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Entrevista del miércoles 25 de setiembre de 2019: Jorge Larrañaga

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El senador habla al día siguiente del lanzamiento de la recta final de la campaña por la reforma constitucional Vivir sin miedo, que a un mes de votarse cuenta con una mayoría en la intención de voto

Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Miércoles 25.09.2019

EMILIANO COTELO (EC) —El senador Jorge Larrañaga lanzó ayer la campaña por el sí a la reforma constitucional Vivir Sin Miedo, que incluye cuatro medidas para la seguridad pública. Fue durante un acto de la lista 2004 de Alianza Nacional (AN), su sector, que lo tiene como primer candidato al Senado de la República.

Ahora comienza la tarea más difícil de Larrañaga: lograr que el 27 de octubre, día de las elecciones nacionales, los ciudadanos ensobren la papeleta de su propuesta independientemente de las listas que apoyen dentro o fuera del Partido Nacional (PN).

¿Cómo se moverá en esta recta final a dos puntas?

Lo conversamos con él.

JORGE LARRAÑAGA (JL) —Nos vamos a desenvolver trabajando intensamente en la doble faz, vinculados a nuestro partido de cara a la legislativa de la primera vuelta del 27 de octubre, y también haciendo un enorme esfuerzo y trabajo. Ya va más de un año y pico desde que empezamos el proceso de recolección de firmas, que nos va a llevar a distribuir la papeleta todo lo que podamos, más allá de que cada ciudadano va a tener la oportunidad, porque es mandato de la Corte Electoral, de tener la papeleta del sí a la reforma en todos los circuitos del país.

EC —Algunos oyentes deben de haber pensado recién: ¿cómo?, ¿otro lanzamiento de esta campaña? Usted lo mencionaba, esta iniciativa, esta movida lleva ya un año y medio casi.

JL —Sí, otro lanzamiento más.

EC —¿No ha sido demasiado largo este proceso? ¿Cómo evita la sensación de cansancio con esto?

JL —Tuvimos todo un proceso de recolección de firmas desde el 23 de mayo del año pasado, en diciembre llegamos a las firmas, las clasificamos y las presentamos en febrero. Después nos tomó la campaña electoral hacia la interna y ahora retomamos nuevamente el tema de la reforma constitucional.

EC —¿Qué expectativa tiene? ¿Es optimista?

JL —Tenemos una muy buena expectativa, va a depender del comportamiento de la gente. Yo tengo la sensación de que más allá de la opinión de dirigentes, más allá de las estructuras partidarias, más allá de las candidaturas de los distintos partidos, la gente nos lo pide en todos los rincones a donde llegamos. Hemos dado varias vueltas al país y la gente se acerca a pedirnos la papeleta. Ahora ya la tenemos y va a empezar el proceso de recolección y de distribución, primero a las 23 listas que apoyan el Senado de AN en todo el país, y después a grupos de todo el PN y a importantes grupos del Partido Colorado (PC). Por lo tanto va a estar abierto a todos los que quieran recibir la papeleta, porque el ciudadano tiene que saber que la gente vota por la reforma con el candidato a la presidencia de su preferencia, si quiere.

EC —Sí, pero pasan los meses y en el espectro de partidos el único grupo político que respalda formalmente la reforma es su sector, AN.

JL —Sí.

EC —¿Qué lectura hace de ese dato? Es fuerte, ¿no?

JL —Es fuerte, pero ya lo sabíamos, de cara a la interna sabíamos que el único precandidato a la presidencia que respaldaba la reforma éramos nosotros. Creo que la reforma, más allá de los contenidos, termina siendo un reclamo, un gesto de rebeldía de la gente, que está harta, cansada de vivir con la sensación peor de pérdida de libertad, que es la sensación de miedo.

EC —¿Esa es su expectativa, que el pronunciamiento sea favorable sobre todo como forma de emitir un mensaje?

JL —Sin duda. Creo que la gente quiere reclamar, la gente hizo la revolución de la lapicera firmando y ahora seguramente va a hacer la revolución del voto en las urnas. Y eso se va a canalizar, se va a expresar, y en eso estamos confiando muy fuertemente.

EC —Pero además de esa frialdad de partidos y sectores a la que yo aludía recién…

JL —Ojo, la frialdad es hacia todo el sistema político y hacia todo el proceso electoral que estamos llevando adelante. Faltan 32 días y uno no ve la efervescencia que existía en otros procesos electorales, en ningún partido. Y mire que yo soy un recorredor del país.

EC —¿Para usted esta es una campaña distinta en ese sentido?

JL —Es atípica, es diferente, es bien distantemente diferente de lo que ha sido en otras ocasiones. No tengo la más mínima duda de eso.

EC —Yo utilizaba esos términos refiriéndome a la actitud de grupos y de partidos ante la reforma que usted promueve.

JL —Sí, porque se quedan en lo accesorio, y yo creo que los instrumentos que prevé la reforma sirven.

EC —Pero aparte de ese ambiente político tan particular que la rodea, está la contracampaña, ahora la reforma tiene que lidiar con una contracampaña impulsada por varias organizaciones sociales, sindicatos y el Frente Amplio (FA). Una campaña que tiene como eslogan “El miedo no es la forma”. ¿Siente esa resistencia?, ¿se está notando esa resistencia?

JL —La verdad que no, creo que “el miedo no es la forma” es un juego de palabras. ¿Quién provoca el miedo? ¿Quienes promovemos la reforma constitucional? Es un atrevimiento, porque estamos recogiendo nada más ni nada menos que un instrumento que está en la Constitucional nacional. El miedo lo provocan la delincuencia y quien pudiendo combatirla no lo hace, que es el gobierno. Entonces organizaciones que están al servicio de la contrarreforma sí, pero también instituciones del Estado. La Institución Nacional de Derechos Humanos (INDH) ya va en el segundo pronunciamiento en contra de la reforma, es una vergüenza.

EC —Sí, el primero no era formalmente en contra, pero lo insinuaba, y ahora acaba de conocerse el de fondo.

JL —Son activistas partidarios que usando un cargo conferido por el ordenamiento jurídico legal terminan llevando adelante un pronunciamiento. De última está en manos de la soberanía popular. Y otro tanto –lo tengo que decir con todas las letras, con toda la firmeza también y con toda la dureza del caso– la Universidad de la República (Udelar).

EC —Ahí alude al Consejo Directivo Central (CDC), que ayer manifestó su rechazo al proyecto, ya que su aprobación “implicaría graves consecuencias para la seguridad pública y los derechos humanos”.

JL —Eso es mentira, es una frase política electoral. La Facultad de Derecho no quiso pronunciarse y la sagrada Udelar, que todos defendemos, porque yo soy hijo de la Udelar, de la Facultad de Derecho pública, soy doctor en Derecho y Ciencias Sociales porque me lo permitió la Udelar, no tiene derecho a emitir un pronunciamiento de estas características, y mucho menos etiquetando la reforma de la manera como pretende hacerlo. Esto no es regresivo, no lesiona derechos humanos, no va en contra de ninguna institución. Me parece realmente lamentable el pronunciamiento de la Udelar, del CDC y de algunos integrantes que siendo integrantes de un ente autónomo no podrían llevar adelante declaraciones en materia política.

EC —Usted no solamente discrepa con estas dos comunicaciones, la de la INDH y la del CDC de la Udelar, sino que además, como acaba de decirlo, considera que son decisiones improcedentes. ¿Va a tomar alguna medida? ¿Piensa hacer algún tipo de reclamo, de impugnación?

JL —¡No, qué vamos a tomar medidas! Yo no voy a entrar en la espectacularidad de anunciar pomposas medidas que van a quedar ¿dónde, a 32 días de la elección? Pero sí quiero dejar fijada mi posición rotundamente contraria a este tipo de activismos políticos que contrarían la democracia republicana al utilizar organismos de alta consideración de la ciudadanía para referirse a una materia que va a ser objeto de consulta popular.

EC —Más temprano, cuando anunciábamos la entrevista, una oyente, Ester, mandaba este mensaje: “¿Cuáles son las cuatro medidas, cuáles son los instrumentos que propone Larrañaga en esta reforma constitucional?”. Creo que conviene meterse en ellos. Vamos a ir discutiéndolos a partir de los argumentos que están en el debate.

***

JL —El FA no da el debate directamente sobre este tema, lo da en forma oblicua, invitamos al presidente del FA, Javier Miranda, a debatir sobre la reforma y no da el debate directamente, lo da a través de estos organismos y de distintas organizaciones no gubernamentales. Esto no es una reforma constitucional fruto de una reacción política de Jorge Larrañaga, es fruto del estudio de especialistas como el doctor Juan Andrés Ramírez Turell, como Carlos Delpiazzo, como Alejandro Abal Oliú, como el doctor Carlos Moreira, como el penalista Gustavo Bordes, y muchos otros que la analizaron.

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