El investigador de la Universidad del Sur de California habló sobre las políticas internacionales de Uruguay.
EN PERSPECTIVA
Jueves 19.04.2018, hora 8.30
EMILIANO COTELO (EC) —El panorama mundial se ha transformado en los últimos meses a raíz de la guerra comercial que tiene como protagonistas a Estados Unidos y China.
Mientras tanto, acá, por un lado, el gobierno procura conquistar nuevos mercados con beneficios arancelarios, pero, por otro, la inserción internacional del país está en pleno debate dentro del oficialismo.
En particular, en el Frente Amplio (FA) viene discutiéndose sobre el tratado de libre comercio (TLC) suscrito a fines de 2016 con Chile, un asunto que será dirimido en un plenario nacional a comienzos del mes de mayo. Algunos sectores, como el Partido Comunista (PCU) y Casa Grande (CG), mantienen reparos a su aprobación, mientras que la Cancillería insiste en la necesidad de no demorar más y avanzar en la consideración y aprobación del acuerdo.
¿Cómo está la inserción comercial de Uruguay? ¿Cuán vulnerable es? ¿Cuáles son los desafíos que tiene nuestro país en un contexto de creciente polarización?
Vamos a charlarlo con Nicolás Albertoni.
Nicolás es máster en Política Internacional por la Universidad de Georgetown y hoy investigador en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, donde coordina el área de trabajo sobre política comercial del Departamento de Política Económica y Seguridad. Cada tanto participa en nuestros programas vía Skype, por ejemplo; hoy lo tenemos cara a cara acá en Montevideo.
¿Cuál es el motivo de tu presencia en estos días en Uruguay?
NICOLÁS ALBERTONI (NA) —En la Universidad del Sur de California estamos haciendo una investigación y uno de los casos es Uruguay, necesitamos recabar entrevistas con un fin académico. Y después tenemos otras actividades, hoy en la noche hay una actividad organizada por el Partido Nacional, pero con un fin apolítico, están el contador Enrique Iglesias, representantes del PIT-CNT, de la Unión de Exportadores, y vamos a hablar de estos temas. Uno aprovecha, acomoda los tiempos para participar de esas instancias que creo que contribuyen al debate.
EC —Vayamos al contexto internacional en materia de comercio, que, como decía, tiene hoy dos grandes protagonistas: China y Estados Unidos. A principios de marzo, la Casa Blanca anunció la imposición de un arancel de 25 % para las importaciones de acero y uno de 10 % para el aluminio. Como China es un exportador importante de estos productos para el mercado estadounidense, la medida cayó mal en el gobierno de XI Jinping y se fue produciendo una escalada de medidas o de anuncios de medidas de un lado y del otro.
Trump anunció 25 % de aranceles sobre importaciones chinas por valor de US$ 50.000 millones, China respondió con medidas que afectan a bienes estadounidenses por el mismo valor y Trump subió la apuesta con el anuncio de más aranceles sobre importaciones por valor de US$ 100.000 millones.
Mientras que Estados Unidos aumentó los aranceles sobre todo sobre productos tecnológicos chinos, Pekín puso la mira en bienes agrícolas, con el detalle de que los productores de estos bienes son parte importante del apoyo electoral de Trump.
Entonces, ¿estos anuncios son solo cuestiones dialécticas o ya se están aplicando realmente al comercio?
NA —Hoy siguen en el plano de la dialéctica. Obviamente hay mucho riesgo, la aplicabilidad puede aparecer por el lado de China, principalmente, que necesita menos canales legislativos y burocráticos que Estados Unidos. De hecho, China en eso fue estratégica, porque si uno ve la composición de lo que fue su respuesta a Estados Unidos, está muy bien pensada.
