Entrevista con Christian Di Candia, prosecretario de la Intendencia de Montevideo.
EN PERSPECTIVA
Viernes 30.10.2015, hora 8.20
EMILIANO COTELO (EC) —Si el fin de semana pasado sacaron a sus perros por el Parque Batlle o el Parque Rodó, quizás se encontraron con funcionarios de la Intendencia de Montevideo entregando bolsas de nailon para recoger los excrementos de las mascotas. Ocurre que la comuna está dedicada a sensibilizar a la población sobre tenencia responsable de animales en la vía pública y en breve prevé aplicar multas a quienes no respeten las normas vigentes.
Esta no es la única campaña de fiscalización que la Intendencia tiene en carpeta. Como parte de una política que busca mejorar la convivencia en espacios públicos, se apretarán las clavijas sobre otras costumbres muy consolidadas que ensucian la ciudad o que dificultan la circulación.
¿Hay un cambio en la política de controles de la Intendencia? ¿Cuál es la capacidad de fiscalización que tiene para llevar adelante estas inquietudes?
Vamos a conversar de estos y otros temas con el prosecretario de la Intendencia, Christian Di Candia.
¿Hay que entender que hay un impulso fiscalizador?
CHRISTIAN DI CANDIA (C Di C) —No, para nada. Se podría utilizar esa palabra, fiscalizador o controlador, en un sentido de trabajo con los ciudadanos de construcción de convivencia, de ciudadanía, no en un afán recaudatorio, como muchas veces se plantea.
Esto tiene que ver con una línea transversal que hemos intentando encarar de julio a esta parte, que va a ser un eje transversal durante toda la gestión, que tiene que ver con la construcción de ciudadanía, la construcción de convivencia, la promoción de pactos de convivencia ciudadana. Poco nos sirve o poco nos ayuda juntar algunos pesos más por multas si no logramos concientizar a los ciudadanos y ciudadanas de la responsabilidad que tienen sobre el espacio público y sobre la huella que deja su accionar en el espacio público, que quien viene atrás no tiene por qué sufrir o corregir. Cada uno de nosotros es responsable de ese accionar.
EC —¿Cuál es el diagnóstico? ¿Hay que rescatar el espacio público?
C Di C —Sin duda, el espacio público es el lugar de encuentro.
EC —¿Qué nos pasa a los montevideanos con el espacio público?
C Di C —La ciudad la construimos no solamente quienes tomamos decisiones políticas o administrativas, sino también cada uno de los ciudadanos y ciudadanas con su accionar. Cuando uno decide dejar una bolsa de basura al lado del contenedor y no dentro está construyendo la ciudad en la que vive. Cuando uno define parar en doble fila en el Centro en horario pico o parar en la calle Rivera a las 19 horas rumbo al este, está construyendo la ciudad en la que vive, está definiendo lo que vive. Cada decisión que toma el ciudadano o la ciudadana en el espacio público, que es el lugar donde vivimos todos, donde convivimos, está construyendo ciudad.
Entonces a nosotros como administración, como decisores políticos, lo que más nos interesa es justamente lograr una mutua regulación, pactos de convivencia que logren el cambio cultural, que logren que los ciudadanos se hagan responsables de su accionar y entiendan que de alguna manera, por más decisiones que nosotros tomemos, si en el día a día el ciudadano no se hace responsable, no tiene conciencia de las consecuencias de su accionar, difícilmente podamos construir el Montevideo que todos queremos.
EC —Da la impresión de que este diagnóstico o la reacción ante el diagnóstico se demoró.
C Di C —Puede ser…
EC —La pregunta es por qué ahora.
C Di C —¿En qué sentido? ¿Desde julio?
EC —No, por qué en este período de gobierno se va por este camino.
C Di C —Siempre se ha tratado de trabajar en convivencia, la Intendencia tiene un largo proceso de campañas de sensibilización. Quizás lo que se hace ahora de forma diferente es sacar los cuerpos inspectivos ya no con un fin absolutamente fiscalizador o de multas, sino para el trabajo de generación de conciencia en la ciudadanía. Los inspectores de tránsito históricamente han ido a las escuelas, a los liceos; esos planes se mantienen. Quizás no la parte de Inspección General, que es parte del proceso que se va a iniciar ahora. Nuestra idea es que atrás de cada acción que tenga Inspección General en el territorio haya un porqué.
Porque sucede algo bastante significativo, muchas veces el mismo ciudadano que nos reclama control –¿dónde está la Intendencia cuando pasa esto, cuando pasa aquello?– cuando le toca a él se molesta. Entonces atrás de nuestro accionar siempre hay un para qué y un porqué. Cuando vayamos a inspeccionar, a controlar, intentaremos que esté la explicación.
EC —Ese punto es importante, porque capaz que esa reacción a que usted alude viene por el lado de que se percibe a esos controles o a esas inspecciones simplemente por el lado de la sanción y no de la educación.
C Di C —Sí, seguramente hay un problema de comunicación. Nosotros hemos asumido desde julio que una de las principales dificultades que tenemos y que queremos corregir es el vínculo y la comunicación que tenemos con la ciudadanía como Intendencia, como administración, como institución. Por eso en cada accionar intentamos que la comunicación sea un punto importante, que el ciudadano entienda por qué estamos haciendo esto. Porque si el ciudadano no lo entiende, difícilmente logremos el fin.
Por eso en estas campañas, tanto la de tránsito como la de tenencia responsable de animales, por lo menos durante 15, 20 días no se va a multar. Lo que se va a hacer es poner al tanto a los ciudadanos de la necesidad de que levanten las materias fecales de su animal, de que no pueden estacionar arriba de la vereda porque construimos con la plata de todos los ciudadanos rampas de accesibilidad para que puedan subir la vereda las personas con discapacidad y si el auto está parado en el medio de la vereda es imposible que pasen y esa inversión no tuvo sentido. Porque el perro está en un lugar destinado a los niños y no puede estar porque es un peligro para los niños, porque tiene que tener bozal si es potencialmente peligroso. En fin, informar, concientizar y si es necesario multar. Pero quizás la población entienda que no es necesario y el cambio cultural se dé.
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EC —Hablemos ahora en especial de la fiscalización de la tenencia responsable de mascotas, básicamente de perros, y las multas que pueden llegar a aplicarse. Hay una norma básica que no se está cumpliendo, que es el Digesto Municipal, que dice:
a) En la vía pública [los animales domésticos] deberán ser conducidos en forma responsable, empleando collar o bozal de acuerdo a lo que la reglamentación establezca; b) […] en las plazas, parques y demás espacios públicos habrá lugares reservados para la permanencia y paseo de animales domésticos, los que siempre estarán bajo el cuidado y control de sus responsables; y c) Las personas responsables de la tenencia de animales deberán retirar los residuos o materias dejados por estos.
Leí tres de las disposiciones. ¿Ustedes entienden que esta norma es conocida realmente por los vecinos?
C Di C —Hace unos años se hizo un intento de fiscalización por lo menos sobre la materia fecal y los residuos que dejan los animales. En ese momento se definió interrumpirla, no sé si fue porque no se tuvieron resultados o porque se entendió que los recursos humanos debían destinarse a otras situaciones. Nosotros pensamos que o no se conoce la normativa o no se está cumpliendo por una cuestión cultural. Por eso definimos que salieran 15 equipos de operadores ambientales, son 30 funcionarios que están recorriendo los municipios B, C, CH y E. La elección de estos municipios para iniciar se debe a una demanda ciudadana, son los municipios donde se reciben diariamente mayor cantidad de demandas o de denuncias sobre el tema, de dificultades con los ciudadanos sobre eso. Y también les solicitamos al resto de los municipios que nos enviaran sus zonas problemáticas. Estamos recibiendo esos lugares y estaremos iniciando las acciones en los próximos días.
De lunes a viernes se está operando sobre el espacio público vereda y plaza. Y los fines de semana, sábado y domingo –se inició el fin de semana último pasado–, parques y prados, el Parque Batlle, el Prado, el Parque Rivera, la rambla, diferentes espacios verdes.
ROSARIO CASTELLANOS (RC) —Me preocupa el tema de establecer espacios demarcados para los perros. Yo me pregunto dónde están, porque los he visto en otras ciudades del mundo, son una especie de corralitos a los cuales las personas pueden llevar a su perro. Y aquí en Montevideo no conozco un solo parque o espacio público que defina ese sitio que estaría establecido por la norma. Donde están los juegos de niños es cierto, ahí no pueden estar, pero hay zonas del Parque Rodó o del Parque Batlle que son evidentemente para la familia, para aunque más no sea sentarse en el pasto, y en ningún lugar está establecido que ahí no puede ir una persona con un perro y molestar a esa gente.
C Di C —Sí, es una demanda que se nos ha planteado en estos días. Es cierto que hay una falta de infraestructura en ese sentido para los animales.
EC —La Intendencia está incumpliendo el Digesto.
C Di C —Hay un parque específico para perros, que está atrás del Velódromo, dentro del Parque Batlle…
EC —Yo acabo de leer el Digesto, y dice en la cláusula B: “en las plazas, parques y demás espacios públicos habrá lugares reservados para la permanencia y paseo de animales domésticos, los que siempre estarán bajo el cuidado y control de sus responsables”.
C Di C —Hay una falta de actualización normativa, como pasa en otros temas. La normativa no se adapta a la realidad, podríamos hacer un listado bastante extenso de esas situaciones. En este caso es absolutamente imposible que en cada plaza de Montevideo demarquemos un espacio específico.
RC —¿Por qué?
C Di C —Por una cuestión hasta de espacio.
RC —En un parque, por ejemplo, el paseador de perros se coloca donde tiene ganas, los prende de los árboles donde se le ocurre y no hay nada que indique que no pueden hacerlo.
C Di C —En los parques y en los prados sí podemos disponer de esos espacios. El otro día nos reunimos con la Junta de Alcaldes para solicitarles a los municipios que nos demarcaran lugares para trabajar en esa demarcación con Espacios Públicos. No solo para que los perros estén sueltos y los puedan llevar ahí, que sea específico para animales, sino para el adiestramiento, que hoy en día se hace en el Prado, al lado del arroyo Miguelete, cerca del municipio. Seguramente trabajaremos con el alcalde Rodrigo Arcamone, ya nos comunicamos con él, para normativizar o legalizar esa situación para que los perros puedan seguir adiestrándose allí, pero no por excepción sino por una norma legal.
EC —Una vez que pase este período, van a ir a las multas. El primer período es de educación, de sensibilización. El segundo es de multas, una multa de $ 1.600 a quien no recoja los residuos que deja el perro, una de $ 2.500 para quien lleve el perro en la vía pública sin usar collar o bozal y para quien adiestre sus animales en plazas, parques, playas o cualquier lugar de uso público no habilitado a esos efectos. ¿Algún desarrollo más a propósito de esta segunda parte de la campaña?
C Di C —Ahora estamos saliendo con operadores ambientales, 30 en 15 equipos. Si decidimos salir a multar específicamente, cada uno de esos equipos va a ir acompañado con un policía eventual. Estos policías eventuales son los que están a disposición de la Inspección General diariamente, los que los acompañan en la mayoría de sus funciones. El policía va a requerirle la cédula o el documento o el nombre a la persona, se le va a hacer una intimación, la persona va a tener 10 días para presentar sus descargos, y si no se hace lugar a esos descargos o no se presentan, se ejecutaría la multa. Recursos Financieros verá en cuál de los vínculos jurídicos que la Intendencia tiene con los ciudadanos carga la multa.
EC —Ahí vamos al tema de cómo multar. En primer lugar una puntualización, usted dijo recién: “si se decide empezar a multar”. ¿No está resuelto eso?
C Di C —En un principio se plantearon 15 días de campaña de sensibilización y luego salir a multar. Los informes que nos están dando tanto la Dirección de Inspección General como los operadores ambientales establecen que se nota un cambio en el accionar del ciudadano, que es lo que más nos preocupa. Si hay claramente una modificación o un cambio cultural, si los ciudadanos y ciudadanas empiezan a recoger la materia fecal de sus animales y a salir con correa, quizás mantengamos esta campaña de sensibilización un tiempo más y no sea necesario salir a multar. Esto para dejar claro que no nos interesan los $ 1.600, porque siempre está arriba de la mesa el afán recaudatorio de la Intendencia por el tema de multas.
EC —Pero también es cierto que en Uruguay pasa que sin sangre la letra no entra, hemos tenido unos cuantos ejemplos. Capaz que no hay más remedio que llegar a las multas, capaz que la multa termina siendo educativa también. El problema es que la multa tiene sus dificultades. Ayer Rosario hacía un editorial en el que hablaba de ese asunto. Consultó a varios abogados, le explicaron que un inspector municipal u operador ambiental no puede por sí solo exigir identificación a las personas, a menos que vaya acompañado por un policía. Eso usted ya lo aclaró, si se va a la etapa de multado va a haber un policía acompañando al inspector municipal, o sea que se va a poder exigir la identificación.
RC —Una aclaración: para exigir la identificación, la persona tiene que estar en una actitud sospechosa, si no, el policía no puede hacerlo. Si yo vengo paseando un perro y digo que el perro no es mío, por más que no tenga correa, va a ser muy difícil considerarme sospechosa y obligarme a mostrar mi identidad. Por supuesto que si estoy quemando un contenedor queda claro que estoy en una actitud flagrante y el policía me puede pedir identificación y llevarme a la comisaría, pero con el perro es bastante más difícil, aun para el policía.
EC —¿Están teniendo en cuenta detalles como ese y sobre todo la dificultad después, incluso si se logra identificar a la persona, para hacer efectivo el cobro?
C Di C —No iniciamos este proceso, somos conscientes de que tiene ciertas dificultades, tanto la materialización de la multa como el cobro. En la mayoría de las capitales y ciudades del mundo no solo se multa por esto, se multa también por tirar una colilla de cigarrillo en la vereda, por tirar papeles, por tirar basura, la persona como individuo es pasible de recibir multas por este tipo de cosas. Si encontramos dificultades normativas muy claras y se hace muy duro llegar a la multa y entendemos que la multa es necesaria, tendremos que caminar hacia unos cambios normativos. Nuestra idea en este período de gobierno es que este tipo de actitudes ciudadanas se modifiquen. Si para eso necesitaos la multa y para eso necesitamos cambios normativos, tendremos que ir a eso.
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EC —Hay una cantidad de preguntas y comentarios de los oyentes. Por ejemplo este de Mercedes, que dice: “¡El miedo que hay en este país a ejercer la autoridad es increíble! No se vaya a pensar que son represores”. ¿Sienten esa presión, ese prejuicio?
C Di C —La inspección de la Intendencia, cualquiera de los cuerpos inspectivos, tiene una cuestión de contralor y de represión lógica, pero queremos trabajar en convivencia. Primero convivencia, después dependerá del juicio personal de cada ciudadano, cada ciudadana si lo siente como una represión o como un trabajo en convivencia.
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EC —Otra mala costumbre que va a empezar a fiscalizarse es el estacionamiento en la vereda, algo que también está prohibido en el Digesto porque provoca la rotura de las baldosas y dificulta la circulación de los peatones. Sin embargo hasta ahora no se estaba controlando, de hecho vemos autos estacionados en las veredas por todos lados.
C Di C —Sí, es parte de las definiciones que hemos tomado dentro de esta lógica de trabajar en pactos de convivencia ciudadana y de regulación mutua entre los ciudadanos. También tiene un período de instrucción, de aprendizaje, de charla, de conversación con los ciudadanos. En esta primera etapa, sobre todo en las avenidas, se está haciendo es retirando el vehículo y depositándolo en lugares donde sí se puede estacionar, sin llevarlo a la playa de estacionamiento de la Intendencia. Después de determinado período sí se va a retirar el vehículo hacia la playa de estacionamiento y se va a confeccionar la multa.
EC —Por ahora, ¿en qué tipo de calles, de avenidas empieza la campaña?
C Di C —Se está haciendo fundamentalmente en toda la zona nueva de bulevar Artigas y se va a seguir desde el monumento a Luis Batlle hacia Agraciada, hacia el sur, donde está la ciclovía. Tenemos dificultades complejas con los autos que estacionan sobre la ciclovía y sobre la vereda en toda esa zona sur de bulevar Artigas.
EC —Es en los dos tramos de bulevar Artigas, con el eje en del monumento a Luis Batlle.
C Di C —Exactamente.
EC —¿En qué otras zonas se va a controlar el estacionamiento en las veredas?
C Di C —Estamos trabajando sobre las avenidas y las principales arterias de la ciudad. Luego se trabajará por denuncias en los diferentes barrios.
RC —¿Y qué contrapartida tiene la Intendencia? Porque en muchos casos lo que pasa es que ustedes permiten la instalación de una empresa, por ejemplo, la cual se supone que tiene una llegada de automóviles en una calle como bulevar Artigas, donde no se puede estacionar, entonces ¿dónde estaciona ese auto? ¿En qué medida está resuelto no estacionar en la vereda o que la vereda tenga algún tipo de zona que permita las dos cosas, el tránsito seguro del peatón –porque estamos hablando no solo de impedimentos sino de su seguridad– y al mismo tiempo la solución al problema de estacionamiento? Porque lo que ocurre en bulevar Artigas es una parte, hay otras calles en las cuales ocurre lo mismo. Una empresa que recibe clientes que no tienen dónde estacionar, o sus propios empleados, porque no se lo permite la calle sobre la que está instalada.
C Di C —Está claro. El tema de los estacionamientos hace a toda la movilidad urbana y a todo el tránsito y se trabaja a ambas puntas. Tiene que ver, sí, con los estacionamientos, y Movilidad Urbana, específicamente Tránsito, está trabajando en la instrumentación de nuevas modalidades para el estacionamiento, pero también tiene que ver con desestimular el uso del vehículo. Eso tiene que ver con apuntalar el transporte público, las ciclovías, generar infraestructura para que el peatón prefiera caminar, prefiera subirse a un ómnibus, a una bicicleta antes que subirse a un auto. Hoy vemos en el tránsito que la mayoría de los autos, una gran cantidad, van con una sola persona. Entonces tenemos que trabajar también en la desestimulación del uso del vehículo. Por ejemplo, la Intendencia, para dar el ejemplo como institución, está desafectando todos los espacios reservados para funcionarios y directores alrededor de su edificio, van a pasar a estacionamiento tarifado. De alguna forma es incentivar a quien va a trabajar allí a que vaya en el transporte público, caminando o en bicicleta, que no se traslade todos los días –con la cantidad de funcionarios que eso implica, con lo que afecta al tránsito– en un vehículo particular.
EC —De todos modos, ¿no le falta rigor a la Intendencia a la hora de exigir por ejemplo que edificios nuevos tengan suficientes lugares de estacionamiento? Faltan parkings, faltan plazas de estacionamiento en Montevideo.
C Di C —Cuando se dan permisos de construcción se exige determinada cantidad de plazas de estacionamiento. Eso está previsto en la normativa.
EC —Faltan plazas de estacionamiento, ha habido distintos intentos por fomentar en el sector privado la construcción de edificios o eventualmente estacionamientos subterráneos y todo eso ha quedado por el camino.
C Di C —Nosotros como Intendencia, como administración pública, no vamos a invertir en estacionamientos subterráneos, en estacionamientos de altos. La Comisión de Inversiones de la Intendencia está trabajando para la generación de este tipo de estacionamientos con privados, con inversión privada.
EC —Pero ¿va a haber una política específica en esta administración en esa dirección? Porque ha habido intentos anteriores que no prosperaron y siguen sin construirse suficientes plazas de estacionamiento.
C Di C —Sí, hay proyectos de inversión privada para esto y se está trabajando en la Comisión de Inversiones. Sin duda, siempre que esté dentro del proyecto ciudad, esto va a ser atendido.
EC —¿Qué otros “pactos de ciudadanía”, qué otras políticas destinadas a fomentar la convivencia está manejando la Intendencia?
C Di C —Los pactos de convivencia tienen que ver con todo el proceso de la administración, a lo largo y ancho de cada uno de los departamentos. Nosotros estamos planteando Montevideo como ciudad inteligente, Montevideo como ciudad sostenible, como un territorio digital, que permita la inclusión digital. Eso tiene que ver también con la convivencia. Una ciudadanía de Montevideo incluida digitalmente, que tenga la Intendencia ya no como aquel edificio de ladrillos en 18 de Julio, sino que la tenga al alcance de su mano en su celular o en su computadora tiene que ver también con la convivencia, hace a una Intendencia mucho más accesible, con trámites mucho más cercanos, con respuestas mucho más cercanas.
A partir de diciembre va a estar al aire el Sistema Único de Respuestas, que va a permitirle a la Intendencia actuar de acuerdo a la demanda del ciudadano. Obviamente esto también va a llevar un período de adaptación cultural tanto para los ciudadanos como para los propios funcionarios. El ciudadano va a poder subir la foto del auto mal estacionado, va a poder sacar la foto del contenedor desbordado… Eso no implica que el ciudadano vaya a actuar como inspector y que eso vaya a significar una multa, pero le van a llegar a la Intendencia en tiempo real el pozo que de repente no se ve, el contenedor desbordado, cualquier tipo de situación que se dé en el territorio que genere la intervención de la Intendencia de Montevideo. Eso va a tener diferentes niveles de respuesta, algunas que van a ser urgentes y otras llevarán su tiempo, pero todas esas demandas van a llegar al servicio que sea necesario que intervenga. Eso hace a la convivencia en el día a día.
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RC —Me gustaría saber en qué medida se ha reforzado el sistema de inspectores o, como tantas veces que se lo han propuesto, van a decir “no tenemos los inspectores suficientes”. Quiero saber si vamos a terminar con ese argumento. Los inspectores en materia de edificaciones, ni hablemos.
C Di C —Hay varias áreas inspectivas dentro de la Intendencia. Yo particularmente puedo hablar de Inspección General y puedo decir que tenemos los inspectores y los operadores ambientales necesarios para cubrir Montevideo.
RC —¿Se nombraron nuevos?
C Di C —No, no se nombraron nuevos, pero incluso tenemos una lista de prelación de 12 inspectores que ganaron un concurso hace un año y algo, la lista está absolutamente para su uso si es necesario. Pero creemos que por ahora, por lo menos a nivel central, no es necesario. Incluso estamos trabajando en una reformulación del servicio, una reformulación participativa, los propios trabajadores están trabajando en el porqué y el para qué del servicio, algo que nos parece sumamente interesante, porque también es parte de que el funcionario se ponga la camiseta y entienda cuál es su rol, construya su rol y su papel en la sociedad también desde la institución Intendencia. Y seguramente no necesitemos más funcionarios, por lo menos en la parte de Inspección General.
Quizás sí sean necesarios en el tránsito, lo hemos hablado con la Dirección de Tránsito. Pero eso debe ser algo que conteste más específicamente el director de Tránsito.
EC —Seguramente varias de las preguntas que tenemos Rosario y yo, pero también de las que llegan de la audiencia, son para plantearles a los directores de división correspondientes. Pero hagamos alguna aproximación con algunos de los mensajes de los oyentes.
Susana quiere saber cómo va a ser el tema con los perros en la playa.
C Di C —La normativa prohíbe los perros en la playa desde el mes de diciembre hasta el mes de marzo. El control de eso depende de Prefectura, no de la Intendencia. Igual nosotros hacemos, por responsabilidad y porque como capital tenemos la certificación de las playas, un trabajo que cubre todo el verano con operadores ambientales –los mismos que están haciendo los operativos de tenencia responsable de animales– junto con marineros de Prefectura. Y lo vamos a mantener durante este verano.
EC —También aparecen dudas sobre “la gente que ensucia”. ¿Cuándo se va a multar a las personas que tiran residuos, botellas que acaban en la vereda, en las calles?
RC —Papeles, bolsas, envases vacíos… ¡un horror!
C Di C —Es la misma situación que planteábamos con el tema de la tenencia responsable de animales. Las dificultades de multar esas acciones son las mismas. En este caso estamos haciendo operativos por la tenencia responsable de animales, pero no descartamos que estos operativos empiecen a incluir ese tipo de conductas de los ciudadanos y ciudadanas sobre el territorio. Estamos haciendo las consultas normativas por si fuera necesario introducir algunas modificaciones, algunos cambios que nos permitan trabajar sobre estas malas acciones ciudadanas.
EC —También está la contracara de esa consulta, la plantea Margarita, cuestionando a la Intendencia la escasa cantidad de papeleras, de recipientes para residuos que hay en la ciudad. Es correcto, el ciudadano no debe ensuciar, no debe tirar papeles, botellas, cigarrillos a la calle, pero ¿qué ocurre si no hay dónde depositarlos?
C Di C —Somos conscientes de eso. Espacios Públicos está trabajando junto con Desarrollo Ambiental en un programa de planificación de la ciudad sobre el tema de la basura que incluye mucho más allá del tema de las papeleras, también incluye el tipo de bolsas, está trabajando con los supermercados. Hay planes generales que incluyen toda esta problemática. Pero sí somos conscientes de que hay necesidad de más papeleras.
RC —Yo sigo pensando que lo único y más efectivo es la concientización. En los países que conocí donde nadie tira un papel en la calle el control lo hace otro ciudadano. Entonces, ¿en qué medida está pensando la Intendencia en salir con campañas publicitarias fuertes? Las veo en el cable que vienen de Buenos Aires hablando de asumir cada ciudadano la responsabilidad sobre la mugre, sobre el perro, sobre lo que venga, pero que no sea necesario que salga el inspector de la Intendencia. ¿No sería bueno una fuerte campaña publicitaria en ese sentido?
C Di C —Lo primero que has dicho es palabra por palabra las intenciones que tenemos sobre el trabajo en el territorio. Lo que decíamos al principio, que el ciudadano y la ciudadana sean conscientes de que su accionar construye ciudad.
RC —¡Que cree vergüenza a la persona que tire el papel! Que la mire el de al lado…
C Di C —El contralor social, eso se da con un cambio cultural.
RC —Exacto, pero eso necesita una educación a través de campañas.
C Di C —Es parte de lo que estamos haciendo ahora en el mano a mano, más allá de lo publicitario o de la campaña de medios y de redes. De hecho ayer salió la campaña de redes sobre la tenencia responsable. Y seguramente esas campañas sigan con cada uno de los aspectos que vayamos trabajando. Más allá de eso creo que es importante que la institución esté en el cara a cara, en la charla con del vecino y el ciudadano, porque así también se construyen ciudadanía y cambio cultural. Hay que ir al choque cultural.
EC —Ojo, si el énfasis se pone solo en las campañas publicitarias después empieza toda la discusión a propósito de lo que gasta la Intendencia en publicidad.
RC —Dinero bien gastado…
EC —Sí…
RC —… porque lo va a ahorrar por otro lado.
EC —Ahí empieza otra polémica. Las campañas se pueden desarrollar en distintos frentes, uno es de la publicidad en los medios, pero también hay otros mecanismos, otros canales, más directos.
C Di C —Sí, el mano a mano es uno, que para nosotros es esencial y fundamental. También se está repartiendo folletería, se está trabajando con Cambadu para que en los diferentes bares y asociaciones estén los afiches y la folletería para que las personas puedan recoger. El trabajo es a varias puntas, va más allá de los grandes medios. Tenemos que cuidar los recursos económicos de todos los ciudadanos –sobre todo en este momento, cuando aún estamos sin presupuesto propio, recién lo estamos construyendo– y estudiar bien dónde ponemos los impuestos de los ciudadanos.
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Transcripción: María Lila Ltaif