Entrevista con la profesora Desiree Pointer Mace y la doctora Adriana Aristimuño.
EN PERSPECTIVA
Viernes 16.09.2016, hora 8.23
EMILIANO COTELO (EC) —¿Qué debe suceder en las aulas para que los alumnos aprendan con interés? ¿Qué requiere un docente para hacer su trabajo con entusiasmo?
Una de las claves de un buen sistema educativo es su equipo docente. Y la formación de los docentes es, a su vez, un punto de partida fundamental para mejorar los niveles de aprendizaje entre los estudiantes.
¿Qué funciona en las aulas y qué no funciona? ¿Cuáles son las aptitudes imprescindibles en los educadores? ¿Qué se está haciendo en esta materia en otras partes del mundo?
Para ponernos al día en estos temas, para encontrar una experiencia en particular, estamos con la profesora Desiree Pointer Mace, decana asociada de la Escuela de Educación de Alverno College (Wisconsin, EEUU).
Desiree llegó al país para participar del ciclo de conferencias sobre profesión docente y tecnologías “Aprendiendo del futuro”, organizado por el estudio jurídico Posadas, Posadas & Vecino.
La acompaña Adriana Aristimuño, doctora en Ciencias de la Educación, que fue quien moderó la mesa. Ella es nuestra otra invitada, para tener la perspectiva local.
Desirée, empiezo preguntándote a propósito de la Universidad de Alverno, Alverno College, una institución que desde hace muchos años se enfoca en mejorar los niveles de formación docente, con un modelo que ha sido calificado como innovador. ¿De qué se trata?
DESIREE POINTER MACE (DPM) —En los años 70 mis colegas decidieron dos cosas, dos hilos conductores claves para cambiar y contestar el gran porqué de una universidad. Preguntaron en el claustro docente: ¿Por qué hay que estudiar las matemáticas si uno no va a ser un matemático profesional? ¿Qué aprendemos de estudiar el arte, la música, la filosofía, además del contenido en sí mismo? Y a la vez preguntaron a la comunidad: ¿Qué necesitan ustedes de nosotros? ¿Qué necesitan de un docente bien preparado su primer día de su primer año de enseñanza?
Este proceso generó una serie de aptitudes, al principio en general para todos los alumnos de la universidad. Pero después de unos años definieron también una serie de aptitudes para formación docente. Entonces utilizamos esos dos marcos de aptitudes generales y aptitudes para formación docente para decidir si alguien está listo para empezar la carrera profesional.
EC —La Universidad de Alverno está ubicada en Milwaukee, una ciudad con una población multicultural. ¿Esa circunstancia incidió en el replanteo de la institución sobre formación docente que ustedes hicieron?
DPM —Sí, creo que sí, pero aplica en cualquier contexto. Porque creo fuertemente que la educación empieza con el individuo; la palabra más común que utilizamos en Estados Unidos en vez de evaluación es assessment, que viene de assidere, sentarnos al lado de otra persona. Esa es la relación, la dinámica, la solidaridad que existe entre un docente y un alumno. Aunque tenga un grupo de 30 personas de distintas culturas, distintos lenguajes, es igual, porque cada persona es distinta de las otras. Inventamos que esas diferencias son más significativas de lo que son; son importantes, sí, pero lo más importante es el individuo particular.
EC —De acuerdo a lo que han estado trabajando, ¿cuáles son las aptitudes claves que debe tener un docente?
DPM —Muchos de nosotros podemos pensar en la primera, que es la conceptualización. Si uno va a enseñar matemática, debe saber matemática, si va a enseñar periodismo, debe conocer las prácticas, la teoría del periodismo.
EC —¿Eso no es obvio?
DPM —Sí.