Entrevista con la trabajadora social Carmen Bruzzone, encargada de relaciones institucionales de Ánima.
EN PERSPECTIVA
Viernes 03.03.2017, hora 8.28
EMILIANO COTELO (EC) —En los últimos años, nos hemos ido acostumbrando al concepto de centros educativos gratuitos de gestión privada. La mayoría funcionan en Montevideo, pero han comenzado a instalarse también en el interior. Esta mañana, les proponemos conocer uno más; en este caso, un liceo que se propuso introducir un nuevo modelo educativo en Uruguay.
Me refiero a Ánima Bachillerato Tecnológico, un instituto que funciona en el Centro de Montevideo, en una modalidad de formación llamada dual, que está muy extendida en otros países –Alemania, por ejemplo–, pero que para nosotros resulta una novedad.
Para introducirnos en este sistema, y sobre todo para conocer qué es esta institución, vamos a conversar con Carmen Bruzzone, trabajadora social y encargada de relaciones institucionales de Ánima.
Empecemos por lo básico, lo más general: ¿qué es Ánima? Porque estoy seguro de que muchos ni siquiera oyeron hablar de ella, Ánima es muy nuevita.
CARMEN BRUZZONE (CB) —Sí, empezamos el año pasado. Somos un bachillerato tecnológico, somos un centro educativo gratuito para jóvenes y de gestión privada. Ánima es una asociación civil sin fines de lucro que gestiona la institución y una directiva integrada por personas que vienen de la academia y personas que vienen del sector empresarial.
EC —¿Cómo surgió la idea de instalar un instituto como este?
CB —Es bien interesante. Surgió de la tesis de posgrado de Políticas Públicas de quien es la directora ejecutiva de Ánima, Ximena Sommer. En la tesis ella hace un relevamiento, un estudio en profundidad de la situación de los jóvenes que pertenecen a familias de sectores de pobreza y vulnerabilidad social, de las dificultades de estos jóvenes que quizás pueden acceder al ciclo básico, aunque a veces lo abandonaban, pero tienen dificultades para llegar, solo 7 % de estos jóvenes llegan a un bachillerato.
Entonces surgió la idea –Ximena es contadora, trabajaba en Deloitte, que es una de las empresas fundadoras– de poner en práctica un bachillerato tecnológico. De llevar adelante una gestión educativa a partir del compromiso de las asociaciones civiles, de la sociedad civil organizada.
EC —Se propusieron poner en marcha un bachillerato tecnológico, pero con características muy originales.
CB —Estamos habilitados por UTU como bachillerato tecnológico. Ya tenemos la habilitación de cuarto año y estamos en proceso de habilitación de quinto, en la medida en que la habilitación se va dando año a año. Esto permite a los jóvenes, una vez que egresan de Ánima finalizado el bachillerato, seguir carreras técnicas en la Universidad. Ese es otro buen dato para los jóvenes. Es de gestión privada, pero pueden acceder a otras carreras después por la habilitación.