EN PERSPECTIVA
Lunes 02.12.2019
EMILIANO COTELO (EC) —¿Qué hay detrás de las protestas y las manifestaciones que vienen sacudiendo a varios países de nuestra región en los últimos meses? ¿Será posible encauzar estas crisis? ¿Cómo? Y algo más: ¿puede asegurarse que Uruguay está al margen de toda esa inestabilidad?
Son preguntas que están arriba de la mesa desde hace varias semanas y que por ahora no tienen respuestas claras.
El mes pasado el economista Gabriel Oddone llamó la atención cuando sostuvo, en su cuenta de Twitter, que, a partir de “la resaca de los commodities”, existen “algunas similitudes” entre “el escenario económico y político actual en América del Sur” y “el de los años 60”. Su serie de mensajes terminaba con este deseo: “Espero que hayamos aprendido las lecciones de la historia y encontremos caminos menos dolorosos y costosos que los que se recorrieron” en aquella época “para recuperar el crecimiento y canalizar los conflictos sociales”.
A partir de ese planteo, otros economistas se sumaron a esta discusión, tanto en las redes sociales como en notas de prensa y otros medios de comunicación.
Vamos a conversar con tres de ellos.
Estamos con Javier de Haedo, economista y consultor independiente; Aldo Lema, economista, socio director de la consultora Vixion, y Pablo Rosselli, economista socio en la consultora Deloitte.
El 10 de noviembre, cuando Oddone lanzó esa reflexión que citaba recién, agregó que había estado intercambiando sobre el tema con algunos de ustedes; concretamente mencionaba a Lema y Rosselli. ¿Llevaban ya un tiempo conversando sobre este asunto?
PABLO ROSSELLI (PR) —Entre los colegas conversamos mucho, a veces interactuamos en las redes sociales en forma pública, otras veces interactuamos en forma privada, como cualquier conversación. Y sí, unos días antes habíamos estado reunidos conversando sobre varios temas y este era uno que despertaba coincidencia. Hay algunas similitudes entre lo que estamos observando hoy en Uruguay y algunas de las cosas que pasaron después del auge de los commodities de los años 50. Algunas similitudes y una gran cantidad de diferencias.
EC —¿Algo más sobre esa previa? ¿Algún entretelón que quieran revelar?
ALDO LEMA (AL) —Esos justamente no se pueden revelar.
EC —Oddone aclaró que realizaba los comentarios que escribió a título personal, pero ¿ustedes coinciden con esa inquietud?, ¿existen algunas similitudes entre el escenario económico y político actual de América del Sur y el de los años 60?
AL —Hay algunas similitudes, pero hay muchas diferencias, sobre todo y en particular en países como Uruguay, que respecto a los 60 y respecto a lo que ha sido la realidad de Argentina, por ejemplo, que en la década pasada o más recientemente, en la primera parte de esta década sobre todo, tomó medidas o políticas que fueron claramente anticrecimiento. Uruguay ha validado un modelo de inserción externa, de desarrollo hacia fuera, que en los 50 y los 60 marcaba un contraste muy significativo. Uruguay había optado a mitad del siglo XX por la sustitución de importaciones, por el desarrollo hacia dentro, enfrentaba desequilibrios muy significativos a partir del agotamiento del boom de los commodities asociado a la Segunda Guerra Mundial, que terminó en la guerra de Corea en 1953. Uruguay durante las últimas décadas ha promovido la inversión privada como el motor del crecimiento, en aquellas épocas había trabas, impuestos a las exportaciones, castigo a los sectores con ventajas comparativas que llevaron al período de estanflación de los 60.
EC —Otros países de América Latina avanzaron mucho más en esa dirección, como Chile, Perú, Colombia.
AL —Sí, Uruguay ha ido aprendiendo. A ninguno de nosotros seguramente nos gusta la velocidad con la que Uruguay ha evolucionado en las últimas décadas, pero es claro que el rumbo ha sido bueno. Pasamos de un paradigma de economía cerrada a uno de economía abierta; por supuesto que nos gustaría que fuera mucho más abierta y quizás ahora se abre una oportunidad con los cambios de gobierno en la región. Pasamos de un país con inflación a un país con una inflación que todavía es alta en términos internacionales pero comparativamente con nuestra historia es relativamente baja. Un país que especialmente en los 70, con el ministro Végh Villegas, pasó a ser proexportación en vez de pro sustitución de importaciones, que es lo mismo que ser antiexportación. Un país que después con la crisis de 2002 aprendió otras cosas –está fuera quizás del tema pero vale la pena señalarlas–, una regulación y supervisión del sistema financiero que nos aleja de una crisis como las que tuvimos en el 82 y en el 2002 y la desdolarización de la deuda. O sea que Uruguay mal o bien viene aprendiendo de sus errores del pasado.
PR —Y finalmente en Uruguay tenemos hoy, como decía Aldo, un modelo mucho más orientado a la apertura de la economía, mucho más respetuoso del necesario rol que los mercados tienen que cumplir en la asignación de recursos, que no es libre mercado salvaje, pero en la década del 60 las políticas públicas distorsionaban enormemente los mercados. Hay mucha más estabilidad macroeconómica actualmente que en los años 60. Esas son diferencias sumamente importantes.
EC —Ustedes en esta comparación, y sobre todo a la hora de marcar diferencias con la década del 60, se han concentrado mucho en Uruguay. El planteo de Oddone iba más en general.
PR —Sí, la conversación iba por Uruguay. Argentina es más una excepción, Venezuela es una enorme excepción, pero es una tragedia económica y humanitaria. Argentina recorrió un camino desde el 2007, 2008 en adelante con muchas similitudes con la década del 60, pero en el resto de América Latina creo que estos comentarios sobre las diferencias de Uruguay aplican en general, con variantes y cosas que podemos conocer un poco más o menos.
AL —Quizás el punto de Gabriel iba fundamentalmente a esta similitud con el boom de los 40-50 de materias primas, cómo ese boom luego derivó en desequilibrios significativos o en bajo crecimiento con inflación y cómo cierta puja redistributiva a nivel social comprometió, con instituciones débiles en aquella época, otros elementos de la sociedad, ya sea la convivencia social, ya sea la estabilidad democrática, ya sea los valores republicanos, etcétera. Eso creo que necesariamente lo tenemos que comparar entre países, porque si bien hay algunas características en América Latina, algunos han repetido la historia y otros, como bien mencionaban Javier y Pablo, en materia económica sobre todo, han mostrado avances, quizás más lentos, pero avances al fin.
EC —Oddone se refería al contexto económico y político. En el terreno político también habría que marcar algunas diferencias, me imagino. La década del 60 estuvo pautada por la Guerra Fría y nuestra región fue escenario de ese enfrentamiento. Hoy eso no existe, si bien puede pensarse que hay otras potencias influyendo o tratando de influir.
AL —Guerra tibiecita, como dicen algunos.
EC —Una guerra tibia.
PR —Muy tibia.