EN PERSPECTIVA
Lunes 14.10.2019
EMILIANO COTELO (EC) —El partido Unidad Popular (UP) se define como la “verdadera izquierda”, aquella que levanta los principios que –dicen sus dirigentes– el Frente Amplio (FA) abandonó. Hoy cuenta con un diputado, Eduardo Rubio. Y en las elecciones del domingo 27 aspira a conservar ese escaño y, en lo posible, incrementar la bancada.
En esta oportunidad, UP repite la fórmula presidencial de 2014, integrada por Gonzalo Abella y Gustavo López, pero presenta una novedad que llama la atención. En una de sus listas al Senado suma al ingeniero Roberto Kreimerman, que fue ministro de Industria en el gobierno de José Mujica y antes, en la primera presidencia de Tabaré Vázquez, había sido subsecretario de Industria y director nacional de Energía.
Hace pocas semanas Kreimerman fue noticia cuando se conoció que se había escindido del Partido Socialista (PS) y del propio FA.
¿Qué papel va a jugar en los próximos cinco años a partir de la UP?
Lo conversamos con él.
¿Qué lo atrajo de UP? ¿Por qué decidió incorporarse a este partido después de dejar el PS y el FA?
ROBERTO KREIMERMAN (EK) —En mi caso yo me incorporo al ámbito de UP buscando un sector a partir del cual poder desarrollar una estrategia de país distinta de la que se viene desarrollando no solo en este período de gobierno, sino desde tiempo atrás. Y la entrada la realizo por Compromiso Socialista, la lista 565.
EC —¿Cuánto influyó en esa decisión el hecho de que su hijo, Federico, ya se encontraba dentro de UP y lideraba este grupo, Compromiso Socialista?
RK —Influyó en que conocía a la gente. Gente joven, que nace en primera instancia de la lucha universitaria, que luego se traslada a otras esferas aparte de lo educativo y lo sindical, y que de esa manera veía una comunión de ideas. Incluso con una visión siempre socialista coincide muchísimo en cuanto a que queremos transformar la sociedad, que esa transformación hacia una sociedad socialista no es de inmediato, hay que dar pasos y dentro de esos pasos está, por ejemplo, algo que veníamos planteando estos días, la transformación de la estructura de producción. Evidentemente hay muchos puntos de contacto en la visión que tiene esta lista, esta agrupación, en los temas de vivienda, en los temas de seguridad, pero el hecho de que mi hijo estuviera en el tema tuvo la influencia por el lado del conocimiento. Luego fui conociendo UP, y fuimos encontrando además, en conversaciones con las bases cuando uno va a los distintos sitios de Montevideo o el interior o con sus dirigentes, muchos puntos de contacto, después de haber leído algunos aspectos.
EC —Dentro del PS, ¿qué corriente integraba usted?
RK —Integraba la corriente del actual secretario general, Gonzalo Civila. O sea que integraba la corriente de mucha gente que creo que no solo dentro del PS, sino del FA, que piensa que la estrategia país y por lo tanto la política económica, pero fundamentalmente vista en esa estrategia de insertarse en el mundo como proveedor de productos primarios, de productos básicos sin mayor valor agregado, no es la mejor.
RK —Usted integraba esa corriente, la encabezada por Gonzalo Civila.
RK —Exacto.
EC —Esto de las corrientes en el PS siempre da lugar a discusiones cuando se lo trata periodísticamente, pero más de una vez se ha calificado a esa corriente como la garganista, por Reinaldo Gargano, o la ortodoxa. A partir de las declaraciones que ha estado haciendo desde que se fue suena lógico ubicarlo allí, suena lógico confirmar que usted formaba parte de ese grupo dentro del PS.
RK —Así es, estuve en la lista, en los últimos lugares de la lista, pero estuve ahí.
EC —¿Y cómo se entiende que justo ahora que esa corriente triunfó dentro del partido, ahora que Gonzalo Civila es el secretario general, usted se vaya?
RK —Se entiende porque mi disconformidad con el FA es de tiempo atrás. Ha venido creciendo en ese sentido y se fue agudizando en los últimos años. En el gobierno nosotros hicimos cambios, primero trabajando muy activamente como director de Industria, luego ya como subsecretario y continuando luego con la transformación energética, pero también cambios en la parte productiva, que enfocamos, y que hoy es la que está en mayores problemas de eliminación o cierre de empresas alta desocupación. En la industria se ve muy claro, pero también en los servicios y en otros sectores, tercerizaciones y demás. Veníamos trabajando en los temas y logramos negociar algunos aspectos, algunas mejoras puntuales en la parte industrial. Y logramos mejorar partes de telecomunicaciones, de energía, que era lo que le competía al ministerio.
Tenemos una estrategia de país basada en un intento de atracción de inversiones a todo costo. No estamos contra la inversión extranjera ni mucho menos, creo que la inversión extranjera debe venir, pero debe ser seleccionada y complementada con capacidades y tecnología nacional.
Yendo a su pregunta, en el interior uno ve que se pueden hacer algunas cosas. Mencioné la inversión externa, podemos mencionar otros temas como los acuerdos de libre comercio que se están negociando que no son libre comercio. Tampoco estamos en desacuerdo con los acuerdos de comercio, siempre que impliquen comercio y compartimiento y colaboración en tecnología. Acá lo que tenemos es comercio en el cual se nos deja comerciar –como se vio en los recientes acuerdos– productos primarios a cambio de que aceptemos cláusulas de patentes o de propiedad intelectual que nos inhiben completamente cualquier desarrollo del país para los actuales trabajadores y para los futuros.
Mi visión crítica creció en la medida en que se intentó hacer el acuerdo con el TISA, el acuerdo sobre comercio, en la medida en que fue quedando claro que la educación no iba a recibir los presupuestos adecuados, en la medida en que se hizo una ley de riego que conspira totalmente contra la línea que siempre defendió Gargano, uno de los referentes principales del FA, no el único pero una persona íntegra y a la cual respetamos mucho. Nosotros aprendimos mucho de haber conversado con él, y antes de otros referentes del PS. Y cuando uno ve el armado de los programas ve cómo eso se va diluyendo; en toda negociación hay alguna dilución de las ideas que uno tiene, pero en este caso es una dilución que pasa por varias fases.
Y cuando se conforman las candidaturas, comienza la interna y luego vienen los equipos, uno ve que la política económica va a seguir.
EC —Usted dice que si bien en el PS triunfó la corriente que usted apoyaba, que usted integraba, eso no es suficiente, esa correlación de fuerzas, que además tampoco implicó una mayoría muy holgada, fue un triunfo pero en una elección peleada en la interna socialista. Usted entiende que el liderazgo de Gonzalo Civila en el PS no va a tener impacto desde el punto de vista de los resultados que espera.
RK —Claro, en función de acumular, en función de sumar gente, en función de sumar propuestas y lograr resultados que vayan en línea con la menor dependencia del país del capital extranjero –pero fundamentalmente no del capital, sino de la situación tecnológica, nos interesa desarrollar tecnología propia–, en la medida en que eso no va a favor de los trabajadores en el largo plazo. Nosotros tratamos de juntar y apoyar a toda la gente que, y creo que hay mucha, que va en la línea de un país productivo y con menos dependencia, un país con mayor igualdad y con una estrategia basada –como bien la define Naciones Unidas– en un sistema industrial dirigido al mercado interno y al mercado internacional con capacidades nacionales y tecnológicas propias.
Entonces, en la medida en que uno pueda apoyar a los sectores que va apoyando –estando dentro del FA uno lo ve claramente en ese momento–, apoyar al PS de los compañeros en la lista nos parece adecuado. Y todos los que se sumen. Aunque me cambio hacia un grupo pequeño, no nos cambiamos hacia una búsqueda de ganar en este momento las elecciones. Nos cambiamos en el sentido de que el FA como un todo, el gobierno del FA como un todo –no sus militantes, hay diversas posiciones– está haciendo una política que ya no es de izquierda, es una política que no se diferencia demasiado de la de los otros partidos políticos. Hay diferencias, claro, podemos ver directamente lo que es la derecha dura de Manini, las propuestas del doctor Lacalle sobre liberalización del combustibles y así sucesivamente. Pero a largo plazo –o a corto, porque ya estamos en el momento de caída de los precios de los commodities y por lo tanto de los ajustes fiscales como hubo relativamente al comienzo del período, ya estamos en el tiempo de la desocupación–, esta no es la estrategia de país. Quince años de gobierno tendrían que haber implicado una transformación que está en las bases fundacionales del FA: el cambio de la estructura de producción, básicamente una estructura de producción que agregue valor y por lo tanto trabajo es un tema diferencial. Vamos a estar con todos los que sumen hacia ese lado.
EC —Vuelvo sobre el PS. Resulta que el candidato a la presidencia de la República del FA es un socialista. Y es un ingeniero, igual que usted. Y es un hombre con experiencia en la industria además. ¿Usted entiende que ese excompañero suyo está llevando a cabo o encabezando una política perjudicial para el país y perjudicial para el sector que usted defiende especialmente?
RK —Es una muy buena pregunta, porque además de que es ingeniero, de que es socialista, militamos juntos en el mismo grupo en la clandestinidad en su momento, fin de los años 70 y luego. Con Daniel nos unen una larga trayectoria y amistad. Conozco su personalidad de persona excelente y por otro lado una persona que sabe trazar equipos de trabajo, de hecho yo comencé trabajando con él. Sabe trabajar con equipos de trabajo y tiene un carácter bien definido hacia que lo que importa son determinados aspectos. Pero cuando uno ve no el candidato sino las propuestas que se están haciendo, cuando uno ve la vocería en los temas económicos o en los temas productivos y demás, uno termina entendiendo que básicamente lo que hay en todo este tema –por razones que no son de mi consideración– es una adhesión a una estrategia de país basada en cuatro aspectos que siguen y que están fuertes: libre comercio, atracción de inversiones a cualquier costo –como está pasando con UPM–, tercerización, precarización laboral y financierización. El FA entre otros aspectos no cambió casi nada de estos temas, como no cambió en otros temas, como lo que pasó en la dictadura militar. Lamentablemente en estos temas claves –aunque todos los temas claves– referidos a los ingresos de los uruguayos, a la calidad de vida de los uruguayos, estamos viendo que los equipos y las propuestas van hacia el mismo lado.
EC —Yo le preguntaba por Daniel Martínez, candidato a la Presidencia de la República, y usted mencionaba el equipo, y sobre todo el equipo económico. Si entiendo bien, para usted es un problema que se haya recostado a los nombres que vienen del equipo de Danilo Astori…
RK —Entiende bien, entre otros temas.
EC —Ese es un motivo de su discrepancia.
RK —Es un motivo, no el único pero es un motivo.
EC —Una de las razones de su disconformidad con el FA es la línea económica que ha impulsado Astori.
RK —Sí, yo no lo pongo a nivel de nombres, respeto mucho a todas las personas y al ministro Astori, pero lo pongo claramente a nivel de la línea económica. La línea económica impulsada tiende a la desindustrialización, tiende a la pérdida de puestos de trabajo. Y además, al tender a la desindustrialización, tiende fundamentalmente a la primarización, porque lo otro que pretende, que son las zonas francas, no está trayendo un cambio de la estructura productiva. Vea lo que está pasando hoy con recientes envíos al seguro de paro, cierres de fábricas. Nosotros planteamos una estrategia distinta, basada en reforzar la industria nacional, en explorar y consolidar nuevos sectores. Hay 101 países en el mundo que están haciendo una estrategia distinta.