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Entrevista central, miércoles 19 de agosto: Miguel Henrique Otero

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Entrevista con el periodista Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional, de Venezuela.

Vea el video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Miércoles 19.08.2015, hora 8.13

EMILIANO COTELO (EC) —El 6 de diciembre Venezuela atravesará un momento clave para su estabilidad institucional. Ese día habrá elecciones legislativas, las primeras en las que, según los sondeos, el chavismo parte en desventaja en intención de voto.

La semana pasada estuvo con nosotros en estudios el embajador de ese país en Uruguay, Julio Chirino, que expuso los argumentos del gobierno de Nicolás Maduro a propósito del momento delicado que vive ese país en lo político, lo económico y lo social.

Esta mañana cruzamos a la vereda de enfrente. Está con nosotros el periodista Miguel Henrique Otero, presidente editor del periódico El Nacional, que viene desarrollando una gira en la que, según él mismo dice, está “haciendo patria” con su denuncia de la situación interna de Venezuela.

¿Hasta cuándo seguirá fuera de su país? ¿Por qué dice que Venezuela vive una catástrofe humanitaria grave? ¿Qué ocurrirá en las elecciones?

Vamos a charlarlo con el propio Miguel Henrique Otero.

Empecemos por compartir algunos detalles vinculados con el diario que dirige y con la situación en la que se encuentra usted mismo en este momento.

El Nacional es uno de los medios más importantes de Venezuela, su sede se encuentra en Caracas, fue fundado en 1943 por su familia. ¿Qué tiraje tiene en este momento?

MIGUEL HENRIQUE OTERO (MHO) —El tiraje que tenemos en este momento es menos de la mitad de lo que teníamos hace dos o tres años, porque el gobierno ha limitado la importación de papel para el periódico independiente y estamos sufriendo un tema terrible de papel. O sea, no sabemos cuánta es nuestra demanda. Estamos circulando 40.000 ejemplares de lunes a sábado y 100.000 los domingos, pero hace dos y tres años circulábamos más de 100.000 de lunes a sábado y 250.000 los domingos.

EC —¿Cómo están solucionando los problemas de abastecimiento de papel?

MHO —Ha habido un tema de solidaridad internacional bien importante, 12 periódicos del continente nos han prestado papel; entre ellos El País de Uruguay, por cierto. Estos periódicos nos han dado papel, lo que nos ha permitido durante año y medio producir el diario. Pero son soluciones puntuales, el gobierno quiere que desaparezcamos del mapa. Claro, eso tiene una contrapartida, que es que hemos cuadriplicado nuestro tráfico en internet, porque el periodismo libre en Venezuela prácticamente no existe a nivel nacional, existimos nosotros. Los periódicos grandes los compró el gobierno con dineros públicos, compras que son fraudulentas, que si cambia el gobierno no sé qué va a pasar, y los periódicos independientes que quedan a nivel regional tienen el mismo problema de papel.

EC —Según Wikipedia, el perfil político de El Nacional es de centro-derecha. ¿Comparte esa identificación?

MHO —No, no comparto esa identificación, el Nacional siempre fue un periódico progresista. Los dos grandes periódicos referenciales en Venezuela fueron El Nacional y El Universal; El Universal, que lo compró el gobierno, era el conservador, y El Nacional era el periódico progresista. Claro, el gobierno acusa a todo el que no esté con ellos de ser de derecha. Y Wikipedia está tomando la versión del gobierno chavista, que acusa a todo el mundo de ser de derecha, todo el que no esté con ellos es de la derecha fascista.

EC —Su padre era comunista…

MHO —Sí, claro, fue comunista, fue fundador del Partido Comunista de Costa Rica, ganó el Premio Lenin de la Paz, en fin, todo ese tipo de cosas. Fue comunista mucho tiempo.

EC —¿Se puede decir que El Nacional es un actor político en Venezuela? Se lo pregunto porque, repasando antecedentes, veía que ese diario fue muy crítico del sistema de partidos que regía en su país en los años 90, por ejemplo durante la presidencia de Carlos Andrés Pérez, contra quien se sublevó Hugo Chávez, y que de hecho usted y El Nacional acompañaron la revolución de Chávez en sus primeros tiempos.

MHO —Lo de actor político es relativo. Cuando las estructuras políticas tradicionales se deterioran la gente se apega a otras instituciones; se puede apegar a la Iglesia, a los medios de comunicación, a los militares. Entonces dicen que instituciones que no deberían tener un rol político asumen un rol político; no es que lo asuman, es que en el imaginario la gente les empieza a dar esa función. El Nacional siempre fue un periódico crítico. Por supuesto nosotros rechazamos el golpe de Estado de Chávez en el 92, no estamos con golpes de Estado.

EC —[Usted alude al] golpe de Estado de Chávez contra Carlos Andrés Pérez.

MHO —Sí, claro, públicamente estuvimos en desacuerdo con golpes de Estado y ese tipo de cosas. El Nacional es un periódico crítico que siempre está con la oposición, porque en América Latina pasa mucho que hay promesas incumplidas, le prometen a la gente y después ponen la torta. En Venezuela ha pasado eso infinidad de veces, por eso llega Chávez. Cuando Chávez llega, primero tiene una visión centrista, él decía que estaba con la tercera vía de Blair. Era una persona sin ataduras, no estaba comprometido con las estructuras partidistas tradicionales, que estaban en franco deterioro. Y fuimos cercanos a esa fórmula… mientras esa fue fórmula. Después, cuando se fue con la fórmula populista exagerada y después estatista y después con todas las ideas anticorrupción que tenía, se convirtió en lo contrario, no duramos mucho tiempo en esa sintonía.

EC —Pero aquel apoyo inicial no fue solo de palabra, no fue solo de textos escritos en el diario. El Nacional llegó a tener varios ministros en el primer gabinete del chavismo, por ejemplo a Alfredo Peña, que fue ministro de Secretaría y alcalde mayor de Caracas, que era periodista de El Nacional.

MHO —No, no, Alfredo Peña se fue del periódico y lo nombraron ministro, pero no era ministro de El Nacional. Eso nunca existió.

EC —¿Y otros colaboradores de El Nacional integraron el gobierno de Chávez?

MHO —Colaboradores de El Nacional, siendo colaboradores, no. Gente cercana sí, pero no colaboradores.

EC —El distanciamiento se produce por el rumbo que termina adoptando al poco tiempo esa revolución, decía usted.

MHO —Cuando los populismos mesiánicos, en los que el líder establece una especie de identificación con el pueblo y el pueblo es la virtud y lo que no está con el pueblo es inaceptable, empiezan esa carrera dictatorial las primeras víctimas son los medios de comunicación, porque no aceptan la crítica. Chávez comenzó con su autoritarismo contra los medios. Cuando arranca su gobierno, el 90 % de los periodistas estaban con él. Dos años después prácticamente no había periodista que estuviera con él. Porque el periodismo es la primera víctima de los populismos autoritarios, es lo primero que se golpea.

EC —Vamos a detenernos en el origen de esta gira que usted viene desarrollando. Desde hace unos tres meses, usted tiene prohibida la salida de Venezuela; dije bien: salida.

MHO —Correcto.

EC —Pero casualmente (o no), cuando la justicia impuso esa prohibición usted estaba afuera del país… ¿Cómo fue ese episodio?

MHO —Es una cosa muy significativa. El periódico ABC de España, un periódico muy conocido, publicó la noticia de que un fiscal federal del estado de Nueva York había abierto una investigación por narcotráfico a Diosdado Cabello ante el testimonio de su jefe de seguridad, que es un testigo protegido de los Estados Unidos. El diario ABC tomó eso, que además es una noticia, no dijo que fuera narcotraficante, sino que habían abierto una investigación.

Al día siguiente lo publicamos nosotros, lo publicó el portal La Patilla y lo publicó el periódico Tal Cual. Pero además lo publicaron 80 periódicos del continente, porque es una noticia importante. Aquí la publicaron El País, El Observador; lo publicaron en todas partes.

Entonces este señor Diosdado Cabello, que es el presidente de la Asamblea Nacional, decidió abrir una demanda contra nosotros por difamación. Y en Venezuela el sistema judicial –eso es una dictadura– el sistema judicial es un apéndice del Poder Ejecutivo. El juez, al abrir la demanda, sin respetar el debido proceso ni abrir una audiencia preliminar ni nada, tomó medidas cautelares. En Venezuela las medidas cautelares las toman los jueces el primer día y son prácticamente la sentencia. Esas medidas cautelares fueron prohibición de salida, régimen de presentación y congelamiento de bienes.

Yo en ese momento estaba en Israel, me había invitado el gobierno de Israel y estaba visitando, conociendo algunas cosas. Entonces el gobierno actúa como un juez y ya las medidas cautelares son una sentencia, después van creando expedientes y abriendo otras denuncias, otras demandas que van para la prisión. En este caso no es prisión, en este caso son las sentencias de una demanda de difamación.

EC —En el caso suyo y de los otros periodistas implicados en esta denuncia lo que se dispuso fue la prohibición de salida de Venezuela. ¿Por qué usted opta por no volver?

MHO —Porque inmediatamente la presidenta el Tribunal Supremo dice lo siguiente: “Diosdado Cabello es inocente –ella no sabe si la investigación del fiscal del estado de Nueva York lo determina inocente o no–, y atacar a Diosdado Cabello es atacar a la patria”. Ahí está implícito que detrás de eso puede venir una demanda por traición a la patria, y esa sí es complicada. Pero además, en el ínterin me han denunciado por blanqueo de capitales, por tráfico de armas, por financiar a los paramilitares… en fin. Y ayer sacaron un video en el que un señor desconocido dice que yo lo financiaba. Empiezan a crear expedientes que todavía no son acusaciones formales, pero en el momento en que se hagan acusaciones formales se toman medidas cautelares que son ir a prisión.

Por tanto yo no puedo regresar antes de tener claro cuál va a ser mi perspectiva en Venezuela. Porque en Venezuela las medidas cautelares de expedientes que se convierten en acusaciones son la sentencia. Hay unos señores que fueron acusados de golpistas hace 12 años y tienen 12 años presos con medidas cautelares. Y el juicio no avanza para ninguna parte.

EC —Usted todavía no tiene resuelto si va a volver o no.

MHO —Tengo que esperar a tener garantías de que solamente tengo ese juicio para poder regresar.

EC —Pero los otros colegas suyos que están acusados se encuentran dentro de Venezuela.

MHO —No, de los 22 acusados 17 están fuera. Hay cuatro que están en Venezuela porque estaban en Venezuela, pero los otros se fueron, y los que no se fueron ya estaban fuera. De los 22, 17 están fuera.

EC —La semana pasada, en la entrevista que tuvimos aquí en En Perspectiva con el embajador de Venezuela en Montevideo, Julio Chirino, lo consultamos por este caso, que incluso llegó a ser denunciado por organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Human Rights Watch. El embajador Chirino respondía esto:

(Audio Julio Chirino)

Hay una acusación individual del presidente de la Asamblea Nacional a 22 representantes de organismos y algunos medios de comunicación por difamación –eso está tipificado en la ley en Venezuela desde antes del 99–. El presidente de la Asamblea Nacional fue acusado por los medios de comunicación de ser jefe de un cartel de narcotráfico, sin ninguna prueba, sin ninguna fuente, y sin que hoy existan en ningún tribunal, ni nacional ni internacional, causas para adelantar un proceso de ese tipo. Incluso Estados Unidos ha desestimado que haya una causa para adelantar un proceso de ese tipo, en el que se acusó al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela de ser jefe de un cártel de narcotráfico. Es como si usted dijera que soy el jefe de la mafia venezolana en Uruguay, algo por el estilo; yo consideraré que es una difamación, porque no estará ajustado a la verdad, y actuaré según me dicen la norma y la ley. Ese es el procedimiento que se está llevando en Venezuela, que no tiene que ver con que haya un organismo de censura.

(Fin audio)

EC —¿Qué dice a propósito de esas explicaciones?

MHO —Lo primero que digo es que este embajador es un embustero, porque nadie acusó a Diosdado Cabello de narcotraficante. Fue una noticia que publicó el diario ABC de que un fiscal federal del estado de Nueva York había abierto una investigación de narcotráfico a Diosdado Cabello. Nadie lo acusó, simplemente se reseñó la noticia. Eso fue confirmado por el Departamento de Estado, la noticia es esa, que alguien dijo que era del cartel de Los Soles; y no lo dijimos nosotros, lo dijeron unos tuiteros, cosas así, pero nosotros no dijimos eso. En ningún país del mundo una noticia que es réplica y que además está confirmada por la fuente es motivo de una demanda de difamación. Todo esto es un mecanismo para silenciar al periódico. Porque nada de lo que dijo el embajador es verdad.

EC —El embajador sostiene que la decisión de la jueza y la denuncia de Cabello se apoyan en una ley que es incluso anterior al chavismo.

MHO —Claro, esa ley existe en todos los países, seguramente existe en Uruguay. La difamación, una persona puede demandar a otra cuando es difamada. Pero aquí no hay difamación, lo que hay es información. Hay una diferencia entre información y difamación.

EC —¿Y los abogados defensores no pueden contestar y desactivar rápidamente ese “error” que estaría de por medio?

MHO —[Se ríe] No, en Venezuela eso no existe. En Venezuela los jueces dependen del Poder Ejecutivo. Ese juicio nunca se va a llevar a cabo, porque para que se lleve a cabo, las 22 personas –eso que llaman un “combo”– tienen que estar en la audiencia preliminar. Nunca van a estar, porque de esos 17 que están fuera hay algunos que simplemente viven fuera y no van a arriesgarse a regresar en un régimen como el de Maduro.

Entonces la medida cautelar del juez es prácticamente la sentencia. Son medidas que toman sin respetar el debido proceso, sin audiencia preliminar, sin haber sido llamadas las partes. Por ejemplo, ¿por qué está preso Leopoldo López?

EC — …Se refiere a uno de los dirigentes de la oposición…

MHO —…Exactamente. Leopoldo tiene unas acusaciones, una, que destruyó la Fiscalía, y otra, que su discurso incita a la violencia. No tienen pruebas, y el Tribunal no admite las defensas. Pero el juez el primer día dicta medidas cautelares; la medida cautelar es: vaya a una mazmorra, a una cárcel, y permanezca ahí. Ya tiene dos años preso con medidas cautelares de un juicio que nunca avanza ni va a avanzar.

EC —Usted pronostica que ese juicio no va a avanzar. ¿Por qué?

MHO —No, ese juicio se va a acabar cuando el gobierno decida que ya no vale la pena tener a Leopoldo López preso, que puede ser mañana o dentro de 20 años, si el gobierno durara 20 años. Las dictaduras del siglo XXI, como la de Venezuela, han sustituido la arbitrariedad de las dictaduras tradicionales bananeras –en las que llegaba una radiopatrulla, se llevaba a la persona, no había procedimiento ni nada y tenían a la persona en una cárcel el tiempo que le diera la gana al dictador– por esta forma: hay un juicio, es un delincuente porque está enjuiciando, y puede ser inocente. Pero ese juicio nunca avanza, no procede, lo que procede son las medidas cautelares de que el señor vaya preso el tiempo que le dé la gana al gobierno.

EC —Durante la entrevista de la semana pasada el embajador Chirino también aclaró que en Venezuela no hay periodistas ni medios que hayan dejado de trabajar por sus opiniones políticas. Lo señalaba de esta forma:

(Audio Julio Chirino)

Pregúntele a cualquier periodista que trabaje en el medio, el que sea: ¿existe en Venezuela una oficina de censura donde tu artículo es revisado para ser publicado? Vas a ver una rotunda negativa. ¿Existe en Venezuela alguna publicación que se haya cerrado en estos 15 años producto de lo que era su línea editorial o de un artículo? No ha sucedido. Pero cuando yo era niño, que no era tan niño, recuerdo que en la década de los 90, en ese proceso electoral que le dije que no ha tenido corte desde el 59 para acá, se cerraba una revista porque el titular iba en contra de lo que decía el gobierno. La policía –que en ese momento se llamaba DISIP (Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención), que era una policía secreta– lo recogía de los estantillos.

(Fin audio)

EC —Recojo el guante que dejaba planteado el embajador Chirino y le pregunto: ¿existe en Venezuela alguna publicación que se haya cerrado en estos 15 años producto de lo que era su línea editorial o de un artículo?

MHO —Primero tengo que decir que sí es verdad que en los años 90 cerraron una revista; nosotros fuimos los defensores de esa revista. Siempre fuimos de oposición y críticos, y criticamos siempre las violaciones a la libertad de expresión, que eran violaciones puntuales. Pero estos no hacen violaciones puntuales, esto es un plan estratégico que está en el Plan de la Patria. No tienen censores, es verdad, como los tenían las dictaduras bananeras. En la época de Pérez Jiménez, un dictador que tuvimos en los años 50, había un censor sentado en cada medio que decía lo que salía y lo que no salía. Ahora no hay ese tipo de instrumentos primitivos de censura. Esto tiene la retaliación y los mecanismos legales y judiciales para ir cerrando medios, para ir generando autocensura, para ir amenazando y logrando que los periodistas se vayan del país y tengan orden de captura por razones equis.

Eso ha tenido como consecuencia que el 40 % del territorio nacional solo tiene acceso a medios oficiales, el resto del territorio está sujeto a radio y televisión autocensuradas. El gran canal de televisión Radio Caracas Televisión fue cerrado utilizando una legislación, no por censura, usaron una legislación, se supone que había algún procedimiento. El gran circuito de radio Belfort fue cerrado también con un procedimiento supuestamente legal. Y a los periódicos los que no se ponen de acuerdo con ellos los compran con dineros públicos, que es una compra fraudulenta. De esa manera compraron El Universal, el gran periódico conservador venezolano, y compraron Últimas Noticias, un gran periódico popular venezolano, con dineros públicos. Y a los periódicos que quedan no es que los censuren, sino que no les permiten comprar papel. Es sofisticado, las dictaduras del siglo XXI son sofisticadas, no hacen las cosas primitivas que hacían las dictaduras militares o bananeras. Van haciendo cosas mucho más fuertes que tienen como objetivo la hegemonía comunicacional, pero lo hacen de una manera mucho más moderna.

EC —¿Y efectivamente la autocensura rige?

MHO —En Venezuela la radio y la televisión tienen que censurarse, porque está la ley resorte, por la que discrecionalmente van contra cualquier programa. Por ejemplo este programa, como lo estamos haciendo, en Venezuela no se puede hacer.

EC —¿Por qué no?

MHO —Lo puedes hacer, pero al terminar el programa aparecen los fiscales de Conatel (Comisión Nacional de Telecomunicación), aparece la llamada al dueño de la estación, abren el procedimiento a la estación, les dicen “ustedes hicieron un programa que atacó al gobierno con un señor que llevaron para allá y dijo unas cosas que van contra los intereses de la patria”. Entonces actúan contra la radio. Al programa lo dejaron pasar, pero es el último. De ahí en adelante ya no puedes pasar más programas. Es retaliación.

EC —Se lo preguntaba sobre todo teniendo en cuenta que los voceros del gobierno de Nicolás Maduro, quienes están apoyándolo, cuando se discuten estos temas acá en Uruguay a propósito de limitaciones a la libertad de expresión, dicen: cualquiera que vaya a Venezuela notará lo que en los medios de comunicación, y sobre todo en los vinculados a la oposición, se dice contra el gobierno, las campañas que hay contra el gobierno.

MHO —El único medio en Venezuela que publica las colas en los automercados, que aquí las sacan todos los medios y salen en CNN y en todos los canales de televisión, es El Nacional. Los otros medios no publican eso. La catástrofe económica que vive Venezuela, el tema de los presos políticos, la represión que vive Venezuela. Todas las características de la dictadura y del desastre económico de Venezuela solo salen en El Nacional. Cuando Maduro dice “los medios de la burguesía”, esos medios de la burguesía para él serán El Nacional y CNN, El Tiempo de Bogotá, NTN24, pero nunca los medios internos, porque los medios internos o los compraron o los acabaron o lograron [en ellos] la autocensura.

***

EC —Usted ha dicho que volverá a Venezuela cuando tenga garantías de que podrá defenderse de manera imparcial, pero que mientras tanto seguirá denunciando los atropellos del gobierno en todos los países que pueda visitar. Y ha dicho que de esta forma está “haciendo patria”, utilizó esa expresión más de una vez. Justamente, a partir de esa frase quiero preguntarle sobre otro de los actores claves en este proceso: la población, la ciudadanía. En un escenario tan polarizado como el que está planteado en Venezuela, y en el que los medios han salido a jugar tan decididamente, ya sea del lado del gobierno o de la oposición… ¿no queda “huérfana” la ciudadanía, que parece que no encuentra opciones independientes o despolitizadas que le provean información, solo información, la información que necesita para reflexionar, para tomar decisiones?

MHO —Esa polarización hoy en día es muy relativa, porque nosotros somos uno solo y ellos tienen 70, 80 medios, son dueños de todos los medios. O sea, cuando dicen “los medios de la burguesía”, los medios de la burguesía será uno, el resto… [Se ríe.]

EC —Pero usted mismo mencionaba los otros que están incluidos en la denuncia presentada por Diosdado Cabello.

MHO —Claro, pero por ejemplo, el diario Tal Cual desapareció ya, tiene solamente la web.

EC —¿La Patilla?

MHO —La Patilla es un portal, no es un medio tradicional. Internet es una cosa y los medios tradicionales son otra. Los medios impresos nacionales, salvo nosotros, son periódicos oficialistas. Y la radio y la televisión son totalmente oficialistas o silenciosas. No hay esa gran polarización.

¿Cómo puede la gente, en un proceso electoral, saber cuáles son las propuestas de unos candidatos si esos candidatos no tienen acceso a los medios? Porque estamos circulando limitadamente por el tema del papel. Pero ¿cómo van los candidatos a mostrar sus propuestas, poner su foto? Ni siquiera su propuesta, poner su foto. Entonces esa tal polarización es del pasado, ya no hay esa polarización en los medios. Hay un medio que publica cosas, nos dicen mentirosos todos los días pero nunca nos desmienten, porque no pueden desmentirnos, porque publicamos cosas que son ciertas y superconfirmadas. Si publicáramos mentiras nos caerían todas las demandas posibles. Entonces la polarización es una historia muy antigua que ya no tiene ningún sentido desde el punto de vista de los medios.

EC —El 6 de diciembre habrá elecciones, y con respecto a ellas hay varios puntos que han generado controversia. Por un lado, quiénes serían los observadores internacionales adecuados para acompañar esos comicios y asegurar que se cumpla con las normas electorales. Pero también ha pegado fuerte, ha hecho mucho ruido la inhabilitación de algunos actores claves de la oposición. Sobre ese punto también consultamos al embajador Julio Chirino en la entrevista de la semana pasada, y él explicaba que se trata de una sanción automática.

(Audio Julio Chirino)

La ley contra la corrupción en Venezuela establece claramente en el artículo 39 que los funcionarios públicos que falseen u oculten los datos contenidos en la declaración jurada de bienes patrimoniales o de ingresos son pasibles de algún proceso de inhabilitación administrativa. En algunos países esto llega a ser hasta penal, por lo delicado que es que tú falsees u omitas algún tipo de información. Esto sucedió en el que es tal vez el caso más sonado y que por eso traigo a colación: la exdiputada María Corina Machado, quien omitió información de sus ingresos particulares, patrimoniales. La norma no le da a la Contraloría la potestad de sancionar, es una sanción automática. Me pasaría a mí, en este caso como representante del Estado, como embajador, si falseara u omitiera algo.

(Fin audio)

EC —¿Qué dice a propósito de esta explicación?

MHO —Es muy curioso, porque Venezuela está tipificada internacionalmente como el segundo o el tercer país donde hay más corrupción en el mundo. En Venezuela los instrumentos de control, que son la Fiscalía, la Contraloría, la Comisión de Contraloría del Congreso, son parte del Ejecutivo, son apéndices del Ejecutivo, y no investigan a nadie que tenga que ver con el Ejecutivo.

EC —Chirino argumentaba que la mayoría de quienes han sido sancionados de esta forma son funcionarios o exfuncionarios del régimen, del gobierno chavista.

MHO —Claro, la disidencia. A la disidencia la sancionan. Por ejemplo, el general Baduel, ¿cómo lo meten preso? Le hacen alguna cuestión administrativa. Después deciden soltarlo y lo sueltan, y nunca tuvo sentencia. La corrupción en Venezuela es algo absolutamente generalizado, es una cosa de locura lo que está pasando con los estilos de vida de los funcionarios públicos, de los ministros, de toda esa gente, con ingresos que no declaran, que nadie sabe de dónde vienen. Es un escándalo mundial. Venezuela gastó un trillón de dólares y nadie sabe adónde fue, pero sí están los estilos de vida de estos individuos que manejan el poder.

Ahora han decidido inhabilitar a los líderes importantes de la oposición, porque saben que en algún momento las elecciones le va a dar el triunfo a esta gente, porque ellos han ido perdiendo popularidad, la gente está contra ellos y si siguen haciendo elecciones van a perder de una manera brutal. Entonces ya inhabilitaron a Capriles, ya inhabilitaron a Ledesma –Capriles era el líder de quien hablamos, Ledesma era el alcalde metropolitano– e inhabilitaron a María Corina Machado con una excusa de esas… que no declaró […], cualquier cosa de esas. A Capriles le están abriendo un expediente para inhabilitarlo. Van inhabilitando a los candidatos de la oposición para que no puedan competir en elecciones.

Uno de los argumentos que tiene el régimen para decir que Venezuela es una democracia es que hace muchas elecciones. No me extrañaría que Kim Jong-il en Corea del Norte dijera que Corea del Norte es una democracia porque hicieron una elección hace dos meses, en las que él ganó con el 99,9 %. En Venezuela las primeras elecciones sí las ganaron limpiamente, pero cuando empezaron a complicarse las elecciones empezaron a hacer trampa. Las elecciones en Venezuela son procesos absolutamente fraudulentos.

EC —¿Qué dicen las últimas encuestas que usted conoce?

MHO —Las últimas encuestas le dan una popularidad al gobierno de 20 %. Pero cuando se hace una cuesta en un régimen autoritario, un régimen que está montado sobre el miedo y sobre la represión, y da 20 %, es mucho menos, porque cuando llega el encuestador a un individuo que tiene un cargo público, lo que sea –en Venezuela hay 5 millones e burócratas, esa es una de las maneras de manejar el régimen–, el individuo se asusta y dice que le encanta el régimen, cuando en la práctica no le gusta nada.

EC —¿Usted sostiene que la popularidad en realidad es más baja que ese 20 %?

MHO —Por supuesto, además es lógica elemental, no se necesita un equipo de sociólogos para darse cuenta de eso. En un régimen autoritario el encuestador es un tipo del que la gente desconfía porque puede ser un individuo de la policía política, en fin; ahora los llama “patriotas cooperantes”.

EC —Usted ha dicho que Venezuela vive una crisis humanitaria grave. ¿A qué se refiere con ese término?

MHO —Lo que está pasando en Venezuela es algo que realmente hay que tomar en cuenta. En América Latina ha habido mucha complicidad con el régimen, han hecho la vista gorda con el discurso chavista, pero ¿qué está pasando en Venezuela? Primero, hay un 60 % de desabastecimiento de productos básicos, hay una inflación que pasa el 200 % y hay una situación de inseguridad personal nunca vista en América Latina. Eso está llevando a que se empiece a generar violencia, violencia de saqueos, violencia en los automercados, violencia de la gente, los transportistas no quieren transportar alimentos porque les saquean el camión.

La perspectiva, ante un gobierno que es ciego desde el punto de vista económico y que básicamente quiere profundizar esa revolución que ha llevado a estas consecuencias, que no se da cuenta de que esto va a producir más violencia, es que podemos llegar a una situación de hambruna, del estilo de lo que ha pasado en Haití. Que además es una cosa increíble, porque Venezuela está sobre las reservas petroleras más grandes del mundo, pero no las puede sacar, porque hay una gerencia desastrosa, una corrupción, una cantidad de elementos que destruyen el aparato productivo. Por eso digo que Venezuela va hacia una emergencia humanitaria de grandes proporciones, que puede terminar en un baño de sangre. América Latina tiene que tomar eso en cuenta, porque va a ser un problema para el resto de los países.

EC —Teniendo en cuenta lo que dicen las encuestas a propósito de la baja popularidad del gobierno y esta crisis humanitaria de la que usted habla, cabría esperar que el chavismo perdiera las próximas elecciones. ¿Puede ocurrir eso efectivamente?

MHO —Claro que puede ocurrir.

EC —Se lo pregunto teniendo en cuenta que ese escenario ya se había anticipado en otras ocasiones y no ocurrió.

MHO —Debería ocurrir. El problema es que el sistema electoral venezolano es totalmente desigual, es un sistema fraudulento. Primero, no hay medios de comunicación para que los candidatos se presenten, solo va a haber a nivel de televisión, radio y la mayoría de los periódicos una versión de las cosas. Segundo, el Registro Electoral Permanente, que es la base de datos de los votantes, está en manos de los cubanos, está en manos del partido de gobierno, no permite auditorías independientes. Tercero, no permiten la observación internacional salvo de los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), que son sus aliados; no permiten que vayan observadores internacionales de la OEA, del Parlamento Europeo.

EC —Sí están permitiendo la presencia de Unasur.

MHO —Eso, Unasur, exacto.

EC —No es lo mismo que el ALBA, es más amplio.

MHO —Es un poquitico más amplio, pero hasta ahora ha sido más o menos lo mismo. En las mesas de votación están los funcionarios del gobierno, que están ahí, que deben ser independientes pero que son todos militantes del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), que es el partido de gobierno, los testigos del PSUV son todos funcionarios del gobierno y miembros del PSUV. Y la oposición son los que no son funcionarios. Pero ellos han más que duplicado el número de mesas, el número de centros, han desarticulado todos los mecanismos de financiamiento de la oposición. La oposición no tiene testigos para cuidar esas mesas, entonces cuando los funcionarios y los testigos del gobierno –que son funcionarios del gobierno– están solos en las mesas, la línea es poner todos los votos a favor del PSUV. La oposición no tiene cómo defenderse de eso.

Adicionalmente, todo el sistema automatizado, y la gente dice que las máquinas de votación hacen trampas. Las máquinas no hacen trampa, hace trampa la gente. Si la oposición no tiene acceso a la sala de totalización, al software, a los mecanismos de control de todo el sistema electrónico, por supuesto, ellos manipulan toda aquella cosa para tener ventajas. ¡En un programa de radio no puedo decir todo, podría pasar media hora hablando de irregularidades!

EC —¿Y la oposición cómo está plantada para enfrentar estas elecciones? ¿Cómo está desde el punto de vista interno, de su coherencia, de la posibilidad de trabajar en conjunto si llega a ganar?

MHO —La oposición son 17 partidos, los más grandes, hasta los medianos y los más pequeños. Hay otros partidos, pero la mayoría tiene una plancha unitaria. La oposición va unida en todos los estados.

EC —Pero dentro de la oposición ha habido estrategias diferentes a propósito de cómo enfrentar al gobierno de Nicolás Maduro.

MHO —Pero no son electorales. En la plataforma electoral se unen, no se unen en las estrategias para combatir al régimen. Ese es uno de los problemas de la oposición en Venezuela. Todos están de acuerdo en que es un régimen de facto, pero en las tácticas y en el tema de protagonismo hay diferencias grandes.

EC —Algunas diferencias grandes que llevan a que algunos de esos líderes hayan optado por caminos no institucionales.

MHO —Eso dice el gobierno. En todo caso, en las elecciones, que es de lo que estamos hablando, hay una unidad que va desde María Corina hasta la socialdemocracia. Todos los partidos y todas las fórmulas están en la fórmula electoral, que es el tema que planteamos al inicio.

***

EC —¿Cómo se reunifica la sociedad venezolana, tan partida?

MHO —Eso parece un gran problema. El chavismo ha vendido la tesis de que si cambia el régimen se va a incendiar el país y va a haber una matazón. Pero hay ejemplos históricos, en Alemania Oriental eran una cosa terrible la represión, la división y el antagonismo, sin embargo cayó el muro y se unificaron, no hubo ningún problema. Así ha pasado muchas veces. Pasó en Vietnam, pasó en muchos países. Ellos colocan en la opinión pública la imagen de que son fundamentales porque si no están el país se incendia por los cuatro costados. Yo no creo, el país ya está desesperado de este régimen. Un régimen que ha creado destrucción, hambre, cuestiones que no están en la cultura del venezolano, antagonismos que no son parte de nuestra cultura, discriminaciones que no son parte de nuestra cultura.

Entonces la gente está harta del régimen, ya no es la burguesía, la oligarquía; no, estoy hablando de los sectores populares. Y además están pasando mucho trabajo, están pasando hambre. Eso que logró Chávez en su discurso, en su acción, esa cosa emancipadora –redistribuyó todos los ingresos petroleros con las misiones y todo aquello–, hoy en día eso se ha revertido en índices de pobreza mayores que los que había cuando llegó. Todo eso se perdió, todo eso no sirvió para nada, porque no hubo una contrapartida productiva. Terminó siendo un regalo de dinero que la gente gastaba en cualquier cosa. Estamos viviendo las consecuencias de un régimen que no planificó la producción, sino el regalo.

Vea el video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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