empezamos a pedir cierta afiliación, con una cuota muy pequeña, para poder hacer ejecutivo el plan.
EC —Leyendo el perfil institucional del Ceconeu en su página web me encuentro con este texto: “La acumulación de nuestro trabajo en todo el país desmejora la calidad del medioambiente, favoreciendo, mediante la acumulación del neumático fuera de uso, enfermedades y contaminación. Somos conscientes de que los desechos pasan a ser un problema cuando el hombre parece no poder generar acciones concretas sobre los daños que esto produce en la naturaleza, la sociedad y el cuidado de su salud”. Llama la atención esa autocrítica tan directa. ¿Desde qué fecha existe esa preocupación entre ustedes los comerciantes de neumáticos?
GA —La preocupación siempre existió. En el equipo que se formó después de las últimas elecciones, el consejo directivo formado por Suri Corbo, Gustavo Curbelo, Julio Larroca, Luis Castaño y Enrique Dalmaso, dijimos: esto siempre existió, tenemos que hacer algo más que quejarnos y echarle la culpa al gobierno de que no encuentra solución a nuestro problema.
EC —¿Por qué se había arrastrado durante tantas décadas esa pasividad ante el problema?
GA —Pasaron varias cosas. Antes la práctica de tirar los neumáticos en las canteras era algo natural, nadie consideraba que estuviera mal, nadie ve lo que hay abajo del agua y uno pensaba que no estaba haciendo nada. A medida que uno va aprendiendo se da cuenta de que lo que está haciendo es contaminar sin que se vea.
Ante tanto descontrol, la Intendencia reguló el vertedero de neumáticos en las usinas y comenzó a indicar que había que cortarlos. Pero el mercado se transformó y se empezaron a vender neumáticos con mucho componente de acero, los neumáticos nuevos casi todos vienen con malla de acero. Cortar eso es terriblemente difícil, precisás maquinaria desarrollada específicamente. Eso provocó que nadie llevara los neumáticos a la disposición final, que estaba bien pensada pero no se había tenido en cuenta eso.
A su vez, fruto de las buenas políticas económicas de los últimos años, de las condiciones internacionales y del esfuerzo de todos nosotros, el mercado automotor creció muchísimo y hoy están entrando más de un millón y medio de neumáticos por año.
LC —El año pasado se vendieron 175 vehículos cero kilómetro por día.
EC —Está claro que el problema ha crecido, en los últimos años ha adquirido dimensiones mayores. Llegó el momento entonces de regular. En diciembre del año pasado, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), con el Poder Ejecutivo, dictó un decreto que obliga a todo el sector vinculado a los neumáticos (importadores, comerciantes y fabricantes) a establecer un Plan Maestro de Gestión para recepción y derivación de estos desechos hacia instalaciones de reciclaje y valorización energética. Pero ustedes venían trabajando en un plan maestro desde, por lo menos, un año y medio antes…
LC —Nosotros veníamos trabajando con Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) en ese decreto. En el primer momento la respuesta a la convocatoria de la Dinama a los actores interesados no fue buena. No existía la Cámara de Importadores de Neumáticos, que nació hace aproximadamente un año; es uno de nuestros logros haber ayudado a la conformación de esa cámara. Gustavo fue muy estable, tuvo una presencia continua en el armado del decreto. Por eso ese decreto, a diferencia de otros, contiene la realidad tangible de la problemática, algo de lo que a veces los decretos carecen, porque se hacen en lugares más lejanos.
EC —Ustedes subrayan que el decreto se hizo en colaboración entre el Poder Ejecutivo y el sector privado.
LC —Sí, en colaboración.
GA —Nos sentimos muy satisfechos con la Dinama y muy agradecidos por permitirnos participar en la elaboración del decreto. Trabajamos hasta el final del borrador en noviembre de 2013, contándoles la realidad, lo que estaba pasando. Estamos muy agradecidos porque muchas veces en el sector empresarial no nos damos cuenta de que los organismos del Estado no tienen el apoyo nuestro en contar las cosas como son, entonces andan legislando medio a ciegas.
EC —Yo hablaba de los antecedentes que ustedes mencionaban recién. ¿Qué fue aquel plan testigo de mediados de 2014?
LC —Basados en esta autocrítica que hacíamos, proponemos la construcción de una economía diferente, sustituimos el concepto de competencia por el de cooperación, porque eso mismo que da trabajo a la población y que ha hecho que económicamente muchos de los empresarios vinculados a la goma hayan mejorado su calidad económica también ha desmejorado el medioambiente. Entonces cómo devolverle eso al medioambiente.
El 27 de julio de 2014 se hizo un acto en el Salón Azul de la Intendencia en el que habló quien es el actual director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), el contador Álvaro García, lo que tenía mucho sentido, porque él había sido director de Michelin en Brasil, entonces tenía mucho conocimiento de causa de lo que estaba hablando. En ese momento se firmaron acuerdos con las primeras cinco intendencias, que fueron los pilares de este plan –Maldonado, Montevideo, Artigas, Florida y Canelones–, en los que ellos comprometieron –antes del decreto– su ayuda en la construcción de estas medidas.
Allí iniciamos un plan piloto en el que pusimos a funcionar un software –que inventaron dos de nuestros ingenieros– con el que íbamos a hacer el primer plan de gestión, que tenía la posibilidad de seguir todo el proceso, desde la entrada del residuo al país hasta su finalización convertido en materia prima. Esa experiencia se hizo durante dos años y fue muy buena. A esa experiencia la Dinama nos habilitó paulatinamente, gracias a ella empresas como Bimbo, Coca-Cola, Autolíder, las cooperativas de ómnibus, que tienen mucha responsabilidad ambiental, se unieron a esta propuesta y logramos algo que parecía imposible. El mito era que había que traer una máquina de Rusia, de Italia, que salía millones de dólares, pero los gomeros tienen una cualidad maravillosa, que es que no tiran nada, guardan todo y ellos mismos fabricaron unas máquinas cortadoras que funcionan perfectamente. Esas máquinas cortan en dos líneas, cortan el neumático grande –de camión, de ómnibus, el agrícola– al medio, lo que hace que se pueda apilar en forma de sombrero mexicano, evitando así la acumulación de agua, y cortan el neumático de coche en tiras de unos 20 centímetros, que se apilan como tejas, evitando también la acumulación de agua.
Nuestra idea en principio fue la acumulación para una posible reconversión industrializada del producto. Ahí fue que comenzamos a buscar procesos finales para utilizarlos.
***
EC —Vayamos a los planes de gestión. El decreto que aprobó el Poder Ejecutivo en diciembre del año pasado obliga a los importadores, comerciantes y fabricadores a organizar el destino de los neumáticos en desuso. El plazo para que cada uno presente su plan de gestión vence el 8 de junio próximo, es un plazo muy corto. El Ceconeu ya tiene su plan presentado a la espera de la aprobación por la Dinama. ¿Qué pasa con los otros involucrados, los importadores o fabricantes? ¿No tienen planes de gestión?
GA —Están trabajando. Esto es independiente, la Dinama habilita a todo el mundo que tenga interés y capacidades a presentarse. Nosotros desde nuestro lugar lo que hacemos es brindar lo que tenemos y estar expectantes a ver cuántos planes, si hubiera más de uno, se habilitan y de qué forma articulamos. Porque nosotros arrancamos con esto desde el problema: ¿cuál es el problema fundamental? Que los neumáticos se tiran por todos lados. Entonces, ¿cómo hacemos para que se junten todos? Esa es la meta. El objetivo es ese, no es al revés, no es armar un negocio para juntar los neumáticos, sino juntar los neumáticos y articular dando cada uno de nosotros lo que tenemos. Por eso la buena vinculación que tenemos con todos los organismos del Estado, la colaboración que tenemos con varias intendencias, porque entendieron que el objetivo nuestro es ese. Somos responsables –en parte responsables, porque no somos los únicos que generan el desecho–, pero es difícil que el sector empresarial asuma su responsabilidad en esto, no es lo habitual y en eso queremos ser medio innovadores.
EC —En resumen, el plan de gestión del Ceconeu toma a su cargo la logística de los neumáticos fuera de uso desde su recepción y almacenamiento hasta que llega la posibilidad de reutilización en plantas industriales.
GA —Nosotros estamos capacitados para hacer todo, lo que no quiere decir que queramos sí o sí hacer todo ni que queramos ser los únicos. Tenemos que esperar a que se defina el panorama, hay que ver qué es lo que determina la Dinama, nosotros estamos en una actitud proactiva y en busca de soluciones. Qué va a pasar no sabemos, porque hay varias posibilidades y desde que empezamos sabemos que hay mucha gente interesada. Hay gente que está interesada en participar, hay gente que quiere tener maquinaria, son todos bienvenidos.
EC —Si entiendo bien, va a haber un camión que va a hacer un circuito por las gomerías o depósitos para recoger las cubiertas en desuso.
GA —La realidad es que hay que juntar los neumáticos. Eso no tiene ningún misterio, es como cualquier otra operación, se levantan los neumáticos.
EC —¿A dónde se llevan?
GA —Se levantan en los puntos de recepción y se llevan al centro de acopio intermedio. De ahí se trasladan a las plantas de procesamiento y de ahí a su disposición final.
EC —Pero en este plan de gestión del Ceconeu está previsto que ustedes dispongan de camiones y que tengan también esos depósitos, esos centros de acopio.
GA —Claro, pero la idea es que sea participativo, nuestro gremio no tiene interés en comprar camiones para hacer esto. Necesitamos que la gente se involucre, que los gomeros se involucren, que todas las personas que están interesadas en buscar una solución se involucren. Hay gente que tiene intereses económicos y gente que tiene intereses ambientales, pero tienen que ser autosustentables, el Estado no puede poner plata para eliminar el desecho de nuestro negocio.
EC —Si entiendo bien, se irá a la conformación de una especie de consorcio que tendrá a su cargo la gestión de los neumáticos en desuso. ¿Y cómo se refinancia todo el andamiaje? Porque estamos hablando de personal, de camiones, de centros de acopio…
GA —La Dinama es fantástica, la frase de la Dinama es: el que contamina paga. Y es lo correcto, pasa con los envases, con el aceite, con las baterías, con [los filtros], con todo. El costo del plan de gestión lo paga el usuario, en el momento de comprar un producto ya está pagando su procesamiento correcto.
EC —Cabe aguardar, entonces, que aumente el precio de los neumáticos porque ahora se le va a agregar un sobrecosto para financiar el plan de reciclaje.
LC —La responsabilidad de Ceconeu, y es en lo que hemos trabajado en los últimos tres años, es generar la mayor cantidad de acuerdos con los organismos del Estado, sean comodatos en terrenos, traslados por medio del Ejército o de camiones que estén a disposición, para abaratar. Nuestra intención es abaratar al mínimo ese costo para que quien compre el neumático se vea lo menos afectado posible.
EC —Todavía no hay una idea de cuál va a ser el aumento, cuál va a ser el plus en el precio de los neumáticos destinado a este plan de gestión.
LC —Como todo plan de gestión, está abierto, la Dinama lo abrió, puso una fecha de presentación; estamos trabajando en él desde hace más de un año, no sabemos quiénes se van a presentar. Eso es democrático, abierto, se puede presentar cualquier empresa, cualquier organización, por lo tanto nosotros podemos tener estipulado nuestro precio, pero no el de los demás.
EC —Está claro que quien compra el neumático tiene que cargar con una parte del costo. Pero uno podría preguntarse: ¿es el único?, ¿por qué solamente el consumidor final? ¿Los intermediarios no se benefician también de este negocio? ¿No deberían, por tanto, poner de su parte para costear el sistema?
GA —Ahí está lo interesante del plan de gestión. La Dinama responsabiliza al importador de neumáticos de financiar un plan de gestión, responsabiliza al plan de gestión de ser eficiente y responsabiliza a los puntos de venta de ser receptores sin costo de los neumáticos que cualquier usuario quiera llevar. También le da el privilegio a ese punto de venta de levantar un teléfono, pedir que le levanten los neumáticos y que en forma rápida se los levanten. Es participación.
EC —Usted dice que de hecho el comerciante de neumáticos está poniendo en el sistema su trabajo.
GA —Sí, su local, su personal.
LC —Y además, si no lo hace, si no cumple con los requerimientos de la Dinama, va a tener problemas, va a ser multado, va a ser cerrado.
GA —Se puede pensar: que ponga también algo de plata, que no me tire todo el costo de esto a mí que voy a comprar el neumático.
LC —Claro, lo entendemos así, por eso trabajamos muy duro en generar acciones que minimicen el costo de la inversión y que esto no sea un negocio en sí. Para nosotros nunca fue un negocio, siempre fue pensado como una acción medioambiental en la que recibimos y transformamos el neumático. Cuanto menos costo podamos incluir en ese neumático nuevo, mejor. De hecho nuestro plan incluye que si genera una industrialización los gastos le sean devueltos y que a su vez en un proceso de años el plan no tenga costos.
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EC —Mientras esperan la aprobación de la Dinama al plan de gestión ustedes están participando en proyectos que implican la reutilización de las cubiertas en desuso. ¿Podemos ver algunos ejemplos?
LC —En principio, si bien estamos esperando, como todos, la habilitación final, ya tenemos una prehabilitación de la Dinama que nos permite trabajar levantando neumáticos y certificando a las empresas o a las gomerías que los están levantando en forma ambientalmente correcta.
Hace dos años empezamos a trabajar con la Intendencia de Montevideo y la Intendencia de Artigas en el cortado de los neumáticos y la transformación de la basura en capital industrial. Esa es la diferencia, un neumático entero es basura, un neumático cortado y acopiado es un stock industrial para en el futuro generar trabajo o productos innovadores.
Uno de los productos innovadores que más defendemos, porque nos parece fantástico, son los pisos de caucho corrido. Mediante un proceso se logra determinado granulado del caucho, se le da determinado color y se instala muy fácilmente en plazas, parques, jardines de infantes, patios de escuelas, sendas para correr. Es saludable, sano, irrompible, económico y además es muy colorido, le da a la ciudad otro toque. Hemos avanzado muchísimo con la Secretaría de Deportes para trabajar este año en todo el país en la recuperación de plazas deportivas con este material.
EC —O sea que ya hay infraestructura como para producir esos pisos de goma.
LC —Sí; estamos esperando la definición final de Dinama, pero hemos avanzado en eso.
EC —¿Qué otros usos podrían tener los neumáticos viejos?
GA —Como decía la gente de Bitafal, en todo el mundo se utiliza en las carreteras.
EC —Primero se corta el neumático, después se genera una especie de polvo, un granulado de caucho con el cual se enriquece el asfalto y se obtiene un asfalto mejor, de mejores prestaciones que el que hasta ahora se ha venido utilizando para carreteras y calles.
GA —Correcto. Tiene ciertas limitaciones, por lo que tengo entendido, hay que hacer modificaciones en las toberas, entre las plantas, etcétera, pero es todo solucionable. Es más que nada tomar la decisión de hacerlo.
EC —Además es una solución que tiene ventajas muy valiosas para el país, porque se obtiene un pavimento más durable que el tradicional y menos proclive a generar huella, la famosa huella que todos hemos visto en las carreteras.
LC —Es menos ruidoso, se adhiere mejor.
EC —Es más seguro.
LC —Sí. Al principio estábamos convencidos de que era una salida casi obvia de la totalidad del picado, porque 15.000 toneladas no es tanto para un país como Uruguay. Pero después fuimos viendo que si bien había intenciones del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), era muy complejo unir esas intenciones del MTOP con las intenciones de las empresas que se dedican a esto, dada la modificación de la tecnología que tienen que hacer para incluir el caucho en el asfalto para las carreteras. Por ahí nos quedamos un poco detenidos.
EC —¿Qué otras alternativas?
LC —Una alternativa real, que nos gusta mucho y nos conmueve, es un acuerdo que hemos hecho con Fanapel (Fábrica Nacional de Papel) para que cambie su matriz de fundiciones. Para hacer papel queman madera y ahora comenzaron a quemar, en una especie de prueba que Dinama está por aprobar, un neumático por minuto.
EC —La maquinaria de Fanapel se movería quemando cubiertas en desuso.
LC —En principio no podría llegar nunca a quemar solo cubiertas, pero sí podría llegar a mezclar y bajar a la mitad la quema de madera.
EC —En ese caso estamos hablando de una quema ambientalmente sustentable, controlada con filtros, etcétera.
LC —Sí, controlada con filtros.
EC —Porque uno de los usos viejos en Uruguay de las cubiertas en desuso era la quema para enfrentar las situaciones de heladas en determinadas plantaciones. Y eso era un desastre desde el punto de vista ambiental.
LC —Sí, es curioso, nosotros nos reímos porque esas legislaciones son muy antiguas. En un departamento había una legislación que permitía la quema de neumáticos siempre y cuando el viento estuviera para determinada zona que no era ese departamento. Obviamente eso ha cambiado, las intendencias han tomado una responsabilidad muy alta con esto. Ayer en una reunión de equipo decíamos: qué pena no haber llegado antes que el dengue con esto, pero qué bueno que hoy, dada la situación, tenemos a disposición de la Intendencia, que ya la está usando, una maquinaria para poder atender inmediatamente los focos que están siendo denunciados.
EC —Justamente, en el corto plazo, teniendo en cuenta la situación de emergencia debida a la instalación del dengue y al riesgo de que aparezcan otras enfermedades que también son trasmitidas por el mosquito Aedes aegypti, como el zika y el chikunguña, ¿cómo están cooperando ustedes en esa materia con las autoridades?
LC —La semana pasada tuvimos una reunión con la Intendencia de Montevideo y la Dinama en la que presentamos un plan de emergencia. La Intendencia nos está pasando las zonas de alto y mediano riesgo y las estamos visitando para realizar los levantes. Algunos levantes son en gomerías a las que les estamos avisando que tienen que retirar los neumáticos fuera de uso y otros son en chatarrerías.
EC —En desguazaderos.
LC —Sobre todo en chatarrerías o desguazaderos. Eso implica que se vaya con camiones, personal; ahí estamos combinando personal de la Intendencia y la experiencia nuestra, haciendo un mix.
EC —Rodrigo (un oyente) dice que vive en el departamento de Canelones –da el lugar concreto– y agrega: “Hay una gomería chica, pero tiene un terreno con 400 neumáticos. Estoy a dos cuadras. Los neumáticos están al aire libre, son un foco de mosquitos. ¿Qué solución hay?”.
LC —Estamos trabajando, ayer nos llamaron de San José, hemos avanzado con Canelones algo; de hecho en Canelones retiramos 7.000 neumáticos para la escuela sustentable, que ya están instalados.
GA —Para el circuito eléctrico de [Fórmula E en] Punta del Este también.
LC —Claro, ahora empiezan a aparecer llamados de distintos puntos y estamos tratando de atender todos los departamentos. Colonia y San José van a ser atendidos y los neumáticos van a ir –esperamos– a Fanapel. Canelones y Montevideo serán atendidos y los neumáticos irán a depósitos intermedios, cortados, hasta que se encuentre una solución final.
EC —Preguntan algunos oyentes cuál es por el sistema de disposición que están utilizando ahora y qué riesgos de contaminación tiene a su vez.
GA —Riesgo ninguno, lo que hacemos es sacar los neumáticos que acumulan agua, cortarlos y acopiarlos de modo que no acumulen agua.
EC —¿Dónde se acopian?
GA —En galpones, en depósitos. En realidad una vez cortados se pueden acopiar a la intemperie, porque los roedores no tienen lugar donde hacer cuna y los mosquitos no pueden criarse.
LC —Pero básicamente tenemos galpones preparados para acopiar los neumáticos ya cortados y trozados. También estamos trabajando con una cooperativa que está chipeando en trozos grandes –no en trozos pequeños como los necesarios para los pisos– a fin de reducir el espacio que ocupan para poder acumular más.
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EC —Vamos a volver a charlar cuando vayan concretándose algunos de estos proyectos, cuando empiece a trabajarse en la reutilización de los neumáticos viejos.
GA —Ya estamos trabajando en eso. Nosotros solamente colaboramos en algunas cositas, pero si usted va a Jaureguiberry va a encontrar una escuela…
EC —La escuela sustentable es un caso.
GA —Y no es solamente una escuela que se va a hacer, de ahí va a salir una cantidad de gente preparada para, ahí sí, desplegar las capacidades que tienen los uruguayos para generar una cantidad de construcciones.
LC —Por otro lado, si los oyentes saben de lugares donde hay acumulación de neumáticos, les pedimos por favor que lo comuniquen por nuestra página web, [www.ceconeu.org], para que estemos enterados y podamos intervenir.
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Transcripción: María Lila Ltaif