Entrevista con la senadora Daniela Payssé (AU, FLS, FA)
EN PERSPECTIVA
Lunes 10.08.2015, hora 8.25
EMILIANO COTELO (EC) —La presidencia del Frente Amplio (FA) se encuentra acéfala desde el sábado pasado, luego de que el plenario nacional resolviera, por mayoría, aceptar la renuncia de Mónica Xavier.
El alejamiento de la senadora socialista es la última perla de un largo collar de disputas en torno a la conducción del partido de gobierno. Quienes admitieron la dimisión fueron el Movimiento de Participación Popular (MPP), el Partido Comunista (PCU), la Lista 711, la Corriente de Acción y Pensamiento – Libertad (CAP-L) y las bases de Montevideo y Canelones. Estos grupos venían cuestionando a Xavier por ocupar su banca de senadora mientras permanecía como presidenta del FA.
En cambio, el Frente Líber Seregni (FLS), el Partido Socialista (PS), la Vertiente Artiguista (VA) y Casa Grande (CG), que encabeza la senadora Constanza Moreira, sostuvieron que la doble función podía ejercerse perfectamente y por lo tanto no votaron la aceptación de la renuncia.
Finalmente la renuncia fue aceptada, por mayoría pero fue aceptada, por el plenario nacional. Eso desató cruces y ácidos intercambio durante el fin de semana en la interna del oficialismo. Varios dirigentes socialistas y del Frente Líber Seregni (FLS) acusaron al bloque liderado por el MPP de dar un “golpe de Estado” y de querer ocupar espacios de poder a costa de dañar la unidad. La senadora Constanza Moreira incluso escribió en su cuenta de Twitter que el MPP y sus aliados habían “partido en dos al FA”.
¿Cómo se llegó a esta crisis? ¿Cuáles son las salidas?
Vamos a tener dos puntos de vista. En primer término, dialogamos con la senadora Daniela Payssé, de Asamblea Uruguay (AU), FLS, FA.
En el FLS y el PS, pero también en el grupo de Constanza Moreira, se reaccionó con indignación ante lo que ocurrió el sábado en el plenario nacional, especialmente la aceptación de la renuncia de Xavier. ¿Por qué se hace esa lectura tan dramática?
DANIELA PAYSSÉ (DP) —Se llegó a esta situación producto de no haber encontrado acuerdos frenteamplistas sobre el tema. Y a nosotros eso nos preocupa y nos preocupa mucho. Yo no voy a entrar a calificar o a hacer ahora comentarios sobre los comentarios, no voy a hacerme cargo de los que dicen que esto es una novela, de los que dicen que es un golpe de Estado, de lo que dice Twitter o lo que no dice Twitter. Voy a decir sinceramente cuál es nuestra postura política.
Nuestra postura política es una postura totalmente contundente en cuanto a que el FA con esa decisión del último sábado se ha mutilado. Ha dejado primar criterios vinculados a resoluciones no compartibles por todo el cuerpo que integra el plenario nacional para ponerlos por encima de la voluntad popular. Y para nosotros la democracia es la democracia, y no hay gobierno de una fuerza política que pueda ser sustituido –elegida como fue elegida Mónica Xavier, en una elección en la que participaron casi 150.000 personas y más de 60.000 la respaldaron a ella– por una decisión de un plenario nacional que es un organismo de dirección, sí, pero que de alguna manera pretende o pretendió instalar –de hecho no sabemos cómo sigue esto– una sustitución de alguien que políticamente hizo que el FA creciera, se estabilizara, se modernizara, que tuvo una conducción que para nosotros fue altamente positiva.
Nadie en el plenario nacional cuestionó la actuación de Mónica Xavier. La decisión fue tomada no porque estuvieran los plazos caducados, no porque existieran otros componentes más que el no haber tenido a mi juicio la suficiente capacidad para analizar que en política las decisiones se toman en función de lo que mejor le conviene a la fuerza política, en este caso al FA, y yo digo que al país también. Porque Mónica Xavier fue una presidenta elegida legítimamente, por primera vez en una forma participativa, como nunca se había elegido un presidente o presidenta del FA, y ha cumplido su tarea a cabalidad.
EC —Pero el MPP, los sectores que aceptaron la renuncia el sábado pasado en el plenario nacional recuerdan que el acuerdo político por el cual se fue a las elecciones internas en las que Xavier terminó triunfadora preveía que quien ocupara ese cargo lo hiciera con dedicación exclusiva, y eso no estaba pasando. Ahora mismo, en este período, la senadora Xavier resultó elegida de nuevo para la Cámara Alta y decidió tomar posesión de su cargo, es senadora.
DP —Es así, es senadora, como fue senadora a partir del 15 de febrero hasta ahora, cumpliendo las dos funciones, y como fue senadora en la primera parte de su presidencia, porque los acuerdos políticos fueron llevando a que esa situación fuera posible. Ahora, no hay nada más pragmático que los porfiados hechos, como decía el general Seregni. Y los porfiados hechos demostraron que la compañera Mónica Xavier no solo destacó como presidenta del FA, sino que es la cara visible de esa presidencia y de ese FA no solo a nivel nacional, a nivel parlamentario, sino que a nivel regional, internacional. Y eso generó que los acuerdos políticos se hayan flexibilizado. Un acuerdo político se cambia por otro acuerdo político. Creo que acá al FA le faltó una visión política; no al FA, a parte del FA que constituyó esa mayoría.
Además hay una cuestión curiosa, porque el interior casi todo votó por la permanencia de Mónica, por no aceptarle la renuncia. Montevideo votó a favor de aceptarle la renuncia. Y esto también hay que analizarlo desde ese punto de vista.
EC —Estamos hablando de un proceso en el cual hubo varias postergaciones, en realidad ese tema estaba pendiente desde hacía meses. Un plenario realizado el 7 de febrero autorizó una prórroga de la gestión de Xavier, le permitió asumir la banca en el Senado. Además resolvió que la discusión sobre la forma y la fecha de las elecciones de todas las autoridades del FA comenzaría después de mayo. De todos modos el debate estuvo presente y nunca se agotó.
DP —El debate no se agotó a tal extremo que no se agotó que el FA, que es un frente, valga la redundancia, siempre tuvo la capacidad de hacer síntesis, pero en este caso no hemos podido hacer síntesis. Porque no es síntesis la votación por la cual oportunamente se decidió una incompatibilidad vinculada a los cargos electivos o cargos de gobierno. Pero esa incompatibilidad no alcanzaría a una persona, a un compañero o una compañera que tuviera un trabajo en otro lado y le dedicara 10 horas a ese trabajo y pudiera presidir el FA, en la lógica de quienes plantean la incompatibilidad.
A nosotros nos parece un profundo error. Creo que la dedicación al FA implica también que el FA pueda tener –no necesariamente, pero que pueda tener– alguien en la Cámara de Senadores, ámbito político por excelencia, donde se debate de política, donde el FA además tiene en sus adversarios políticos a los mayores representantes. Y la realidad del funcionamiento de la presidencia del FA –reitero, elegida por primera vez a padrón abierto y apelando al pueblo frenteamplista– ha puesto a la persona, en este caso Mónica Xavier, en el campo político que para nosotros es el mejor.
EC —Hoy en el diario La República habla de este tema el senador José Mujica, expresidente de la República. Dice: “Desde hace tiempo el FA viene replegado por razones varias. El FA es el futuro, el gobierno tiene que administrar la realidad y el FA cultivar la esperanza. Esto implica una dirección especializada ciento por ciento. La compañera Xavier si quería podía quedarse perfectamente, pero no en un doble cuadro, no se puede ser legisladora y presidenta del FA”. Mujica insiste en que se necesita un presidente “que sea un militante que recorra el país, que conozca a todos los compañeros, que contribuya a su formación, porque si no, este deseo de estar en todos lados nos va a llevar a una crisis parecida a la que le pasó al batllismo. Porque los gobiernos se comen a los partidos”.
DP —Yo voy a seguir con la lógica de hablar sobre nuestras propias reflexiones. Respeto a los que piensan de manera diferente, lo que no comparto y voy a seguir planteando en nombre de AU, en nombre del FLS y desde mi propia y absolutísima convicción es que este argumento se dé y que sea válido nada más que para quienes ocupan cargos electivos o cargos en el gobierno. Reitero, que ese “fultaimazgo” –en algún momento escuché esa palabra novedosa en algunos compañeros– no implique a otras personas que tengan otras tareas que las tengan 10 horas ocupadas en algo que no sea la presidencia pueda ser válido me parece que es una profunda paradoja.
EC —¿A qué alude? ¿A qué otro tipo de situaciones?
DP —A que si quien ocupa la presidencia del FA fuera un funcionario público que tuviera que trabajar ocho o diez horas no tendría ningún problema en su tarea como funcionario público. Creo que es un profundo error. Pero quiero ir a lo sustancial: tenemos un FA que eligió por primera vez su presidenta con una metodología novedosa para el FA y más que válida para ir avanzando en abrir puertas y ventanas a la posibilidad de que el pueblo frenteamplista también tomara parte en esa resolución. Eso habla, a nuestro juicio, de un avance democrático sustancial. Y creo que ese avance democrático sustancial lo mutilaron, no lo mutilamos. Y no sé si hablaría de un FA partido, pero de un FA totalmente dañado sí.
EC —A propósito de ese análisis, Mujica dice: “No, no, que no vengan a poner drama los que llegaron anteayer. ¡Ay, qué horrible, qué espantoso, estamos divididos! Entonces cuando renunció Seregni y asumió Tabaré también estábamos divididos. Los que conocemos la historia ya hemos vivido procesos como este cuando se fue Batalla. Acá no es cuestión de achicarse sino de entender que todos somos compañeros y parte de verdad debemos tener”.
DP —Reitero: me gustaría hablar no desde el comentario de lo que dicen los otros, sino de lo que es nuestra fuerte convicción.
EC —Pero es importante cotejar, porque acá están chocando dos trenes.
DP —Podemos decir que chocan dos trenes, podemos decir que estamos en un cruce de caminos, podemos decir que estamos ante una novela, podemos decir muchas cosas como he escuchado decir. Yo voy a decir lo que nosotros consideramos. Creo que le hemos dado un golpe innecesario al FA, que tiene que ver con los procesos de democratización, y estamos hablando de que nosotros ya sabemos que tenemos que convocar nuevamente a elecciones. Y nosotros queremos y vamos a luchar denodadamente para que sea en las mismas condiciones que las anteriores. Nosotros la “transición” –porque yo no la consideraría transición, pero así se la ha llamado– la veíamos siempre con la compañera Xavier integrando ese equipo.
EC —¿Esa era la solución para ustedes? ¿Que Mónica Xavier continuara en ese cargo manteniendo además su cargo en el Senado mientras se procesaba la transición?
DP —Nosotros lo asumimos, lo planteamos, lo fundamentamos en innumerables ocasiones: gobierno que elige la gente lo cambia la gente. Por eso es que planteábamos que la etapa que quedaba hasta las próximas elecciones tuviera al equipo que hoy está constituido dirigiendo ese proceso. Porque es el equipo que está consustanciado con las tareas, las internas, las de la cotidianidad, las de llevar al FA adelante, la que logró que el FA asumiera un tercer gobierno, la que está en la chiquita y en la grande, la que está ocupándose de lo que pasa todos los días, pero también la que está jugando en el terreno de la política nacional, regional e internacional. Nos parece y nos sigue pareciendo que es la mejor solución. No había por qué entrar a la consideración de transiciones, no había necesidad de buscar alternativas novedosas para un lapso tan breve como el que tenemos hasta las próximas elecciones. Por eso reivindicamos primero que nada, reitero, lo que significa para nosotros la democracia y la consolidación de un equipo con el respaldo que tuvo. Y la “transición”, que para nosotros no debió haber sido una transición sino un proceso de continuidad entre elección y elección, para nosotros es incomprensible sin la presencia de la compañera Mónica Xavier.
EC —¿Este choque va a tener consecuencias en el funcionamiento del gobierno?
DP —Yo aspiro a que no. Esto es una resolución del sábado pasado, el plenario terminó acordando un cuarto intermedio por una semana. Fue muy costoso llegar a ese cuarto intermedio, había posturas para tomar resoluciones alternativas el mismo sábado. Nosotros somos un sector político que tiene dirección, vamos a reunir nuestra dirección, veremos los pasos a seguir, pero no podemos quedarnos callados sin considerar que esto ha sido, a mi juicio, a nuestro juicio, una situación muy compleja. Reitero, se ha mutilado al FA porque no se ha tenido la visión política de acompañar el proceso que va hasta las próximas elecciones con estas autoridades legítimamente constituidas.
EC —Yo le preguntaba de qué manera puede impactar esto en la gestión del gobierno. Sobre todo si me baso en la declaración del FLS, que dice: “El FA ocupa por tercer período consecutivo el gobierno nacional y afrontamos grandes retos y amplias posibilidades para el desarrollo del país con justicia social y con mayores derechos y libertades. No hay proporción entre nuestras responsabilidades como fuerza política y esta grave situación y sus causas”.
DP —Por supuesto, nos parece que una interlocutora válida como fue la presidenta del FA y su equipo con nuestro equipo de gobierno no se sustituye ni se construye a través de la selección de un provisorato, una transición o lo que fuere. La relación fluida que se generó con ese equipo de gobierno se fue construyendo y no se construye con un equipo de transición. Esa es nuestra visión. Yo no puedo hacer futurología. Sí digo que la llamada telefónica de un presidente a su fuerza política o de la presidenta o de la fuerza política a un presidente –esto en sentido figurado– no se construye a la noche a la mañana. Y nosotros veíamos y seguimos viendo en la compañera Mónica Xavier una interlocutora más que válida, respetuosa de las preocupaciones, de las decisiones del FA, pero también muy vinculada a la cotidianidad de un gobierno, como tiene que ser un presidente de un partido político.
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Transcripción: María Lila Ltaif