El gerente Rodolfo Gioscia y la presidenta de la directiva Gabriela Cabrera hablaron de la trayectoria de la empresa y de a dónde se dirige ahora.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 30.05.2018, hora 8.35
EMILIANO COTELO (EC) —Corría el año 1968. Sara Beisso, María del Carmen Bocking, Manila Chaneton, Dora Muñoz y Olga Santayana se juntaron con la intención de fomentar el trabajo de las mujeres del medio rural. Eligieron una materia prima básica del interior del país, la lana, y aprovecharon las habilidades artesanales para la confección. Aquellas cinco amigas bautizaron a aquel proyecto Manos del Uruguay.
En este 2018 se están cumpliendo 50 años de aquella iniciativa a favor de las mujeres desprotegidas en la campaña. Las fundadoras ya no están; la última de ellas, "Olguita", falleció en noviembre pasado. Pero Manos del Uruguay sigue vigente, fiel a los valores iniciales, más fuerte, más grande, muy actualizada.
Hoy abarca a 250 artesanas agrupadas en 12 cooperativas, y no solo exporta su producción, sino que trabaja con marcas destacadas del ámbito internacional.
Hoy queremos pasar raya y mirar hacia delante en cuanto a lo que es y lo que va a ser Manos del Uruguay. Para eso, recibimos a Gabriela Cabrera, presidenta de la directiva, cooperativista en Soriano e integrante de Manos desde hace 30 años, y a Rodolfo Gioscia, gerente general de Manos del Uruguay desde hace 20 años.
¿Cómo los trata? ¿Cómo vienen llevando estos 50? Es un año especial, ¿no?
GABRIELA CABRERA (GC) —Totalmente. Quiero dar las gracias en nombre de Manos por esta oportunidad de que nos entrevisten para darnos a conocer un poco más. Para nosotros es un gran orgullo estar en este momento representando a una organización que, más allá de lo que se pueda conocer, sabemos que es muy particular.
EC —Ustedes tienen largos recorridos junto a Manos del Uruguay, 30 años, 20 años. ¿Cómo se compara la Manos del Uruguay de hoy con la de la época cuando ustedes ingresaron?
RODOLFO GIOSCIA (RG) —Ha habido una serie de cambios sociales y tecnológicos muy importantes en los últimos 20 años al menos y eso afecta la manera de cumplir con la misión. Porque la misión de Manos es una misión social, que es darle trabajo y oportunidades a la mujer en el medio rural. Para eso hay que tener una organización que pueda comercializar los productos y que pueda llegar a distintas partes del mundo. Hoy las comunicaciones han cambiado mucho…
EC —Sí, las comunicaciones hoy facilitan mucho una estructura como la de Manos del Uruguay.
RG —Es mucho más fácil ponerse en contacto con una cooperativa y que el departamento técnico le pregunte a una artesana cómo va la producción de determinado suéter. Eso se puede hacer en forma instantánea y se puede mandar una foto. Cuando Manos empezó eso era imposible.
EC —Ahí tenemos un ejemplo que juega a favor. ¿Ejemplos que jueguen complicando las cosas a Manos hoy?
RG —Hay un aspecto muy importante que tiene que ver con la competitividad. Manos hace productos artesanales, con lo cual no hay economía de escala y no podemos competir con cantidad de producción ni con precios. Hoy en el mercado doméstico hay una cantidad enorme de propuestas, muchas importadas de Lejano Oriente, que tienen costos muy bajos, y por más que sean productos distintos, el bolsillo de la gente es el mismo.
EC —Gabriela, tú eres de Soriano, de la localidad de Egaña. ¿Allí qué significa Manos del Uruguay, la cooperativa que tú integras?
GC —Desde el inicio, desde el año 1968, Manos ha estado presente en mi localidad y en la zona. En el comienzo eran las localidades de Egaña, Rodó y Risso. En la actualidad son dos localidades, pero se puede decir que el impacto que tiene Manos del Uruguay es el mismo hoy que en 1968.
EC —¿Cuántas son ustedes en la cooperativa?
GC —En el momento somos 12, pero la localidad donde yo vivo tiene 800 habitantes, está en el centro de Soriano, alejada de las rutas, con dificultades de locomoción. Sí tenemos la posibilidad hoy, por el avance de la tecnología, de estar más comunicados, pero hago hincapié en esto porque si bien ahora estamos en una época diferente, las necesidades de trabajo son las mismas porque no hay posibilidades de que vaya una industria u otro tipo de trabajo a una localidad pequeña. Entonces Manos o el hecho de que Manos lleve el trabajo a nuestro lugar es muy importante. No hay otras fuentes de trabajo para la mujer, la mujer en la localidad o en la zona en general es ama de casa y no tiene otras posibilidades. Entonces hoy tiene la misma vigencia de hace 50 años.
