Entrevista con el senador Javier García (PN).
EN PERSPECTIVA
Miércoles 17.08.2016, hora 8.25
EMILIANO COTELO (EC) —En menos de una semana, dos naves de la Fuerza Aérea sufrieron siniestros graves. ¿Un síntoma de la crisis que atraviesan las Fuerzas Armadas en materia de equipamiento?
Este lunes, el nuevo ministro de Defensa Nacional, Jorge Menéndez, concurrió al Parlamento acompañado por el subsecretario, Daniel Montiel, y los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas.
La presencia de las autoridades ante la comisión del Senado había sido solicitada en junio por Luis Lacalle Pou y Javier García, pero debió postergarse varias veces debido a problemas de salud del entonces ministro, Eleuterio Fernández Huidobro, que luego fallecería.
La sesión, destinada a conocer y analizar la situación de equipamiento y recursos de cada fuerza, vino a concretarse dos días después de que un avión de la Fuerza Aérea se estrellara en Durazno –provocando la muerte de dos militares– y un día antes de que un helicóptero militar cayera en la zona del aeropuerto de Carrasco.
¿Cómo está viendo la oposición la situación actual de las Fuerzas Armadas? ¿Qué propuestas maneja para el futuro?
Vamos a conversarlo con el senador Javier García.
Coordinamos esta entrevista con el senador Javier García ayer antes de que ocurriera el siniestro del helicóptero. Sabíamos y teníamos presente lo ocurrido el viernes, sabíamos lo que había ocurrido en comisión este lunes, pero no reaccionamos ante la tragedia que se agregó en la tarde, porque eso ocurrió después de que lo llamamos.
JAVIER GARCÍA (JG) —Fue así, tal cual. Realmente no es una entrevista fácil esta, pensé si venía o si le pedía postergarla, pero me pareció que había asumido un compromiso con usted y por eso estoy aquí. No es fácil después de la tragedia de ayer. Creo que lo primero es tener en cuenta el tema humano, acá hay cuatro familias que perdieron a uno de sus integrantes, que eran pilotos de la Fuerza Aérea, y hay una institución, la Fuerza Aérea, que perdió a cuatro de sus integrantes, de sus soldados. Por lo tanto lo primero es trasmitir la solidaridad con las familias y con la institución a la que pertenecían.
EC —Sí, la cantidad y la densidad de estas muertes en el tiempo es muy impresionante. Por eso me llamaba la atención escuchar ayer al vocero de la Fuerza Aérea cuando decía: “El accidente está implícito en la actividad, el riesgo forma parte de nuestra profesión. No es un día feliz, pero de todas maneras los militares estamos formados para sobrellevar este tipo de eventos y ya hemos pasado por esto”.
JG —Lo primero es trasmitir la solidaridad y el pesar, la cercanía con las familias y con la Fuerza Aérea. Lo segundo, con Luis Lacalle Pou habíamos pedido en junio la comparecencia del ministro Fernández Huidobro; pasaron junio, julio, la enfermedad del ministro impidió que se concretara, porque el ministro quería venir él, acompañado de los comandantes. Fue una convocatoria que tuvo la particularidad de que se pidió la presencia de los comandantes. En el oficialismo había cierta reticencia a que fueran los comandantes, pero nosotros planteamos que tenía valor si era así, porque, independientemente de la sujeción al mando del ministro que tienen, son los tres profesionales que conocen al dedillo qué pasa en su arma. El oficialismo aceptó que vinieran, se concretó entre estas dos instancias y el motivo era justamente este.
EC —¿Qué había pasado en su momento, en el mes de junio, para que ustedes hicieran esta convocatoria?
JG —Puntualmente nada, no había existido un episodio que motivara, pero yo hace muchos años que estoy trabajando en este tema, integré durante 10 años la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados y ya llevo uno largo en el Senado, y veía un proceso de deterioro grave, sobre todo en dos de las armas, la Armada y la Fuerza Aérea, que, a diferencia del Ejército, tienen un componente tecnológico de mucha importancia. El Ejército no es que no lo tenga, pero básicamente el Ejército es hombre a pie, tiene su armamento, sus máquinas, sus blindados, etcétera, pero básicamente el poder del arma está en sus soldados. En la Fuerza Aérea y en la Armada está en el barco y el avión, no hay misión sin barco y sin avión. Y veíamos que este equipamiento, estos buques y estas aeronaves, iban teniendo un deterioro que los ponía al límite de que esas fuerzas pudieran cumplir su misión. Tan al límite que hoy no pueden cumplir su misión en un porcentaje que se acerca mucho a la totalidad. Independientemente de la reivindicación, este no es un tema de decir “igual nosotros podemos”, independientemente de las ganas que tenga uno, si no tiene barcos alistados, en orden, y aviones prontos para volar, por más que quiera, el hombre no vuela.
EC —Ustedes ya tenían esa inquietud. Esta semana sesionó la comisión, fueron cuatro horas, y su colega, el senador del Frente Amplio (FA) Ruben Martínez Huelmo dijo que se recibieron “exhaustivos informes” de cada comandante sobre la situación de sus fuerzas. Usted, con esos nuevos datos, ¿qué resumen sacó?
JG —Le repito los dos calificativos que utilicé el lunes, dije que la situación en la Fuerza Aérea y en la Armada era desastrosa, y agregué calamitosa. Sonó fuerte, de otras filas me dijeron que era un poco fuerte, y dije “yo no estoy para endulzar, para ocultar la realidad”.
EC —Martínez Huelmo dijo que fue “un baño de realidad”.
JG —Coincido. Desastrosa y calamitosa, en las dos armas; el Ejército está un poco mejor porque las misiones de paz permitieron una renovación del equipamiento, que se fue actualizando, aparte de la preponderancia del factor humano. Pero en el caso de Fuerza Aérea y Armada, aquí nomás, a seis cuadras de acá, tiene un museo de hierro, con barcos que tienen en promedio 50 años de antigüedad que están cuya condición técnica es lo que la Armada llama C-3 –ellos le dicen Charly 3–. De memoria: son condiciones marginales de navegación, que no pueden garantizar la seguridad de esa navegación. Prácticamente es una navegación artesanal, el comandante decide si sale a navegar o no, están a la orden relativamente. Todos los que pueden navegar, que son pocos, están en esta condición. C-4 es que no puede salir. Eso ha llevado a que hoy tengamos una misión fundamental de la Armada, que está vinculada al ejercicio de nuestra soberanía, que no se puede garantizar. Hoy no se puede garantizar la custodia de nuestras aguas jurisdiccionales.