Video de la entrevista en este link
EN PERSPECTIVA
Lunes 11.11.2019
EMILIANO COTELO (EC) —A comienzos de julio Daniel Martínez recurrió a ella para integrar la fórmula presidencial y sorprendió a propios y a ajenos. Graciela Villar era hasta ese momento desconocida por gran parte del electorado. Ahora tiene en sus hombros una responsabilidad pesada.
Camino a un balotaje que se presenta difícil para el oficialismo, Graciela Villar y el resto del Frente Amplio (FA) tienen que ir en busca del voto de quienes no adhirieron a esa fuerza el 27 de octubre. Este pasado fin de semana, por ejemplo, estuvo por el interior como parte de la campaña “voto a voto” que puso en marcha la coalición de izquierdas.
¿A qué argumentos apela para convencer a la población? ¿Cuál es su perfil en esta fórmula?
Lo conversamos con ella.
GRACIELA VILLAR (GV) —Un gusto para mí cambiar de rol, pasar de ser oyente a ser parte de la mesa de diálogo contigo.
EC —Ese dato de que es oyente capaz que le da más interés a la primera pregunta. Es la primera vez que la tenemos en En Perspectiva desde que Martínez la anunció como compañera de fórmula. Y aquel mismo día fue la primera vez que solicitamos una entrevista, reiteramos el pedido varias veces y no tuvimos éxito hasta ahora. ¿Qué pasó? ¿Por qué usted y su equipo manejaron de manera tan restringida las apariciones en los medios?
GV —No fue una estrategia de campaña, como se está diciendo por ahí, ni fue una decisión intencional. Cuando el plenario me ratificó como candidata a la Vicepresidencia para acompañar a Daniel Martínez, mi primer pedido a ese plenario fue que me dieran la oportunidad de darme a conocer y tenía un debe fundamental de recorrer el país. Y así lo hice, salí de campaña inmediatamente, porque tenía que ir a un reencuentro no solo con la fuerza política, sino hacerme conocer en el interior, partiendo de la base de que yo tenía una historia política bastante larga, casi 25 años en ámbitos parlamentarios de Montevideo, pero que en el interior aún no me conocían. Y me dediqué a eso; aun así hice casi 50 entrevistas en total a lo largo y ancho del país.
EC —Pero faltaron unas cuantas entrevistas en algunos medios y ese fue todo un tema de conversación y de discusión a propósito de su figura y su papel.
GV —Siempre falta. Pero acá estoy, subsanando la ausencia que tenía en uno de los espacios que más sigo desde hace ya muchos años.
EC —¿Cuál fue el motivo de esa política de comunicación? ¿Aquella frase suya “vuelve a ponerse arriba de la mesa una opción entre oligarquía y pueblo”, la que dijo el jueves 18 de julio en La Huella de Seregni en el plenario nacional en el que fue proclamada?
GV —No hubo una decisión expresa de que yo no saliera a los medios, y lo quiero dejar meridianamente claro porque creo que ha dado lugar a diversas especulaciones. Ni me llamaron al silencio ni soy una persona que dócilmente se pueda llamar al silencio y realmente he hablado a lo largo y ancho del país participando en todos los actos en forma conjunta y dando notas. He estado de hecho en los tres canales de televisión, por ejemplo, y dado notas en medios escritos y radiales. No hubo, y lo quiero despejar meridianamente, porque suelo ser tremendamente sincera, ninguna intencionalidad de que yo no saliera a los medios.
EC —De todos modos, cuando usted analiza a la distancia aquel discurso, su primer discurso, ¿qué evaluación hace? ¿Fue una frase infeliz, fue un comienzo infeliz?
GV —Fue una frase que se tomó literalmente, que marcó los ejes para una discusión que está centrada en dos proyectos de país que son sustancialmente contrapuestos, uno que defienden los progresistas y otro que está planteado hoy por la coalición de la oposición, y en esa dinámica hemos seguido trabajando. Además tengo una trayectoria política en Asamblea Uruguay (AU) que despeja cualquier duda de pseudorradicalismos que no son mi estilo. Puedo sí ser muy fuerte en mis discursos, eso sí.
EC —Está bien, usted habla de dos proyectos de país. Pero una cosa es decir dos proyectos de país y otra cosa es decir “oligarquía y pueblo”.
GV —La literalidad de una frase a la que me remití dimensionando al compañero general Líber Seregni generó más distorsiones de las esperadas. Pero eso está subsanado porque mi historia política y mi trayectoria así lo indican.
EC —De todos modos parece claro que no ha vuelto a usarla, que la quitó de su discurso.
GV —Mi discurso está incluido en la concepción y en la confrontación que tenemos hoy entre dos proyectos que se le presentan a la ciudadanía, uno es el respaldado por los 15 años de gobierno del FA y el otro es el que nos augura hoy la oposición.
EC —Pero no está usando esa frase.
GV —No, no es necesaria. Creo que la división entre estos dos proyectos de país permite además la comunicación mucho más en directo y comprensible para las otras partes.
EC —En esta etapa de la campaña que está corriendo después de la primera vuelta, ustedes en el FA apuestan a reconquistar el voto de quienes no acompañaron a esta fuerza política el 27 de octubre. Hablan de una campaña “voto a voto”, con recorridas por el interior junto a referentes locales, también en Montevideo. Entonces, ¿usted a quién le está hablando? Usted en particular.
GV —En primer lugar la reconquista de los votos de Montevideo parte de la base de que el FA a 15 años de gobierno sigue siendo la fuerza política con mayor respaldo electoral. Ese 39 y fracción por ciento ratifica que tenemos un fuerte respaldo popular. Ratifica el escenario de que el FA y el liderazgo de Daniel Martínez han contado con el mayor respaldo. El salir a la conquista también tiene que ver con un escenario de los partidos políticos en el que aparecen nuevos protagonistas y obviamente todos los partidos, los tradicionales y la izquierda, han perdido votos que han migrado hacia la nueva representación política que es Cabildo Abierto (CA). Eso es un dato de la realidad que se ha venido analizando en estas mesas y en estas tertulias como parte de lo mismo.
EC —Sí, es todo un hecho político, es toda una novedad muy fuerte en el tablero.
GV —Es una novedad que cambia el escenario político, la distribución de los votos. Y el FA sale a conquistar los votos que nos han prestado históricamente otros sectores populares conversando sobre lo que hemos construido en estos 15 años y cuáles son las propuestas para seguir adelante.
EC —Mi pregunta era cómo está enfocándose usted en particular. La semana pasada, en el programa Todo pasa, de Océano FM, usted dijo: “Personalmente voy a ir a los barrios donde votó bien Cabildo Abierto”.
GV —Sí, voy a ir a los barrios más populares, que es parte de mi trabajo histórico. Yo trabajé muchísimo cuando estaba en la Junta Departamental con los sectores populares o los sectores más vulnerables, asentamientos y todo lo demás. Allí es donde voy a conversar, a escuchar qué es lo que la gente nos está cuestionando, reclamando, pero sobre todo, además de escuchar, hacer las propuestas. Soy una mujer que desarrolla mucho la política del hacer, esto que Daniel habla de la sensibilidad, me gusta mucho sentarme con la gente, tomar un mate y conversar con ella. Y a partir de ahí, esa traducción en las acciones políticas me parece que es relevante.
EC —Entonces ¿un foco suyo es CA o quienes se acercaron a CA?
GV —No, estoy convencida –y creo que la última encuesta, si bien es una foto, también lo dice– de que no hay una migración automática de quienes votaron una cosa en lo parlamentario y hoy definen entre los dos líderes que pueden llevar adelante el país en el próximo período. No hay cosas automáticas, no es ni Cabildo, ni el Partido Colorado (PC), ni el Partido Nacional (PN), es la ciudadanía toda. Creo en la independencia del voto, más en esta segunda vuelta, en la que se definen dos cosas nada más.
EC —Si nos detenemos en particular en CA, ese partido nuevo logró atraer a un perfil bastante variado del electorado: desde sectores de derecha hasta personas que habían votado en el pasado al FA a través de Mujica (el mismo Mujica la tildó como gente “de abajo”). ¿Usted qué herramientas tiene para convencer a esas personas de que para la segunda vuelta deben cambiar?
GV —Insisto, no voy a la casa de CA, no veo la bandera y voy, golpeo puerta a puerta, es lo que estoy haciendo.
EC —¿Literalmente hace eso?, ¿usted hace puerta a puerta?
GV —Sí, lo hago.
EC —¿Toca el timbre?
GV —Toco el timbre, golpeo las manos. Me presento, les digo quién soy, que quiero conversar con ellos, quiero saber si ya tienen una definición. Si me dicen que dudan, doy la posibilidad. No les pregunto a priori a quién votaron. Eso es lo que he venido haciendo. No busco las casas de CA.
EC —Pero si se encuentra con un votante de CA, ¿qué le dice?
GV —Ahí conversamos y ellos también nos dicen cuáles son sus preocupaciones, por qué definieron esa opción o cualquier otra. En el barrio Capra me encontré y conocí personalmente a una de quienes van a acompañar a Cabildo como diputados en este período. Fue bien interesante, es una concejala, una persona muy respetada en el barrio, estuvimos conversando sobre las cosas para hacer en el barrio en forma horizontal. Hay una postura de apertura, de escuchar las devoluciones, porque aun sin reconquistar el voto, creo que lo primero que tenemos que hacer los políticos es saber qué es lo que nos cuestionan.
EC —¿Y qué le cuestionan? ¿Qué ha ido escuchando? Porque ustedes han dicho que hace falta asumir errores, que hace falta profundizar en la autocrítica, plantearse así, con esa apertura ante la gente. ¿Qué le han dicho, en síntesis?
GV —Primero escucho. Las preocupaciones son variadas y dependen también de la realidad. Hay acentos en el interior que son relativamente distintos de los de Montevideo. Si hiciéramos una encuesta, hay preocupaciones sobre el tema de la seguridad, hay preocupación, más que nada en el interior, sobre el tema del empleo. Esas son las preocupaciones más relevantes.
EC —¿Y ustedes qué errores asumen, qué déficits asumen?
GV —Cuando la gente nos habla de los temas de seguridad lo hacemos sobre la base de hechos concretos. Estamos haciendo una propuesta que tiene que ver con 12 puntos y una visión integral del tema de la seguridad que aborda y recoge primero las experiencias que han dado resultado en el último período, que tienen que ver con la implementación de los programas PADO y los programas Mirador. En muchos de esos barrios esos programas hoy se ven con muy buenos ojos porque han tenido resultado. Hay que seguir trabajando en incluir tecnología y medios para que la policía tenga todos los instrumentos necesarios, además de su formación y del nuevo equipamiento que hoy tiene, que tiene mucho más a su servicio las nuevas tecnologías. En esos barrios la gente ha vivido estas experiencias y tiene como resultado respuestas positivas.
EC —Pero ¿cómo convence a ese uruguayo, a ese montevideano eventualmente, de que le dé una chance más al FA, que ya lleva 15 años actuando, por ejemplo, en seguridad pública?
GV —Con ese ciudadano y ciudadana con quien hablamos también hacemos un refresco de la memoria de lo que se ha construido en estos 15 años.
EC —Pero referido en particular a seguridad pública.
GV —Están asociados directamente.
EC —Porque mucha gente dice: “Ya está, estuvieron en el gobierno 15 años, Bonomi cuántos años lleva y miren los resultados”. Ese es un razonamiento.
GV —El problema con la gente cuando conversamos es no ver el árbol sino ver el bosque. Hay una serie de desarrollos sustantivos que se han dado en el Uruguay, de los cuales ellos son parte; conversamos de esas cosas y nos comprometemos a dar un giro en el tema de la seguridad con estas medidas, que tienen una visión integral además, porque abordan el tema de la convivencia, de la reconstrucción de barrios. Los ejemplos de Los Palomares han dado muy buenos resultados y hay que seguir en esa línea, sobre todo en los conos urbanos, donde la delincuencia se ha instalado. Y además agudizar y definir con muchísima claridad la represión en el tema de la delincuencia.
EC —Represión…
GV —Sí.
EC —Interesante ese término, porque en la izquierda cuesta asumirlo, ha sido todo un problema de los últimos años.
GV —Uno lo asume. En primer lugar aclaramos que no es el gatillo fácil, es la represión, pero a su vez una visión integral del tema de la delincuencia, porque este tema ha afectado también a zonas donde vive muchísima gente que nada tiene que ver. Y las intervenciones no pueden ser solo el combate a la delincuencia puntual, sino la intervención en ese barrio con políticas del Estado que en muchos casos abarcan el tema de la vivienda, el tema de la salud y el tema de la educación. Tienen que ser políticas transversales para decir que realmente erradicamos los temas de la delincuencia y sus afincamientos en determinadas zonas del país.