El senador independiente criticó el acercamiento entre Julio María Sanguinetti, Jorge Larrañaga y Luis Lacalle Pou, y rafirmó su postura como una renovación de centroizquierda.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 06.06.2018, hora 8.32
EMILIANO COTELO (EC) —“Nostálgica, restauradora, incapaz de reconocer críticas sobre lo ocurrido” mientras ellos gobernaron.
Con esa crítica lapidaria, el senador Pablo Mieres salió al cruce de la coordinación opositora que el expresidente Julio María Sanguinetti escenificó la semana pasada cuando se reunió con los dos principales líderes blancos, Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga.
Según Mieres, ese encuentro deja claro que en los comicios de 2019, a la hora de votar la alternativa al Frente Amplio (FA), no habrá una sola opción, sino dos. Y del lado de la oposición los uruguayos tendrán que elegir entre “el cambio restaurador” y “el cambio renovador”. Este último, dijo, es el que impulsa el Partido Independiente (PI), una propuesta “de centroizquierda, republicana y radicalmente democrática”.
¿Por qué sale de esta manera? ¿Cómo es la estrategia del PI rumbo a los comicios? ¿Con qué otros grupos de la oposición puede aliarse?
Vamos a charlarlo con el senador Pablo Mieres.
Lo dije ayer al pasar cuando dimos la noticia: me impresionó esa columna que publicó en Montevideo Portal anteayer por la forma como salió a marcar posición a partir del encuentro Sanguinetti-Larrañaga-Lacalle Pou. Optó por ir con los tapones en alto.
PABLO MIERES (PM) —Fue expresar la opinión y la posición que tenemos como partido ante un hecho político importante, que tuvo trascendencia durante todo el transcurrir de la semana pasada. Hay que reconocer que el doctor Sanguinetti es una figura política de muchísimo peso y que mantiene, por lo que ha demostrado desde que se puso los championes de vuelta, una vigencia muy fuerte.
EC —El mes pasado el doctor Sanguinetti aceptó un planteo que le hicieron Tabaré Viera y otros dirigentes de grupos batllistas para que volviera a la cancha, para que se pusiera como referente de esa corriente del batllismo, que no es la única en el Partido Colorado (PC), y participara en actos, hiciera pronunciamientos públicos. Sanguinetti aceptó y desde ese momento se lo ha visto muy activo, revitalizado podría decirse.
PM —Exactamente. Y hay que reconocérselo, sería tonto no hacerlo. A su vez, esa imagen de la reunión que él propició, que él convocó con los dos líderes del Partido Nacional (PN) fue una imagen muy fuerte de un panorama de la oposición que de prosperar creo que es muy empobrecedor. Porque la oposición no es la oposición, son las oposiciones. El panorama de alternativas al Frente Amplio (FA) no se agota particularmente en esa idea que surge de la reunión, que es la reedición de la vieja coalición blanquicolorada, como le decían en su momento. Es decir, no puede ser, por lo menos nosotros no nos sentimos interpretados allí, se achica mucho la propuesta alternativa al FA.
EC —¿Usted la leyó así, tan restringida, a la coalición que estaría gestándose o que habría sido motivo de conversación en esa reunión?
PM —Sí, sí.
