La presidenta de la Asociación de Comercios de Free Shop de Rivera se refirió a la posibilidad de que se instalen ese tipo de tiendas del lado brasileño de la frontera.
EN PERSPECTIVA
Viernes 06.04.2018, hora 8.30
EMILIANO COTELO (EC) —En el año 2012 el Parlamento de Brasil aprobó una ley que permitía a comercios de free shop establecerse en la frontera. La noticia encendió las alarmas del lado uruguayo, donde ese tipo de negocios da trabajo a más de 5.000 personas, pero además genera un movimiento importante a su alrededor.
Pasaron seis años sin novedades, pero finalmente el gobierno de Michel Temer reglamentó esa ley y a fines de abril, en teoría, ya podrían establecerse los primeros free shops verdeamarelhos.
Los empresarios uruguayos del rubro están inquietos y plantean que, si no se toman medidas, puede darse una situación grave para todo el comercio de la frontera. Es que no solo hay una cuestión de competencia, sino de las condiciones en las que esa competencia se produciría.
Esta semana, una delegación del sector, acompañada por el intendente de Rivera, Marne Osorio, concurrió a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
Para conversar sobre esta novedad, sobre lo que ocurrido hasta ahora y lo que viene, estamos con María Lina Varela, presidenta de la Asociación de Comercios de Free Shop de Rivera.
Lo que vino a la comisión del Parlamento esta semana fue una delegación de Rivera, pero supongo que la preocupación abarca toda la frontera…
MARÍA LINA VARELA (MLV) —Sí, por supuesto. No es por ponerme localista, pero diría que desde el año 86, cuando surgió el régimen de free shops, Rivera ha tenido históricamente una actitud proactiva, de pensar soluciones para la frontera. Y estamos actuando desde distintos ámbitos, tanto desde la Cámara de Free Shops como desde la Asociación de Free Shops de Chuy.
EC —Veamos los números de este sector de los free shops que básicamente está localizado en Rivera, Cerro Largo y Rocha. Yo decía al pasar un número, más de 5.000 personas. ¿Cuál es la estimación de ustedes?
MLV —La estimación nuestra es que entre todas las fronteras se ocupan alrededor de 4.000 personas en forma directa, pero los empleos indirectos son muchos, abarcan zonas francas, puertos, despachantes. Son 4.000 empleos directos en algo más de 100 empresas entre todas las fronteras; estamos hablando de Chuy, Aceguá, Río Branco, Rivera, Artigas, Bella Unión. En el caso de Rivera son unos 1.270 trabajadores directos y hoy somos 59 empresas habilitadas que van desde las pequeñas y medianas empresas hasta empresas locales del tamaño de las cadenas internacionales. Nuestra organización incluye empresas con muchas asimetrías.
EC —Hay grandes free shops que hasta son de capitales brasileños, operan acá pero son de capitales brasileños.
MLV —Sí, los hay. Y tenemos por delante, ante la instalación de los free shops en Brasil, los que vienen de Brasil y entre las cadenas internacionales estarán las que están de los dos lados.
EC —Mencionaba en la introducción que cuando se analiza esta situación no hay que pensar solo en estas empresas y su personal directo e indirecto, también hay que pensar en el movimiento que se ha generado a su alrededor, lo que se ha llamado turismo de compras, que tiene que ver con el comercio establecido dentro del territorio. ¿Cómo ha sido esa dinamización?
MLV —En el año 86, para salir de aquella crisis del efecto tequila, se logró llegar al decreto 222, por el cual se creó este régimen de excepción, de venta a turistas, que además se pensó cuidando las relaciones con los vecinos, respetando los tratados internacionales. Nosotros no podemos comercializar productos de origen Mercosur ni productos nacionales, se cuida que no sean productos competitivos con Brasil, tenemos un listado expreso y un régimen bastante rígido, justamente por la situación geográfica en la que estamos. Y desde entonces habíamos sido el motor del desarrollo local, en Rivera en particular.